Capítulo XXI

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Tae estaba mirando por la ventana, cruzado de brazos y serio.

Junto con él, los mellizos, pues solo esperaban a que pasara la hora en la que su nueva vecina iba a su casa, y la verdad es que iba solo a preguntar por Jungkook o esperar a que él abriera, pero no pasaría, por que Jungkook había empezado a trabajar otra vez, y aunque solo era medio día, era un infierno para los Jeon, principalmente para los cachorros, qué muchas veces trataron de alejarla con pequeñas bromas y aún así no dejaba esa costumbre, qué ya era un capricho.

—Papá, ahí viene otra vez—Señaló.

Tae se acercó a la puerta y antes de que ella tocara el timbre, abrió de golpe, sorprendiendola, ella solo parpadeó un par de veces y sonrió inocentemente.

—Buenos días, ¿Está...

—No está, ¿podría dejar de venir solamente a preguntar cosas estúpidas? Solamente se hace tonta, mi esposo jamás le haría caso a una, molestia como tú

Pensar que eso la molestaría o algo, pero su respuesta fue algo que ninguno de los tres esperó.

—Eso crees tú, los alfas de ahora son muuuuuyyyy infieles y con cualquier cosa caen ante otro omega qué no es el suyo, no sé cómo se fijó en ti, un omega y con cargas

Ambos niños sintieron el temblor del cuerpo de Tae, Ikyeng gruñó y la empujó, su fuerza ya había aumentado, logró derribarla y la miró con furia, limitándose a hacer alguna otra cosa.

—¡Lárgate, deja de molestar a mis papás!

Y con eso, cerró la puerta, Ikyang tomó la mano de Tae y lo guió al sofá, sentandolo, se veía perdido, ambos se miraron, no sabían que hacer, así que fueron a la habitación de Taehyung.

Tae estaba realmente perdido nuevamente en sus pensamientos, "Los alfas caen con cualquier cosa", entonces, recordó a Seyoon, su alfa cayó bajo encantos de otra omega, y perdió la batalla para ver a su bebé, no iba a pensar en que Jungkook era capaz de eso, claro que no, Jungkook lo amaba y lo sabía, él y sus hijos eran sus más grandes tesoros y jamás los dejaría por una aventura, aparte, no sabía que le sucedía a esa mujer, estaba casada y tenía un hijo, por que hacía eso.

De pronto miró a su lado, los niños lo miraban con asombro, él estaba llorando.

—Papá...

Tae tensó la mandibular y se soltó a llorar, había vivido siete años en ese lugar como para que ahora esa loca lo atormentara, los niños miraban a su papá, se miraron y se acercaron a abrazarlo, y él los sujetó con algo de fuerza, esa situación los abrumaba a todos, pero no sabían que hacer, jamás habían visto a su esposo, hablar con él podría ser una opción.

La puerta se abrió de golpe, dejando ver a un Jungkook asustado, preocupado y alterado, al ver a su Tae hecho un mar de lágrimas, se acercó rápidamente y los niños se alejaron para que Kook viera por Tae.

—TaeTae, ¿que sucede? ¿Por que lloras?

—¿Qué haces aquí?

—Los niños me dijeron que te sentías mal, se escuchaban preocupados

Tae no dijo nada y solo siguió llorando, Jungkook sería paciente, lo acercó y acobijó en un abrazo, dándole seguridad y calma, quería pensar que era por el embarazo y otro cambio de humor, pero no era así.

—Es culpa de la vecina—Gruñó Ikyeng.

—¿La vecina?

—Vino otra vez a preguntar por ti y a molestar, y le dijo a papá Tae que tú no lo amas, y que los alfas son infieles y caen ante otro omegas fácilmente, la odio

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