𝙎𝙐𝙍𝙑𝙄𝙑𝙊𝙍 || ❝ Solamente tenemos un único objetivo, no morir. ❞
James tuvo la desgracia de ir a casa de Lily a pedirle una cita. Por consejo de su amigo más sensato, se presentó de una manera romántica y formal.
Sin embargo, como siempre, las...
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UN SUEÑO
JAMÁS SOÑADO
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TENÍA QUE ADMITIR QUE SE SINTIÓ COMO PEZ EN EL AGUA, utilizar su magia de la forma en la que se acostumbró cuando era más joven, era más sencillo que atenerse a su varita.
La pelirroja había aprendido a mover las cosas con su magia y a crear pequeños escudos. Pero está vez necesitaba atacar, así que sin reparo alguno comenzó a hacer levitar bloques de tierra, los vidrios rotos, aquellos cuchillos de los locales y todo lo que podría utilizar como arma.
Así estuvo los primeros minutos, hasta qué sus manos comenzaron a formar pequeñas esferas escarlatas, la pelirroja era capaz de manipularlas a su antojo, lanzándolas hacia los mortifagos, generando así pequeñas explosiones que los hacían esparcirse.
La cobriza podía ver el caos que se estaba generando a su alrededor. Muchas de las tiendas realmente se encontraban dañadas y había fuego en algunas partes del pueblo, pero no todo el crédito lo tenía ella, también aquellas alimañas y el locatario del local de cabeza de puerco —quien era un duelista incomparable— se encargaron de ayudarle a destruir el lugar.
Y aunque la joven bruja se defendió bien durante los primeros ataques y fue capaz de dar una buena guerra, se vio en un conflicto cuando literalmente se quedó ella sola contra los mortifagos restantes.
La lluvia que comenzó de la nada tuvo todo el sentido del mundo cuando un enmascarado se encargó de lanzar rayos hacia el suelo, encargándose de electrocutar a todos los locatarios y a algunos despistados encapuchados que no se movieron a tiempo.
Por un segundo se preguntó ¿Por qué ella no había sido chamuscada como los demás? Simple, porqué ella no estaba tocando el suelo. De alguna u otra manera Eleanor se encontraba levitando, con ayuda de sus poderes carmesí los cuales se convirtieron en una extraña bruma que la envolvía y la hacía volar y le permitían desplazarse por el aire.
No tuvo tiempo de sorprenderse o de darse un aplauso por sus logros ya que aquellos ojos rojizos pudieron percatarse de que ahora sí se encontraba sola. No había nadie más que le ayudará a combatir, y eran bastantes los mortifagos que aún quedaban.
¿Qué pasaría si ella perdía aquel enfrentamiento? ¿Esas alimañas terminarían de matar a los locatarios? ¿Ahora intentarían entrar a Hogwarts? ¿Seguirían lastimando a todos los que quedarán vivos?
Su entrecejo se frunció de nueva cuenta, realizó otro escudo para que repeliera las maldiciones que le llovían en todas direcciones. Pronto, con sus manos creó una bruma que se encargó de rodear a cada uno de los locatarios y magos heridos para más tarde hacerlos levitar y llevarlos a una de las tiendas con el fin de sacarlos de la zona de fuego.
