Capítulo 15

74 14 1
                                    

Tokio, dos días después de la reunión de las chicas en el centro de videojuegos.

—¿Exactamente a qué te refieres? —Preguntó Luna bastante confundida.

—El asunto es simple, la puerta del tiempo ha estado presentando... hmmm ¿perturbaciones? Me refiero a anomalías, cosas que usualmente no suceden.

—Setsuna, ella nos pidió dejar de interferir entre los tiempos. Muy a mi pesar tiene razón, haber dejado pasar a Rini fue un error —intervino Artemis.

—Es verdad, por mucho que ame a Rini, a veces me pregunto si la situación en la que estamos es la consecuencia de su visita.

—¿Me estás culpando, Luna? Sé perfectamente cuales fueron las indicaciones de la princesa, pero no puedo quedarme impávida mientras Tokio de Cristal se desmorona. Necesito abrir la puerta, necesito saber que ellos estén bien, que no nos necesitan. ¡Acaso a ustedes no les preocupa qué pasó con el futuro, si las acciones de hoy están afectando al rey y a la reina? 

Luna dudó, sí, definitivamente ese era uno de los grandes miedos que albergaba en su interior desde la ruptura de Serena y Darien, pero no era nada comparado con el miedo de tener que traicionar a Serena, ir en contra de sus deseos y actuar a sus espaldas.

—Hazlo, pero no regreses con noticias... a menos que sea absolutamente necesario.

Setsuna sonrió tan tímidamente que apenas notaron el gesto. Después de eso se marchó. Por desgracia, su partida a penas fue notoria para las demás, ella volvió tan pronto y con tan malas noticias que tuvieron que reunir a todas las sailors en el templo Hikawa.

-------------------------

Boston, dos semanas después de la reunión en Tokio.

—No me estoy ocultando, estoy justo detrás de ti. 

—Yo... Espera... Un momento ¿qué estás haciendo aquí?

—Hablar contigo, pensé que era obvio —dijo con su sarcasmo característico.

Darién estaba petrificado, de entre todas las personas que se imaginó, se tenía que tratar de la que más lo aterraba. 

—Me parece que deberíamos ir a un lugar donde se pueda hablar con privacidad —Dijo Haruka sin apartar su mano del hombro.

Darien caminó a su paso, se sentaron cerca de la biblioteca, Darien no tenía intenciones de alejarse demasiado.

—Así que has venido hasta aquí, ¿para qué? —Chiba fue al grano, no estaba disfrutando esto.

—¿Tienes prisa? Creí que un viaje tan largo al menos ameritaría un poco de diplomacia. 

—Lo siento, en realidad, pensaba que no querías...

—¿Qué no quería qué? ¿Platicar de los viejos tiempos? ¿Ponernos al día? Por su puesto, Chiba, estoy ansiosa por saber sobre tu vida, ya sabes, que me cuentes de qué color son tus calcetines —farfulló poniendo los ojos en blanco—. Es obvio que mi visita no es para socializar, como espero que imagines, hay cosas importantes, sin embargo, tú y tu arrogancia.

Darien la miró estupefacto, Haruka normalmente era más educada, su sarcasmo lo tomó por sorpresa.

—Supongo que entonces vamos al grano, y no, Haruka, no tengo prisa, es sólo que desde que recibí la nota he estado imaginando mil escenarios catastróficos en donde alguien remueve mi vida y la sacude hasta los cimientos; que hayas venido hasta aquí sólo puede significar que tenía razón.

—Tienes buenas intuiciones, cuando lo notes serás un genio —escupió con sarcasmo.

Ambos guardaron silencio por uno momento. Haruka carraspeó y con una voz sin emociones comenzó:

—La última vez que nos vimos te dije que no te daría una lección, un sermón, una golpiza ¿recuerdas? Porque la decisión de romper fue de ustedes, no había motivos para que ninguna de nosotras interviniera... —Darien asintió— Bueno, eso ya no es válido. 

—¿Qué dices? —inquirió desconcertado.

—Todas teníamos fe en que su rompimiento no tuviera consecuencias en el futuro, que de alguna manera el futuro que estaba previsto cambiara sutilmente sin alterar la paz que construimos para Tokio de Cristal. Eso no resultó, la puerta del tiempo presentó algunas anomalías, Setsuna notó los cambios y...

—Viajó al futuro —infirió y Haruka asintió— ¿Qué es lo que vio?

—Desastre, si ustedes no están juntos en el futuro, ninguno de los dos sobrevive. Creo que todos pasamos por alto que las encargadas de la protección del reino eran las guardianas de la pequeña dama, si ella no existe no hay guardianas. ¿Me sigues?

—Sí, pero no me hace sentido, ¿por qué no simplemente viajamos al futuro y libramos una batalla para controlar el mal que se desató?

—No se puede, ¿entendiste que no hay un regente para Tokio de Cristal? Lo que queda son ruinas, el planeta esta consumido por el caos. 

—Tenemos que encontrar otra opción.

—Eso ya lo intentamos.

—¿Hay alguna opción que sea viable?

—¿Crees que estaría aquí si la hubiera?

—No —torció la boca y suspiró profundo—. ¿Ella cómo lo tomó?

—Ella no sabe nada, aún no se le ha comunicado.

Los ojos de Darien se abrieron cómicamente, una mezcla de indignación y sorpresa, Haruka no pudo evitar reírse.

—Lo sé, parece ilógico con las cosas que te acabo de contar, pero... La conoces, sabes que habría hecho algo estúpido (o increíblemente hermoso) como dar su vida para salvar al resto. Y no, ese es un riesgo que ya no estoy dispuesta a aceptar —hizo una pausa y respiró profundo—. Fuiste tú quién decidió venir a estudiar aquí, fuiste tú quién sintió que estar con ella era una carga. Así que, serás tú quién repare lo que se rompió. 

—¿Yo? —la mirada asesina que Haruka le lanzó bastó para hacerlo recular— ¿Cómo se supone que voy a hacerlo? No sé si lo notaste, pero vivo al otro lado del mundo. Y para ser sincero, no creo que ella quiera volver a verme.

—Tienes vacaciones dos veces al año ¿no? Y ya lograste hacer que ella se fijara en ti antes. No creo que sea un problema. ¡Esfuérzate! Ella ya te puso el ejemplo dos veces. En resumen, tienes que hacer que las cosas funcionen. 

—¿Cómo? Ella fue quién terminó la relación, no fui yo.

—¿En verdad quieres hablar de eso conmigo?  Nunca fui tu mayor fan, he cuidado tu espalda sólo porque es mi deber protegerla a ella, y como sabes, sin dudas daría mi vida una vez más para asegurar su bienestar, incluso si eso te incluye a ti. 

Darien no podía respirar adecuadamente, las manos le temblaban, el pánico lo invadía. El viejo terror de tener que cumplir con el futuro que él no había elegido volvió a invadirlo. Haruka lo notó, le frotó la espalda con la mano.

—Vas a estar bien, tendrás nuestro apoyo.

"Del destino no se escapa", pensó antes de alejarse de allí.

Tan cerca del amorМесто, где живут истории. Откройте их для себя