Esclavo [KM]

Parte 5

💥 Advertencia: este capítulo contiene lemon, que lo disfruten. 💥

⛓️

Lo siguiente que sintió, fué la silla junto a él corriendose hacia atrás, y a Jungkook sentarse en ella.

- ¿Estás bien? -cuestionó el pelinegro.

- No quise ofenderte, lo siento si así fué-

- No me refiero a eso... -susurró, rebelando su acercamiento.

Jimin se erizó.

- Hay algo más... -agregó, posando su mano en la rodilla contraria- Algo que te tiene tenso, ¿Cierto?

Jimin tragó saliva, sintiendo su tacto subir de a poco por su pierna.

- ¿Acaso me equivoco? -cuestionó una vez más, bajando su mano hasta la rodilla nuevamente.

- No... -murmuró Jimin.

La mano volvió a subir...

- ¿Qué es... lo que te pone tenso? -insistió, pero ante el silencio, su mano volvió a bajar...

Y Jimin no lo resistió más, por lo que tomó su mano y la llevó a su erección.

- ¡Aquí! -soltó exaltado, respirando agitado.

- A la mierda los dos meses. -gruñó Jungkook.

Con su mano libre lo tomó del mentón, y sus labios no demoraron en devorar los contrarios.

Jimin respondió gustoso y ambos sonrieron cuando sus dientes chocaron. Nada sorprendente para ser dos jóvenes completamente inexpertos... Y calientes.

Jungkook se puso de pie y le obligó a Jimin a pararse pues no se despegó de sus labios. Le acercó a la mesa y le sentó allí.

Los besos continuaban tan deseosos como al principio, adquiriendo cada vez más práctica, volviéndose más rítmicos y húmedos.

La falta de aire les hacía jadear entre besos, y entonces, cuando Jungkook recostó su hombría sobre la de Jimin, el primer gemido hizo aparición.

Jimin se cubrió la boca avergonzado y Jungkook sonrió triunfal. Había perdido la cuenta de las veces que se había preguntado cómo sonarían los gemidos de Jimin.

- Te amo, Jimin. -confesó por primera vez, y se sonrojó, pero sonrió. Pues era lo que sentía.

- Jungkook yo...

- No te obligaré a qué lo digas también... -soltó, comenzando a desabotonar la camisa contraria.

- No es eso, yo también te amo pero, ¿Estás seguro de esto? -Jungkook sonrió feliz.

- ¿Qué esperas? Desprende mi camisa también... -pidió sonriente.

- Los dos meses... -susurró, sobre el beso que Jungkook le dió.

- Anoche estaba pensando, y hace seis meses que ya no eres mi esclavo, incluso mi madre te dió la bienvenida.

- ¿Quieres decir que...?

- La verdad no estoy seguro, pero ¿ya que? Yo quiero hacerlo ¿y tú?

- Pues yo... -comenzó avergonzado.- ¿Tú qué crees? -preguntó, comenzando al fin, a desprender la camisa de Jungkook.

El pelinegro sonrió y terminó de quitar la molesta e innecesaria ropa, tirándola sin mirar a dónde.

Sus besos chasqueaban, sus manos recorrían, ya no quedaba piel por ser tocada, más sus manos no paraban. Continuaban adorandose como tanto habían deseado desde hacia unos meses.