Capítulo 19

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Cuando finalmente el motor de la motocicleta se apagó, Harry fue el primero en bajar con rapidez. Sacó el casco de seguridad de su cabeza y lo dejó a un lado, poniendo su total atención en Louis de inmediato. El frío de la noche sacudió los rizos despeinados del menor junto a los cabellos del alfa, quién por un momento se quedó justo donde estaba, divagando un poco en sus pensamientos.

El camino a la casa de Louis había sido un poco largo, a una velocidad mínima y segura, mientras trataba de no concentrarse en los dolores que comenzaban a limitarle de ser una persona consciente, logró ponerlos a ambos ahí, sanos y salvos. Harry confío ciegamente en qué sería así, porque el celo de Louis todavía no comenzaba por completo y porque el alfa jamás se arriesgaría a ponerlos en peligro.

—¿Cómo te sientes? —las manos de Harry llegaron hasta el rostro de Louis como un imán, le dio una mirada de preocupados y brillantes ojos verdes y se guardó un suspiro.

Louis exhaló con suavidad, ladeó la cabeza ante el toque y cerró los ojos—. Mal —admitió.

Y era así, su cabeza seguía palpitando y la temperatura seguía subiendo, mientras que los escalofríos comenzaban a ir y venir por todo su cuerpo cuando el viento frío chocaba con su cuerpo caliente.

Harry hizo una mueca dulce, acarició las mejillas del alfa con sus pulgares y alejó los cabellos que molestaban sobre sus ojos y se sacudían suavemente con el aire.

—Necesitas un corte de pelo —el omega dijo.

El mayor apenas y pudo ladear una pequeña sonrisa. De pronto se sentía más ausente y sus sentidos comenzaban a nublarse, pero el toque de Harry se sentía bien, se sentía correcto... Louis ansiaba más de ello.

—Lo sé.

—¿Vamos dentro? —Harry preguntó.

Louis asintió. Puso todo su esfuerzo en bajarse de la motocicleta y dejó que Harry le abrazara por la cintura, incluso si aún podía caminar, no del todo recto, pero todavía decente, dejó que Harry lo ayudara. Le parecía demasiado tierno y amable que fuese tan atento y cuidadoso, como si de todos los lugares en el mundo, él prefiriera estar ahí, haciéndose cargo de él, cuidándolo como había dicho que haría.

—Si pudieras elegir entre estar en el lugar de tus sueños, o justo aquí, justo ahora. ¿Qué elegirías? —el alfa preguntó mientras daban pasos lentos en dirección a la entrada principal.

Nada había cambiado, seguía siendo su casa de pintura antigua y jardín olvidado, con plantas secas que se había olvidado de regar y demasiado silencio alrededor. Harry le apretó la cintura mientras subían los escalones de la fachada principal, como si quisiera que Louis hiciese el mínimo esfuerzo por subir.

El alfa quería decirle que él era el embarazado ahí, que estaba bien y que solo estaba por tener un celo. Pero se calló, se calló porque se sentía jodidamente bien tener la atención de Harry, tener su cuidado y la suavidad de su asistir.

—Aquí —Harry le respondió.

Louis meneó la cabeza. Seguía sintiendo las punzadas, una más fuerte que la anterior—. ¿Cuál es el lugar de tus sueños?

—Hm... Tal vez Venecia, siempre me ha gustado lo que venden en la publicidad, los paseos en góndolas , los callejones, los canales, muy romántico —explicó con suavidad—. ¿Las llaves?

—En mi bolsillo izquierdo.

Harry comenzó a rebuscar en el bolso del pantalón y Louis se lo permitió, echando la cabeza con suavidad hacia atrás, pensando un momento en lo que el menor dijo.

—Entonces... Preferirías quedarte aquí, en lugar de ir a Venecia, el lugar de tus sueños, justo ahora.

Harry metió la llave en la cerradura de la puerta y giró el pomo después, abriéndola. Siguió sosteniendo a Louis por la cintura y pronto ambos fueron dentro.

Our DestinyWhere stories live. Discover now