"Se ha ido corriendo"

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Mara.

Salgo de mi casa directo hacia la casa de Max.
Llego a la puerta principal y veo que está entre abierta.

Me escabullo e intento no hacer sonar mis pisadas. Logro llegar hasta que comedor. Se encuentra Max con otro hombre, al parecer están discutiendo.

—Te he dicho, no quiero que la muerte de mi hijo quede impune.—Veo a Max cerrar los puños.

—Pero señor, su exesposa no estaba en sus cinco sentidos cuando eso sucedió.—Explica el tipo que parece ser abogado.—La mandarán a un centro psiquiátrico como máximo...

—Ya hablamos de esto, no dejaré que la mujer que mató a mi hijo salga limpia de esto.—Golpea la mesa, y aunque su voz no se eleva, puedo ver lo furioso que está.

Aún recuerdo lo que vi en esos papeles, su hijo murió.

Me siento culpable por haberle mostrado eso, no debí poner eso en su contra, si bien no dije nada directamente de su hijo, pero ahora me doy cuenta de que está conectado con su exesposa...

Joder.

—Max, tenemos visita.—Dice y después se aclara la garganta.

Max da vuelta la cabeza hacia mí, y veo como sus expresiones se relajan, pero inmediatamente se pone colorado.

—M-mara...—Dice en un susurro.

Él mira al tipo y le dice.

—Ya sabes que hacer, no quiero que me contactes para informarme que todo ha fracasado.

El hombre duda, me mira a mí y luego dice.

—Está bien, haré lo posible, sin embargo...—Ahí Max deja de escucharlo y camina hasta donde estoy yo.

—Estás aquí...—Dice con alivio.—Pensé que después de esa llamada...

Veo como el tipo ya ha salido de la casa y me centro en él. Lo miro a los ojos y veo que está hinchados. Están llorosos.

No puedo decir si es que va a llorar o lloró anteriormente.

—Muchas gracias.—Esta vez soy yo quien toma sus manos primero.—Por todo, por la moto, por la casa, por salvarme, dios, jamás pensé que te agradecería a ti, a quien antes le guardé tanto rencor. Muchas gracias Max.

Max.

Oírla decir eso después de toda la mierda del juicio, me alivia como no tiene ni idea.

Lo que más quiero es abrazarla, sentirla contra mi pecho. Pero sé que con lo que pasó la noche de la llamada jamás me dejará cruzar ese límite, y lo respeto.

Sentí una gran emoción cuando ella tomó la iniciativa y tomó mi mano. Joder.

Le compraria todo el mundo si eso significa tener un poco más de su afecto.

—Lo siento—Digo avergonzado.—Siento mucho lo de la llamada, siento que lo hayas oído.

En el fondo, muy en el fondo, no me arrepiento de haberlo hecho, es mas, me calentó aun más que ella estuviera escuchando, y que permaneciera en la llamada.

Un sonido del celular nos hace sobresaltar y soltarnos las manos.

Me doy cuenta de que es mi celular.

Mierda.

Saco el celular, estoy a punto de colgar cuando leo.

Abogado John's

—Mierda, lo siento tengo que contestar.—Me excusó con Mara y tomo la llamada.

—¿Dime, que ha pasado ahora?—Hablo deseando que se termine luego la llamada para concentrarme en Mara.

—Max, se ha ido todo a la mierda, la loca ha escapado del lugar de retención.—agrega desesperado.—Max esto es grave, ella es un peligro para...

No espero a que termine de hablar y el celular se estrella contra el suelo.

—¡JODER!—grito con rabia.

Veo a Mara y me doy cuenta de que me mira con miedo. Me acerco un poco a ella y retrocede.

Joder.

No...

—No me tengas miedo...— hablo pero joder, ya es demasiado tarde, ya se ha ido.

Se ha ido corriendo.

Porque le doy miedo, lo vi en sus ojos, y odio eso. No quiero que me tema, como le temía a Simón...

No quiero ser otro Simón en su vida.

Mierda. Mierda. Mierda.

Mi querido accidente(NUEVA VERSIÓN)Where stories live. Discover now