4. La oscuridad tras la necesidad social.

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- Viendo su expediente, señorita Edevane, veo que usted no ha sido nada... "Agradable" con los otros estudiantes de sus anteriores escuelas. - El director se encontraba charlando con Elizabeth en su despacho antes de integrarla al internado, la estaba evaluando para dar con el último paso para ser admitida. Esta evaluación realmente no determinaría si sería admitida o no, solo era una evaluación ligeramente social respecto a la autoridad.

- En primer lugar ellos no lo fueron conmigo. Creo que solo me faltó cierta compresión de su parte. - Elizabeth intentaba victimizarse ante el director, sabía que la estaba evaluando y esta tenía que dar buena imagen a conveniencia. - No creo que haya sido ese el problema. La documentaría como una sociópata si sus padres no me hubieran enviado su registro médico y psicológico. -

Elizabeth desconocía totalmente su trastorno mental, no sabía qué neurodivergencia padecía ya que sus padres jamás quisieron hablarle de aquello y ella nunca se interesó en preguntarles. Aunque cierta duda comienza a indagar en Elizabeth.

- Igualmente, aquí le ofreceremos la mayor compresión posible, Edevane, siempre y cuando procure adaptarse a nuestras sencillas normas. - Elizabeth desvaría un poco antes de interesarse por aquellas sencillas normas.

- Disculpe que pregunte, director Sandemetrio, pero ¿Podría ver mi registro médico y psicológico? - el director suelta una leve carcajada - ¡Ja! Ojalá pudiera, Edevane, pero si usted no lo sabe no podrá averiguarlo acá, es confidencial, aunque sea su registro solo podemos verlo los especialistas, sus representastes y yo. Normas del internado. -

Elizabeth frunce el ceño ante la respuesta del director, pero antes de soltar un comentario sarcástico acerca de esta norma tan estúpida, decide ser diplomática. - Bien, director, lo entiendo. Cuénteme un poco más sobre lo que debería saber. - Elizabeth finge interés a conveniencia. - Claro, Edevane, me encantaría. Pero hay todo un libro que pronto se le dará para que lea a detalle todas y cada una de las normas. De mientras, tenemos que seguir hablando de su expediente, le daré la oportunidad de defenderse. -

El director empieza a ojear nuevamente el expediente de Elizabeth mientras sonríe, era una sonrisa burlona ya que parecía el expediente de una posible psicópata. - Gracias por la oportunidad, pero no necesito defenderme de nada. Eso ya se resolvió en el tribunal con unas cuántas libras esterlinas. - el director ríe de manera carismática ante el comentario irónico de Elizabeth.

- No lo dudo, sé que viene de una familia adinerada. Por eso intenté conseguirle el mejor dormitorio pero de acuerdo a su llegada tan atrasada, debo de ponerla en el dormitorio más grande donde pueda ocupar un tercer lugar con otras dos estudiantes. - Elizabeth gira levemente la cabeza con cierta duda. - Solo fue una semana y unos cuantos minutos tarde... ¿A qué se refiere con ocupar un tercer lugar? Se supone que iba a estar sola en mi propio dormitorio. -

El director deja de observar el expediente para ver a Elizabeth a los ojos. - Señorita Edevane, ha habido ciertos cambios, este es el año en que más estudiantes se han inscrito. Hemos tenido que hacer que los dormitorios de una persona sean de dos, algunos de dos han quedado igual por la falta de espacio, y los más grandes han sido convertidos en dormitorios de tres personas. Ha llegado tarde, es literalmente la última alumna en venir. Tuve que priorizar. -

Elizabeth se notaba ligeramente molesta ante esta aclaración por parte del director. Se había acordado que ella estaría sola para todo el semestre y parte de las vacaciones de verano como un plan extra pagado por sus padres. - Lo entiendo, director. Pero no espere que halle normal el hecho de que este acuerdo no se haya llevado a cabo tal y como se acordó. - el director pasa de este comentario.

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