Capítulo 8

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Problemas amorosos

La joven abre los ojos al escuchar el sonido de su alarma y ve oscuridad absoluta, había pasado más de una simple hora, era de mañana.

—Vaya... Sí que dormí —murmura para sí misma levantando su cuerpo de la cama.

Mira la hora en su teléfono, y en efecto eran las 6:20 de la mañana. Ella se levanta completamente de la cama poniéndose sus pantuflas y camina hacia su baño personal e inicia su rutina de cada mañana escolar.

[...]

Salió del baño, se puso su uniforme y zapatos para luego empezar a cepillarse el pelo, mientras lo hacía no pudo evitar pensar en Alexander y en qué peinado le gustaría ver en ella, debido a ello se le escapa una leve sonrisa por unos segundos, pero sacudió su cabeza y siguió alistándose.

Opta por recoger su cabello castaño rojizo con una goma para el pelo y hacerse una coleta, tomar su mochila, celular y bajar por las escaleras mientras revisaba sus mensajes. Vió que después de haberse dormido sus amigas habían seguido escribiendo, eran 68 mensajes en total que leería luego con calma.

—Deberías dejar de escribir mientras caminas, jovencita —menciona su padre apareciendo detrás de ella en las escaleras.

La chica se sobresalta espantada provocando que dejara caer su celular, después de unos segundos intentando atraparlo en el aire sin éxito.

—Está bien, papá —Abraza a su padre cuando baja las escaleras.

—Espero y lo hagas —manda señalando con el dedo índice y avanza hasta la cocina. La castaña rojiza se inclina para recoger su celular y sigue sus pasos.

—Buen día, ma' —saluda acercándose a abrazar a su madre detrás de la barra de desayuno.

—Hola Meli —Le corresponde el abrazo acariciando su espalda y le sonríe cuando se separan. —¿Qué tal si te sientas? Te traeré el desayuno.

Melissa asiente.

[...]

Después del desayuno, Melissa y su padre subieron en el auto con destino al instituto, después de veinte largos minutos en el auto, el azabache mayor detiene el auto en la entrada del instituto. Su hija se despide besando su mejilla y deseándole un buen día, agarrar su mochila y bajar del auto para adentrarse en los extensos pasillos del lugar. Observó su reloj, aún quedaban tres minutos antes de entrar a las aulas, así que decidió entrar con rápidez.

En el aula solo se encontró a cuatro personas, seguramente no habían llegado los demás, la de ojos cafés camina hacia su butaca quitándose su mochila del hombro para sentarse y mirar su celular para entretenerse. Unos segundos después apareció en el umbral de la puerta una cabellera rubia anaranjada era Lucero con una sonrisa alegre en su rostro caminando hacia la castaña rojiza.

—¡Hola! Buen día Melissa —saluda entusiasta la chica de ojos oscuros con una sonrisa en los labios.

—Hola... —saluda agitando la mano con timidez. Aún no se acostumbraba a las dos nuevas chicas, pero hacía lo posible por ello.

La rubia anaranjada toma asiento al lado de ella dejando su mochila sobre la mesa. —Veo que llegaste temprano —comenta, y Melissa asiente. —Por cierto... No te lo he preguntado, pero... ¿Cuál es tu modalidad?

—Arquitectura —Le informa con una sonrisa orgullosa. —¿Y cuál es la tuya?

—¡Es grandioso! —responde con asombro. —La mía es Costura, me encanta hacer diseños y dibujarlos.

—Entonces sabes dibujar bien, ¿no?

Lucero asiente. —Lo más esencial por supuesto, pero saliendo de diseños de ropa, nada —ríe al mencionar lo último.

Amor a primera vista [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora