Capítulo III

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—¿Estás bien, cielo?—Habló Jungkook, quien esperaba a Tae afuera del baño, las náuseas matutinas lo tenían harto.

—Si, ya salgo

Jungkook era paciente, ese día el bebé cumplía dos meses de gestación, a lo cual, debían de ir al hospital para la revisión y su ultrasonido.

Tae salió del baño y Jungkook lo sostuvo un momento para que no se tambaleara.

—Estoy bien, tranquilo

—Te ves débil, ¿Quieres ir de una vez para que te revisen?

—No, puedo esperar hasta la hora de la cita, tranquilo, solo tengo hambre

—De acuerdo, ya te hice el desayuno, vamos

Tae asintió, mientras caminaba delante de Jungkook hacia la cocina, se sentó a la mesa, mientras Jungkook le servía los waffles y les ponía fresas, las fresas eran lo único hasta el momento que el cachorro no devolvía.

—Gracias—Sonrió nervioso, le daba miedo comer.

—Come, con calma, el bebé disfrutará si tú también lo haces

Tae asintió, comenzó a comer feliz, sintiendo como el bebé recibía la comida bien, dándose cuenta de que amaba todo lo dulce que Taehyung ingería, a pesar de aún ser demasiado pequeño, crecía rápido.

Al terminar, Tae fue a cambiarse, mientras Jungkook lavaba y acomodaba lo usado en el desayuno.

Tae se veía al espejo, sonrió al ver su pancita, para apenas tener dos meses, ya se notaba un poco, la acarició, para después buscar su ropa y vestirse, una vez listo, solo esperó a Jungkook.

Cuando estuvieron listos, salieron de casa en dirección al auto, subieron y emprendieron camino al hospital, Tae decidió poner música para entretenerse, Jungkook sonreía al escuchar a Tae cantar, amaba verlo feliz.

Después de unos minutos, llegaron al hospital, bajaron del auto e ingresaron, no había mucha gente, llegaron a recepción y por suerte, su cita ya estaba registraba, solo debían esperar a que llamaran a Tae.

Jungkook llevó su mano hasta la pancita de Tae, quien al sentirlo se sorprendió, sonrió y puso su mano sobre la de Jungkook.

—¿Qué quieres que sea?

—No lo sé, lo que la luna me dé, lo amaré muchísimo

—Yo igual, no me importa que sea, será mi pequeño cachorro

Tae sonrió, amaba mucho ese lado tierno de Jungkook, quien en ocasiones podía ser intimidante, pero si se trataba de su esposo, se volvía un alfa completamente diferente, cariñoso y atento.

A los segundos, Tae fue llamado por la doctora, al aparecer era el único paciente ese día, ingresaron al consultorio y Becky los recibió con una sonrisa.

—Buenos días, ¿cómo estamos?—Se dirigió a Tae.

—Bien, solo que las náuseas no son mis mejores amigas—Rió.

—Lo sé, tranquilo, pronto se te pasará, no lo garantizo, pero en muchos casos desaparecen después de un tiempo

Tae asintió, mientras miraba a Jungkook, se veía algo nervioso, él también lo estaba.

—Bien, recuéstate, iré por algo

Becky salió, mientras que Jungkook ayudó a Tae a subir y acomodarse en la camilla, la doctora volvió y comenzó a revisar a Tae.

—¿Has tenido molestias? Aparte de las náuseas

—No, todo está bien, solo que, siento que está un poco grande para tener dos meses

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