32 AÑOS ANTES DE LOS HECHOS DE ACOTAR

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Adeena:

Había pasado un año desde aquella noche. Pero no habíamos llegado a la consumación. Az quería esperar a que estuviese lista. Desde el primer momento en el que me di cuenta de que éramos compañeros, él había dejado claro que era yo quien marcaba el ritmo de nuestra relación.

Había llegado el momento. Necesitaba llegar a ese punto de nuestra relación. Estaba preparada.

Me encontraba patrullando por Velaris. Prácticamente, mi formación como guerrera había terminado. Mi formación como espía continuaba Pero seguramente porque no paraba de coquetear con Az. El también coqueteaba conmigo. Hasta el punto que la temperatura empezaba a subir. Pero el siempre paraba antes de que pudiésemos avanzar.

"No te voy a tomar por primera vez contra un árbol." Solía decirme con un par de tonos más roncos de lo normal, con un fuego en sus ojos. Ante esa expresión y ese tono de voz, mis dedos solían doblarse contra mis botas, mi pulso se aceleraba y no podía dejar de pensar en cómo se sentiría ese cuerpo pegado al mío. También me preguntaba qué papel tomarían sus sombras en esos momentos. Tampoco ayudaba, que los libros que últimamente leía, tuviesen ciertas escenas que hacían que mi pulso se acelerase y en muchas ocasiones me sorprendía cambiando mentalmente los nombres de la pareja, por el mío y el de Az.

Sacudí la cabeza. No podía permitirme tener esos pensamientos durante mi turno. Sobrevolaba la ciudad cuando escuché un tumulto. Bajé. La señora Smith estaba teniendo problemas como uno de los hijos de los lores de Velaris, Stefan.

-¿Algún problema?-dije

-Na...nada señorita Adeena-dijo la señora Smith

-Pues la verdad es que sí-dijo Stefan, el cual apestaba a alcohol-Exijo que me ofrezca una mercancía tal y como se anuncia en su puesto.

-No, veo ningún anuncio-comenté al mirar el puesto de la Señora Smith

-Porque la zorra ha quitado el anuncio-dijo con un deje despectivo.

-No hace falta insultar señor Stefan-dije-No hay que faltar el respeto.

Si las miradas matasen, ahora yo estaría a 2 metros bajo tierra y Stefan huyendo de dos Ilyrios.

-Últimamente es más complicado recibir a los comerciantes, señorita Adeena-me explicó la señora Smith bastante preocupada y aterrada con la actitud de Stefan.

-No se preocupe señora Smith, estamos en ello-la tranquilicé con una sonrisa.

-Esta noche es Starfall y EXIJO tener vino de la corte Verano para esta noche-exigió Stefan

-Ya, pero estamos en una situación compleja y seguramente usted tiene un vino que pueda hacerle el apaño-dije. No le aguantaba esa actitud exigente. Y lo que más me molestaba de todo, es que el muy desgraciado no se pondría de esa forma si Az o Cass estuviesen aquí

-No consentiré que una zorra inmortal inferior me hable en ese tono-dijo agarrándome con fuerza del brazo. A kilómetros podría olerse el alcohol de que desprendía su aliento. Podría identificar que había bebido bastante de varios.

De pronto se hizo el silencio. Unas sombras salieron detrás de mí. El rostro de Stefan palideció.

-¿Algún problema?-preguntó, lenta y fríamente, Azriel. Faltaba poco para que a la peste de alcohol que desprendía Stefan, se le sumase la peste de la orina.

-Na...nada-dijo Stefan bastante aterrado.

-Entonces te sugiero, que tal y como ha dicho Adeena, que recurras a otro vino de tu colección y cuando haya existencias de vino de la Corte Verano, te asegures de reservar unas botellas para futuras celebraciones-dijo Azriel. Stefan se fue sin decir nada.

ACOTAR: Una historia del Mating BondOnde histórias criam vida. Descubra agora