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4 mayo - Dortmund
OMNISCIENTE.
Jude Bellingham tenia todo calculado, tenía hace semanas lista la sorpresa para su novia y rogaba que todo saliera más que bien. Eran las seis de la madrugada, las luces permanecían apagadas en la casa del moreno, lo único que tenían prendido eran dos linternas provenientes de dos celulares. Julian quien estaba sosteniendo un enorme ramo de rosas rojas en forma de corazón, fue el segundo después de Jude en subir las escaleras hacia la habitación del moreno.
Lionel Scaloni fue el siguiente, quien llevaba una enorme bolsa de Versace y un peluche de perrito. También se encontraban Ian y Noah con unas minis bolsas de Victoria's Secret, al igual que su madrastra. Emilia Ferrero junto a la mejor amiga de la castaña, Milu, traían unos bombones y sus regalos que compraron en Versace también. Era una de las marcas favoritas de Sofia. Aún que, las bolsas de ambas la tenía Emilia, ya que la rubia traía algo más importante en sus manos.
Bellingham abrió con su mano libre con cuidado la puerta de su habitación, en su otra mano sostenía una mini caja decorada por él y una carta en la tapa de esta. Dejó pasar a sus acompañantes tratando de hacer el menor ruido posible.
Vieron a una Sofia dormida en la cama de su novio, se escuchaba el leve respiro de la castaña.
Jude les hizo una seña para que apagaran las linternas de sus celulares, lo cual le hicieron caso. El moreno se acercó a paso lento hasta llegar al lado de su cómoda cama, acercó su rostro dándole un tierno beso en su cabeza y con caricias en sus mejillas logró despertarla, sonrió aliviado de no tener que haber hecho tanto esfuerzo. Sofia poco a poco abrió sus ojos removiendose en la cama, en cuanto abrio sus ojos por completo, vio confundida a su novio por haberla despertado.
El inglés se río al verla de esa forma, le resultaba tierno.
—Feliz cumpleaños, preciosa — Murmuró él y ella entendió todo, aun sin percatarse quienes se encontraban con ellos.
Sofia se sentó en la cama y lo atrajo con sus brazos hacia ella abrazándolo, durando unos segundos así. Jude se separó delicadamente y dejó un beso en sus labios.
—Gracias, bebé — Agradeció ella sonriendole.
El solo le devolvió la sonrisa y carraspeo su garganta dandole la señal a quienes eran su sorpresa para que se acercaran. Elisa Montero, madrastra de Sofia, con ayuda de un encendedor prendió las velas con el número "19".
