Terminando de escribir unas breves palabras llenas de cariño y sobre todo compresión mutua hacia sus progenitores. Procede a salir de allí, hasta detenerse por su celular, que no dejaba de vibrar..

Observó el aparato extrañada, ¿Cuando lo puso en vibrador? Solía dejarlo en sonido.

Confundida mira la pantalla al notar una llamada de Namjoon, ¿Por qué estaría llamándola?

Por otro lado, Jimin miraba una y otra vez por la ventana sintiendo una leve angustia. No quería sentirse de esa forma, pero debía actuar lo más veloz que podía. Con paciencia espera unos minutos más hasta que el timbre de la casa resuena en sus oídos.

Su expresión cambia por una mirada cargada de intensidad, su respiración se vuelve agitada y sin esperarlo más, corre hacia el cuarto de su novia.

—Dani-... —calló de golpe al ver a la joven en el pasillo con una expresión desconcertada mientras tenía su celular.

—Cariño.. —repite con un tono gutural hasta que la contraria habla aún sin comprender.

—Cielo, perdón, es que Namjoon me estaba llamando. Es tan extraño.. al parecer me llamó ayer todo el día. —menciona para tratar de llamarlo de nuevo. Siendo interrumpida por las manos del rubio.

La joven levanta la mirada hasta él.. con una expresión ilegible.

—¿Qué pasa..? —le preguntó preocupada con desconcierto.

El rubio con seriedad, aleja el celular de ella para tirarlo al suelo con fuerza, rompiéndose al instante y dejando varios pedazos de este esparcidos.

Ella abre sus ojos de par en par observando el teléfono destrozado en el piso.. Con un poco de miedo vuelve a mirar a Jimin.

—¿Por qué hiciste eso, Jimin? ¿Qué rayos te sucede? —vuelve a preguntarle esta vez más alterada por su extraño comportamiento y acciones.

—Sabrás todo cuando estemos lejos.. prometo que te contaré todo.. pero tienes que confiar en mi, Daniela. —expresa seriamente para escuchar una vez al timbre ser tocado. Toma la mano de ella precipitadamente para casi correr hacia la puerta trasera de la casa lo antes posible.

《 ... 》

Mientras tanto, fuera de la casa, los policías al no tener ninguna señal de parte de las personas dentro, empiezan a surgir sospechas.

Pues aún estaba la evidencia del automóvil estacionado en frente de la casa.. y que no haya respuesta de parte de quienes estaban allí, cada vez era más extraño.

—¿Seguro de que están aquí? —se gira uno de los oficiales preguntando.

Ambos chicos dan un asentimiento rápido apenas lo escuchan.

Los policías se miran entre ellos para proceder a abrir la puerta a la fuerza. Uno de ellos choca una y otra vez con esta, no pudiendo abrirla. Toman la iniciativa de dar una patada a esta, y así mismo dar con esta.

Al dar la gran patada, el leve sonido de "crack" se hace presente varias veces, dañando un poco la hendidura. Logran abrirla por completo, adentrándose velozmente a la residencia.

Varios de ellos se esparcen buscando a los dos jóvenes, en el pasillo de las habitaciones, en la cocina, en la sala. Hasta en el ático. Pero no había ni una sola señal de ellos.

Uno de los hombres llama inmediatamente a la estación policial por más autoridades.

—Agente Lee, necesito que vengan algunos refuerzos a la dirección de Gansam, avenida 7, calle 4. —indica con firmeza en su radio para caminar junto a los demás de sus compañeros hacia afuera del lugar.

—Encontré un celular roto en uno de los pasillos, al parecer no podremos rastrearlos. Pero no creo que estén muy lejos. —mencionó acercándose uno de los policías.

El contrario aprieta su mandíbula levemente para observar hacia una puerta lejana, dando hacia el patio trasero semiabierta. Al ver aquello mira con desdén para negar lentamente.

Era más que evidente donde podían encontrarse.

Los otros dos chicos, con expresiones desconcertadas y angustiadas. Miran a los oficiales.

—¿Cómo podemos ayudarles, oficiales? —pregunta el moreno pálido con evidente preocupación.

—Ambos no deben estar muy lejos, por lo que tengo entendido. Pueden quedarse aquí. Nosotros iremos hacia el bosque detrás de la casa.. No creo que estén tan lejos de aquí. —se aproximó con los demás oficiales hacia la puerta con ligeros cristales de color celeste adornandola exactamente en la mitad.

Saliendo rápido de la casa, se desplazan con cautela y algo de velocidad por el bosque, visualizando y escuchando atentamente los ruidos que podían hallarse allí.

—Kim, tú irás por allá, y Moon. Irás a la izquierda. —los nombrados asienten reafirmando las indicaciones para encaminarse por lados separados en aquel pequeño bosque.

Sea como sea, tenían que dar con ambos.

El hombre con expresión concentrada, daba paso tras paso con lentitud buscando con la mirada algún rastro.

En medio de aquella concentración, el ruido de las hojas sobre los árboles estaban presentes, al ser ligeramente movidas por el viento, provocaban dóciles susurros hasta un total silencio.

Se detiene con lentitud al escuchar un leve sonido de hojas secas siendo pisadas varias veces. La idea de que podía ser un animal tal vez escabullendose estaba presente. Pero definitivamente eran más similares a pasos de una persona corriendo.

Sin más, sigue aquellos pasos rápidos con más velocidad.

Notando un pequeño conejo saltar hacia uno de los arbustos. Se queda quieto maldiciendo entre murmuros.

Cada vez que llegaba más lejos tratando de no ser notado, la paciencia se agotaba y los destellos de irritación en su mirada eran palpables.

No daba con alguna pista o señal de alguno en aquel pequeño pero algo laberintico bosque.

Toma su radio mientras se seguía caminando.

—Avísenme si notan algo. —exige con notable frustración.

Tenía que dar con ellos como sea.

Park Jimin tenía que pagar por cada uno de sus terribles crímenes.

Pero claro..

Sino es que el astuto rubio poseía un haz bajo la manga.

Sino es que el astuto rubio poseía un haz bajo la manga

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