Capítulo 13 - La Familia Araque

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[Perspectiva de Miranda]

Al llegar a casa, No dejaba de pensar; o preguntarme, mejor dicho, en qué estaba pensando Tina, qué se imaginaba, al menos. No me gustan las cosas malinterpretadas. Sentada en el sofá, sentía escalofríos. Apretaba mis manos sin pensar. Estaba algo tensa, sólo mirando al suelo.―¿De verdad tú le hablabas, Miranda? ―Preguntó, con un tono burlón. Bufé por lo bajo.

―Sí ―Pronuncié casi sin voz, asintiendo. Tina comenzó a reír entre dientes. La miré, con mi ceño algo fruncido. Ya sabía yo que Algo iba a malinterpretar.

―¿Y que era tan interesante como para que le hables a un desconocido? ―Abrí mi boca, desprevenida. No lograba pronunciar más que la A.

―Bu-bueno ―Comencé a tartamudear, luego de un momento, añadí:―, me... me daba c-curiosidad el porqué si-siempre buscaba los mismos l-libros ―Ella asintió lentamente―. S-sólo fue eso.

―¿Y lo ayudaste a...? ―Temí, por un segundo, completar eso. Respiré hondo al instante. Pellizcándome.

―A ha-hacer un en-sayo... ―Dije en voz baja. Tina se levantó del sofá. Me sentí algo insegura en el momento.

―Bueno, está bien ―Dijo.

―S-sé que piensas o-otra cosa, Tina ―La observé. Ella volteó a verme, sonriendo.

―Sólo espero no decepcionarme, preciosa ―Mi vista se fue hacia la puerta, allí estaba Antony, Mejor Dicho, Tony, el único hijo de Valentina con su esposo, Edwar. Ed, mejor dicho. Sí, es una pequeña y humilde familia donde todos tienen abreviaciones en sus nombres.

Tony pasa a la sala y me da un beso en la frente. En ese instante, cerré los ojos con fuerza, un escalofrío recorre todo mi cuerpo, mientras, apretaba mis manos con brusquedad. Luego de eso va a la cocina, y abraza a Tina. Ellos empiezan a conversar tranquilamente. Suspiro y me levanto de allí y voy hacia mi habitación.

Cerré la puerta tras de mi y me recosté en la cama. Me quedé observando a la nada. Sólo recuerdos pasaban por mi mente.

No me gusta, a la vez, ver escenas familiares. Me hacen sentir melancólica, nostálgica, y, es algo triste. Aunque nunca le he dicho a ellos. Pues, evitaría que tuvieran sus momentos bonitos frente a mi.

Tony entra al cuarto. Me sonríe. Y va hacia la otra parte de la habitación. Sí, así es, comparto habitación con él. Pero no es algo malo. Lo conozco desde que tengo uso de razón, es como... un hermano. Además, nunca me he quejado de algo aquí. No tengo porqué hacerlo.

Es extraño pensar que tu verdadera familia no luchó por tenerte, como ésta, la Familia Araque. Ed, Tina y Tony. Las personas más simpáticas y vigorosas que he conocido.

―Oye ―Se asoma Tony, sólo es un muro que nos divide la habitación. Capta mi atención al momento―, te traje algo ―Dice, y comienza a acercarse. Se sienta en mi cama, frente a mi. Con una bolsa en sus manos. Lo observo con atención. Él me da la bolsa.

La tomo en mis manos, pero, no la abro aún.

―¿Q-qué es y p-porqué me lo estás re-galando? ―Pregunté. El comenzó a reír.

―Te lo compré porque sé que te gusta, además, es una chica extraña con los libros, como tú ―Dijo, con una sonrisa resplandeciente. Fruncí mi ceño y abrí la bolsa. Dentro había un libro, al leer el título, miré a Tony, fulminándolo. Pues... el libro que me compró era: La Ladrona de Libros.

―Yo no s-soy una ladrona de li-bros ―Dije. Él comenzó a reír. Siempre me daban gracia verle esos agujeros que se le hacían en ambas mejillas.

Mi Bella MirandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora