𝑫𝒆𝒋𝒂𝒎𝒆 𝑨𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓𝒕𝒆 (𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝟏) 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒍𝒊𝒙

『••14••』

- Hola, Felix.

- Papá.

- Necesito hablar contigo.

- Yo no quiero, no necesitamos hablar de nada.

- Te espero en ca...

Antes de que pudiera terminar la palabra, el pecoso cortó la llamada. ¿De qué quería hablar ahora su padre? ¿Por qué no lo dejaba en paz? Se acercó a los brazos de Hyunjin para que lo abrazara.

- ¿Qué pasó, mi ángel? - acariciando su espalda.

- Mi papá quiere verme.

- Si no quieres, no vayas. Además, no quiero que te lastime de nuevo - besó su frente - Así que será mejor que no vayas.

- No quiero verlo - rió al sentir el suave contacto del beso - Bueno, no iré, pero a donde sí iré es a la escuela.

- Noo, nos quedamos así, no vayamos - se aferró a la cintura del pecoso con fuerza - No quiero separarme de mi ángel - hizo un puchero.

- Tenemos que ir - rió - Y déjame de llamar ángel.

- Pero si eres un ángel, eres mi ángel - empezó a besar su rostro varias veces - Eres todo mío.

- Jajaja, ya para.

Se levantaron para irse al instituto. Su día escolar fue tranquilo, sin ningún problema, aunque en la mente de Felix no dejaba de pensar en su padre. ¿Y si era algo importante o pasó algo? Miles de preguntas pasaban por su mente, cada vez se preocupaba más. Después de todo, él era su padre.

Felix se había decidido ir a verlo para ver que estuviera bien, por más que Hyunjin se enojara. Pero el pecoso prefirió no decirle nada e inventar algo.

- Hyunjin, me voy a juntar en la casa de Jeongin para hacer un trabajo.

- Bueno, cuídate. Luego me llamas para que te vaya a buscar - le dio un beso en la frente.

Felix se fue a buscar a Jeongin para contarle y que lo cubriera.

- Jeongin, necesito tu ayuda.

- Okay, dime en qué te puedo ayudar.

- Necesito que le digas a Hyunjin que estoy en tu casa haciendo un proyecto.

- ¿Qué? ¿Por qué? ¡No me digas que lo estás engañando!

- No, no, no, no nunca haría eso y mucho menos a Hyunjin. Es solo que voy aver a mi papá

- Pero él te dijo que no lo vieras, estoy de acuerdo con él - se acercó y tomó sus manos - Te va a hacer mal.

- Ya lo sé, pero solo va a ser unos minutos, voy a ver si está bien y me voy, por favor.

- Está bien, te ayudaré.

- Gracias, gracias, te debo una.

Al terminar las clases, Felix se fue con Jeongin para que el rubio no sospechara. Luego de unas cuadras, se fue a la parada de colectivo, ya que había caminado varias cuadras y se había alejado bastante de su casa. Estaba nervioso, vería a su padre después de mucho tiempo. Tenía miedo de que le estuviera pasando algo malo, estaba algo preocupado. Se sentía mal por haberle mentido a Hyunjin, pero no quería que se enojara con él. Se tomó el colectivo, tardó aproximadamente veinte minutos. Estaba en la entrada, aún no tenía el valor de abrir la puerta, tenía miedo. Respiró profundo y entró. Al hacerlo, su padre estaba sentado en el sofá junto a varias latas de alcohol.

- ¡Felix! Sí, viniste - su voz sonaba ronca y arrastraba las palabras al hablar, estaba ebrio.

- Sí, ¿de qué quieres hablar?

- Te pareces tanto a tu madre, lástima que por tu culpa ella murió - gritó levantándose y acercándose al pecoso - Nada de esto hubiese pasado si tu madre estuviera viva, todo esto es tu culpa - golpeó en la cara.

Felix estaba asustado, no tendría que haber venido, era un tonto por haberse preocupado por él. Intentó alejarse para que no lo siguieran golpeando, se escapó del agarre, se fue hasta el otro rincón de la habitación, pero fue mala idea porque no había salida, estaba atrapado. Su padre tenía un arma en su mano.

Estaba acostado en el sofá mientras veía la TV cuando empezó a sonar mi celular. Era Jeongin.

- Hola, Hyunjin.

- Hola, ¿qué pasa?

Su voz sonaba rara, algo había pasado.

- Verás, Felix aún no regresa.

- ¿Cómo que no regresa? - me reincorporé - Si él estaba contigo haciendo un trabajo.

- Sí, pues, verás, era mentira, fue a ver a su padre.

- ¡¿QUÉ?! ¿Por qué no me dijiste nada?

- Perdón, él me dijo que no te dijera nada, pero ese no es el punto, no ha vuelto. Me dijo que no iba a tard...

Salí rápido de la casa tomando el auto, conduje lo más rápido que pude. No podía dejar de pensar si le había ocurrido algo y si le había hecho algo malo.

Entré rápido a la casa y pude ver que Felix estaba contra la pared y su padre tenía un arma en su mano. Corrí poniéndome al frente de él para que no lastimara a Felix.

Un fuerte ruido se escuchó en toda la casa.

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