Gracias teacher

923 48 3
                                    

Mara.

Hoy me despierto con ganas de molestar a una persona en específico.

El nuevo profesor.

Creo que tiene algo contra mí, es raro, ni siquiera me conoce.

Pero bueno, ¿qué se puede esperar de alguien que se viste como anciano?

Realmente a ese profesor le hace falta un consejo de moda, quizás no sea la indicada para dárselo, considerando que mi armario está lleno de negro. Pero de igual manera me ofrecería a darle algún consejo.

Solo si acepta mi propuesta.

Que ese es otro tema.

Dudo que este señor acepte dinero. Y con mi cuerpo no pienso pagar.

Tendré que mover mis hilos. Quizás contactar con amigos que lo investiguen.

O tal vez hacerlo yo misma en mis tiempos libres.

Suena muy psicópata, pero como dicen, el fin justifican los medios. Y mis padres no me pueden descubrir.

No pueden descubrir que mi "estudios" se basan en ayudar a reparar vehículos.

Eso es algo que tiene que mantenerse en secreto si o sí.

Mis padres ya me han amenazado antes.

Si no logro ser la abogada que ellos quieren, me obligaran a casarme con un abogado del "nivel de la familia"

Es asfixiante estar en un lugar así.

Al menos para mí.

Yo deseo mi libertad, que el dinero se vaya a la mierda.

Claramente, me gusta el dinero, pero me gusta más una vida sin restricciones.

Llegue temprano a clases. Mi objetivo aquí es obvio.

Me siento en primera fila, con intención de que me vea.

Cuando llega escondo mi sonrisa.

Max.

Apenas llego la veo.
El problema en persona está en primera fila.

Que horror.

Espero que se comporte o haré que lo haga.

No tenía planeado esto, pero como llego el problema lo haré.

—haremos ejercicio de lo aprendido.—paso la vista por toda el aula —pónganse en grupo.

Mi plan es que ella quede sola, como no viene nunca es imposible que tenga amigos, de esta forma se le será imposible hacer el ejercicio.

Cuando creo que mi "victoria" está por llegar.

Cinco alumnos se le acercan.

—Mara, te necesitamos, tienes que ser con nosotros—escucho como le pide una chica juntando las manos.

—No lo sé, creo que prefiero hacerlo sola—le responde.

—Por favor, te necesitamos, ya sabes para qué, aparte...

Ahí dejo de escuchar porque la chica se acerca a su oído.

Luego de eso Mara pasa la mirada entre todos los chicos, los mira un buen tiempo, como si estuviera reflexionando si aceptar o no.

—Bien, hagamos esto—les hace una seña para que se acerquen los demás.

Les dice algo, que yo intento escuchar, acercándome disimuladamente a su grupo.

—¿Profesor, se le ofrece algo?—pregunta uno.

Bueno, tal vez no me acerque con tanto disimulo.

—No, nada más estaba revisando que todos estén en grupos.—luego de eso me voy a mi escritorio para vigilar desde lejos los movimientos de Mara.

.
.
.

Al terminar la clase veo como Mara se demora más en guardar tan solo un cuaderno.

Primero lo tira "accidentalmente" al suelo.
Cuando lo recoge se demora en subir, como si le costara pararse del todo.

Al final, termina saliendo, y ahí por fin puedo relajarme y salir del aula.

Masajeo mi sien, el dolor es insoportable.

No se a que se debe esta migraña. Es raro, no soy mucho de sufrir de esto.

Meto mi mano a mis bolsillos buscando las llaves de mi auto. Las busco hasta en mi maletín, y nada.

Mierda.

Creo que las dejé en el aula.

—Ash.—me quejo por el dolor, y la pereza que me da devolverme.

De igual manera me apresuro en llegar al aula antes de que otra persona las encuentre.

Me quedo parado fuera porque unos ruidos me detienen. Digo ruidos para no decir gemidos.

Que mierda.

Cuando me asomo para ver, logro apreciar a dos chicas. No logro verlas bien.

No me quedo por morbo. Me quedo porque me parece una falta de respeto. Es por eso mismo que toco la puerta.

Las interrumpo.

Se quedan congeladas.

—Salgan—me aclaro la garganta.—ahora.

Veo como una se viste rápido. Y la otra está parada y completamente vestida.

Está más que claro lo que estaban haciendo.

Joder.

Y en una sala de clases.

Las espero afuera para verles las caras y así poder informar los hechos.

La puerta se abre.

La primera chica que sale es una Rubia. Está en clases, pero no tengo ni idea de como se llama. La otra chica sí que la reconozco.

Joder preferiría no hacerlo.

La maldita bandida de Mara.

Que fastidio.

—espero que estén consientes de lo que hicieron.—las miro de arriba abajo.

No me lo creo.

Jamás pensé que a esta chica le gustaran las mujeres. Digo, está bien, pero pensé que...

Bien, no interesa, no es de mi incumbencia.

—Claro que si teacher—dice mara en un inglés pésimo—estaba usando mis dedos para...

—Dejaré pasar esto solo porque no quiero más detalles, si las veo otra vez por aquí me encargaré de que las dejen fuera de esta institución.

—Gracias teacher, cuídese—dice en un tono burlón antes de irse.

Genial.

No sé porque me siento enfadado.

Quizás es el hecho de que una alumna de veintitantos años tiene más vida sexual que yo.

O tal vez porque me gustó de algún modo lo que ví...

Mi querido accidente(NUEVA VERSIÓN)Where stories live. Discover now