Capítulo 4

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Habían estado cerca de dos horas en la cafetería, el muchacho platinado había comido todos los postres que se le habían antojado, rompiendo su propia marca.

- Creo que tal vez deberíamos irnos antes de que cualquiera de mis hermanos nos descubran aquí, Seiya suele venir por hamburguesas y malteadas a este sitio, es un adicto. –Dijo Yaten sonriente.

- Me parece una buena idea, pero creo que en los demás lugares a donde suelen ir las parejas a caminar tenemos más posibilidades de ser encontrados. –Dijo Mina pensativa.

- Mi departamento no es opción, siempre hay gente.

- ¿Te gustaría ir a mi casa? Mi mamá no volverá hasta muy tarde.

- ¿No tendrás problemas si se entera que dejaste entrar a un chico muy atractivo? –Dijo levantando las cejas de forma seductora.

- Siempre puedes ir como Healer, y no habrá sospechas de nada. – sugirió Mina haciendo que Yaten se ruborizara ante el comentario.

- Vayamos entonces.

En la casa de Mina, Yaten se descalzó y la joven guardo ambos pares de zapatos en un mueble zapatero. Mientras él se acomodó en el sofá de la amplia sala, ella se dirigió al enorme reproductor de música, con cuidado sacó un disco de su funda y con ambas manos lo colocó sobre el plato del tocadiscos, tras limpiar el cabezal con un pequeño cepillo hizo descender la aguja para que el disco sonara, además de tener un excelente equipo de sonido Mina tenía una enorme colección de música. El disco que puso era "rain from the heart" del pianista Yusuke Amade.

Yaten se deleito observando el ritual de la chica. Ella se sentó en la alfombra junto a los pies del muchacho, recargó la cabeza en las piernas de Yaten y éste comenzó a jugar con sus cabellos.

- Cuéntame más de tu mundo –Dijo ella con su tono más dulce.

- Es un planeta lleno de flores, flores amarillas. Como te conté los amaneceres son muy bellos, las flores suelen abrir cuando el sol sale y liberan un perfume muy peculiar. Cerca del palacio hay una laguna con aguas muy cristalinas, reflejan perfectamente el cielo de tal modo que no logras ver donde se divide del firmamento.

- Yaten, me gustaría mucho ir contigo. ¡Suena tan maravilloso! –Dijo la rubia con voz soñadora.

- Mina... –el joven se puso de pie y extendió la mano derecha a la muchacha y preguntó -¿Te gustaría bailar?

Como respuesta se puso de pie, y aceptó la mano que él le ofrecía. La melodía siempre le había parecido melancólica, pero ahora que bailaba con él, le parecía aún más triste.

- Es una hermosa canción –Susurró el muchacho hundiendo la mejilla en el cabello de Mina, cerró los ojos para percibir mejor el aroma de la joven. Sintiéndola así de cerca, se dio cuenta que un amor a través de la galaxia no era un esquema viable.

- Lo es, pero ¿no te parece que es demasiado triste? – Dijo quedamente.

- Es precisamente eso lo que la hace hermosa, la música habla el mismo lenguaje que el alma. Al parecer el compositor lo supo hacer de un modo prodigioso.

- Yaten – preguntó con curiosidad- si te hubiera confesado antes mis sentimientos ¿hubiera pasado lo mismo que hoy?

- Mina, lo que siento no fue un amor a primera vista; tu personalidad chispeante y tu perseverancia conmigo fue un factor muy importante, había momentos en los que me enojaba conmigo mismo por pensar en ti cuando teníamos una misión que cumplir. El día de tu audición fue cuando quedé hechizado, pero no. Creo que no había manera, la prioridad era encontrar y proteger a la princesa. Cuando al fin la encontramos no hubo mucho tiempo para reflexionar sobre mis emociones... -Dijo con la dolor reflejado en su voz- Sabes que Galaxia nos la arrebató una vez más, el dolor que sentí fue más grande que cualquier otra emoción. Ese dolor sólo se asemejó al que sentí cuando diste tu vida por mí. – Al decir esto no pudo evitar apretar el abrazo.- Jamás pensé que perderte sería tan doloroso. Prométeme que nunca volverás a arriesgar tu vida de ese modo.

Tan cerca del amorWhere stories live. Discover now