—No deberíamos hacer esperar a la Tsahik -la voz de Neteyam los interrumpió antes de que ella pudiera contestar, pero su mirad estaba en el macho que la acompañaba-. Deberíamos marcharnos.

Cadete estuvo a punto de saltar y abrazar a Neteyam por ayudarla a salir de ese momento incomodo, y por la mirada que le dedico el macho no solo se recordó el agradecerle después, sino también intentar de ser menos osca con él.

—Es cierto –Ao'nung le dedicó la sonrisa más brillante a Neteyam, que al igual que Cadete, se quedó apreciándola por más de lo que correspondía-. Síganme, iremos al sembradío.

Siguieron rápidamente al macho que encabezo la marcha, Neteyam se deslizo ágilmente al lado de cadete y entrelazo los dedos de su mano con los de ella. El simple roce de esa mano la hizo temblar y aunque le dedico una mirada de extrañeza, ver las comisuras de sus labios elevarse la hizo sonreír internamente. No entendía muy bien que es lo que sentía, pero había iniciado mucho antes de ese momento, en el bosque mientras cabalgaban, en la cena mientras se observaban disimuladamente, sobre el Ikran cuando Neteyam sostenía sus manos o sus muslos contra su cuerpo. No entendía muy bien lo que significaba que su cuerpo quisiera el contacto y que sus oídos anhelaran el sonido de su voz.

Le aterraba descubrirlo.

—¿Eres un guerrero? –le preguntó Ao'nung a Neteyam, sin darse la vuelta para mirarlo.

—Al igual que tu –respondió secamente.

—Bien, eso significa que eres ágil, lo que hará más fácil el entrenamiento –comentó de vuelta, luego se giró para encararlos y su mirada se fijo en las manos entrelazadas antes de subir hacia el rostro sonrojado de Cadete y sonreírle amablemente, con los ojos brillantes-. ¿tu eres una guerrera también?

—Soy mas bien una computadora —confesó ella y continuó la explicación ante el desconcierto de él-. No uso armas iguales a las tuyas, mi mejor arma es mi cerebro.

—Eres como una sanadora —preguntó el sin comprenderlo-. ¿Ibas a ser la Tsahik de tu antiguo clan? ¿estaban ustedes prometidos? ¿desde cuándo?

—¿Vaya, eres curioso no? –contestó ella con una risa queda.

—Y una patada en el trasero –rezongó Neteyam a su lado.

—He sido irrespetuoso, lo lamento –se disculpó él, aunque el brillo juguetón en su mirada les hizo saber que no lo lamentaba en lo absoluto.

—Te contestaré todo eso si logras que aprenda a usar una esas –le ofreció Cadete apuntando hacia las cuchillas que escondía en su pareo y ganándose otra brillante sonrisa de él.

—Yo estoy a cargo de tu entrenamiento –le recordó Neteyam con un apretón de mano.

—Tu me enseñaras a usar el arco...

—Yo no soy muy diestro con el arco –confeso Ao'nung, con la mirada sobre Neteyam que lo veía con suspicacia-. Tal vez me una a esas lecciones.

Cadete soltó una risa entre dientes mientras observaba a Neteyam abrir y cerrar la boca varias veces sin saber que contestar.

Era pasado el mediodía cuando llegaron al sembradío, la isla tenia un encanto diferente al bosque, pero no menos impresionante, la reunión con Ronal fue tensa pero productiva, y la compañía imperturbable de Neteyam y la amabilidad de Ao'nung lo hacían más llevadero.

Le enseñó a la sanadora como cuidar las semillas en la etapa de germinación para que no adquirieran el tono rojo, y se ofreció a ayudar a crear un sistema de automatizado de riego usando solo los materiales de la isla.

La expectativa pareció convencer a Ronal quien le dedico un asentimiento rígido antes de despedirlos e indicarles que debían recordar la cena de la noche.

Una cena en su honor, se recordó, tal vez seria prudente pedirle a Kiri que la ayudara a alistarse, y probablemente requiera de mucha paciencia el estar rodeada toda una noche de Neteyam y Ao'nung, sobre todo con la mirada llena de dagas del primero y las sonrisas asesinas del segundo.
Pero ella haría cualquier cosa menos negarse a un reto así...

—Estas sonriendo mucho –susurró Neteyam mientras caminaba a su lado para volver al maroui. Ella enarcó las cejas.

—¿Prefieres que este malhumorada?

—La madre me salve, no. Pero me gustaría saber por que estas sonriendo –preguntó el mostrándole los dientes en una sonrisa felina.

–Te diré una cosa, guerrero -dijo ella con suavidad-. Hagamos una carrera, si me ganas tendrás derecho a una respuesta.
Neteyam resopló como si la simple idea de que ella ganara le pareciera imposible. Ao'nung soltó una risa entre dientes.

–Parece que alguien esta asustado de perder –ronroneó Ao'nung haciendo que Cadete riera con más fuerza.

—Yo no se lo que es el miedo –se regodeó Neteyam echando los hombros para atrás-. Te dejaré cinco minutos de ventaja, e incluso así, tus piernas cortas no me vencerán.

–Oh te mataré –gruño ella mientras se lanzó contra Neteyam que la elevo en su hombro tropezando hacia atrás y cayendo en el pecho de Ao'nung.

Los dos na'vi se tensaron por la intrusión hacia el hijo del líder del clan, pero un segundo después el macho estaba riendo con fuerza haciéndolos compartir una mirada avergonzada...

Si, ella iba a requerir mucha paciencia para soportar esa noche... y eso le alegraba.










Espero que estén listos para lo que se viene!

Onism || Neteyam Where stories live. Discover now