Jake los hizo reunirse a todos en un pequeño circulo en el suelo, incluyendo amablemente a Cadete en él.

—Quiero volver a casa –la voz desamparada de Tuk hizo que el silencio se rompiera-. Aun no he alcanzado la edad para conseguir mi Ikran, y la Tsahik dijo que estaba haciendo muchos progresos. Si me quedo aquí no podre conocer el bosque como mis hermanos...

—Tuk –se lamentó Neitiry, dándole un abrazo a su pequeña.

—Este será tu nuevo hogar, pequeña -le recordó Jake amablemente, dándole una palmada en la cabeza a su hija pequeña-. Será nuestro nuevo hogar, aquí aprenderemos tantas cosas nuevas y viviremos aventuras como en el bosque.

–Nuestro hogar será donde estemos juntos —dijo Neteyam, ganándose una sonrisa por parte de Jake.

Todos se miraron en silencio otra vez, Cadete observaba el suelo de madera sintiéndose ajena a ese momento tan íntimo y familiar, preguntándose si alguna vez existirá un lugar al que ella pudiese llamar su hogar.

—Sera un nuevo comienzo –prosiguió Neteyam, la voz hizo que Cadete lo observara, encontrándose con que el la estaba mirando a ella-. Un nuevo comienzo para todos.

—Los Sully somos uno, ¿no? –continuo Lo'ak haciendo que todos soltaran una risa queda.

—Así es, y permaneceremos juntos. Eso es lo que importa –declaró Jake antes de observar a su hijo mayor y a Cadete-. En cuando a ti, muchas gracias por ayudar a que nos aceptaran en el clan, no se de donde has sacado toda esa información, pero lo importante es que gracias a tu ayuda tenemos una nueva oportunidad. Estoy en deuda contigo.

—No tiene que agradecerme, señor –respondió ella con el rostro caliente. Si bien su trabajo siempre había sido saberlo todo, nadie le había agradecido por ello-. Hare lo que pueda para que sigamos siendo relevantes en este clan.

—Descansa, soldado –dijo Jake con una pequeña sonrisa-. Tienes que comenzar a preocuparte por tu vida, no estas en una misión, este es un nuevo inicio para ti también. Y creo que Neteyam puede ayudarte... —lo ultimo hizo que el rostro de Cadete amenazara con explotar, se escucharon risas de Kiri y Lo'ak, incluso de Neitiry mientras Neteyam a su lado solo la observaba profundamente.

—El hijo del Olo'eyktan nos espera –murmuró ella a trompicones antes de levantarse y sacudir la suciedad de su pareo-. Nos veremos en la cena.

Salió rápido del maroui sin preocuparse por observar nada a su alrededor, antes de darse un golpe en la cabeza con un pecho duro y amplio. Soltó un gemido de dolor antes de alejarse con ayuda de unos brazos que evitaron su lamentable caída al suelo.
Cuando levanto la vista observo a un Ao'nung que la veía con las cejas arqueadas y las comisuras de los labios apuntando hacia arriba. El sonrojo de Cadete solo pudo empeorar mientras se disculpaba una y otra vez.

—Disculpa –se apresuró a decir Cadete, mortificada-. No veía por donde andaba, lo lamento mucho ¿te he lastimado?

—Hace falta más que un tropiezo para lastimarme –la tranquilizó el con sus ojos celeste amables y brillantes mirándola con atención.

—En ese caso, gracias por evitar que me fuera de boca al suelo. No termino de entender cómo funcionan los pies -bromeó ella sin esperarse la sonrisa que le dedico el macho-. Tu nombre es Ao'nung, ¿cierto?

—Me preocupa que sepas mi nombre, pero yo no conozco el tuyo –se quejó el conservando la sonrisa que le contagio a Cadete-. Alguien tan inteligente debe tener un nombre especial.

Ella lo observó con el rostro caliente, estaba avergonzada. No quería decirle su nombre sencillamente porque no tenia uno. Pero no podía evitar la pregunta sin resultar irrespetuosa.

Onism || Neteyam Donde viven las historias. Descúbrelo ahora