Capítulo 24: Back to work

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Nick entró en el aparcamiento de la comisaría sur del Departamento de Policía de Portland y se detuvo para respirar hondo antes de salir a regañadientes de su Land Cruiser.

Tenía sentimientos encontrados respecto a volver al trabajo; la razón principal era la reticencia a alejarse de Hadrian y de todos los demás. Sabía que le llevaría tiempo superar el trauma que le habían causado los sucesos anteriores; probablemente, el diagnóstico que le darían si llegaba a hablar con un terapeuta sobre los últimos años sería el de trastorno de estrés postraumático.

Aunque no hablaban mucho de ello, todos habían aprendido a reconocer los signos en sí mismos y los desencadenantes en los demás. Rosalee había tardado meses en dejar de ser un desastre ansioso cada vez que Monroe tenía que salir a reparar un reloj, o Trubel en dejar de esconder comida en la mochila que siempre tenía al alcance de la mano, y nadie sacaba a relucir las pesadillas o las pesadas ojeras de Wu. Todos lo entendían y se aseguraban de estar ahí para los demás, como podían.

Nick se preparó, relajó los hombros a propósito y esbozó una sonrisa amistosa al doblar la esquina del pasillo que conducía a la sala del escuadrón. Una rápida mirada hacia el despacho de Renard reveló que las persianas estaban cerradas pero las luces encendidas. Podía oír a Renard al teléfono y prefirió ignorar aquel problema en ciernes hasta que se viera obligado a interactuar con el medio zauberbiano.

Y ésa era la segunda razón por la que temía volver al trabajo: era sólo cuestión de tiempo que Renard exigiera respuestas sobre Hadrian. No había razón para mentir, ya que Diana le contaría absolutamente todo a su padre sobre su nuevo hermano mayor, pero Nick era realmente reacio a compartir nada más allá de lo básico, sin importar la tregua tentativa que tenían con el Príncipe bastardo.

Todos estaban perfectamente de acuerdo en la necesidad de ofuscar todo lo posible. Definitivamente no había necesidad de mencionar el viaje dimensional - pero no había manera de que pudieran ocultar los poderes mágicos, al menos no completamente. Mantener algunas cosas vagas o dejar que Renard subestimara al adolescente sería lo mejor que podrían hacer, aunque en última instancia fuera inútil.

Suspirando morosamente cuando se conectó a su correo electrónico de trabajo y vio el trabajo atrasado, Nick se obligó a concentrarse, sabiendo por experiencia que sólo empeoraría si lo ignoraba. Unos minutos más tarde, Hank se había reunido con él y Nick lo saludó distraído. No fue hasta que Wu se les unió con una pila de archivos que Nick se dio cuenta de que habían pasado varias horas.

-¿Tenemos un caso, Wu?-.

-No. Y no estoy seguro de si debería estar deseando un asesinato para escapar de mi acumulación de papeleo o estar agradecido por el indulto de los malos apocalípticos-. Hizo una pausa -Y ahora siento que he cruzado una línea. ¿Acabo de gafarnos?-.

Nick miró brevemente a su compañero, Hank parecía divertido y Nick realmente deseaba poder descartar la posibilidad de un gafe... ¿qué era de su vida?.

Justo en ese momento, se abrió la puerta del despacho de Renard, quien hizo un rápido gesto indicando a Nick que se reuniera con él en su despacho antes de desaparecer de su vista. Nick dirigió una leve mirada a Wu, que pareció avergonzado por un momento antes de encogerse de hombros a modo de disculpa.

Rodando los ojos hacia su amigo, Nick recogió su teléfono móvil y volvió a comprobar que su pistola y su cuchillo estaban bien asegurados antes de levantarse para reunirse con su capitán y a veces enemigo en el despacho esto debería ser divertido.

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