Capítulo 3

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Si antes estaba maravillada con la oficina, al ver a este hombre me he quedado en blanco. Es... ¿cómo decirlo? muuuuy guapo, o sea, he visto chicos guapos pero él es  muy atractivo. Tiene unos ojos azules preciosos, el cabello castaño medio peinado hacia arriba, parece un modelo de revista y... tengo la sensación de haberlo visto antes. 

Me clava los ojos como si estuviera examinándome. 

Espera.

¿Él también me está examinando? y yo vengo en pans super casual. Siento que me empiezo a sonrojar. 

-AY YA LUCIA!!- me regaño internamente. Vine por mi bolso, debo centrarme. Actúo como si nunca hubiera visto un hombre guapo.

El chico se aclara la garganta. -¿En qué te puedo ayudar?- Tiene una voz muy varonil.

-Vine a buscar mi bolso.- me aclaro la garganta y sigo. -lo olvidé el viernes en la barra.-

-Ya. Si alguno de los empleados lo encontró debe estar en ese armario de ahí- me señala una puerta a la derecha.

Me acerco y abro la puerta, por el rabillo del ojo veo que regresa a su labor en el computador. Mejor, así no me incomodo. 

Me incomoda que la gente me mire mucho.

Empiezo mi búsqueda con los ojos, hay muchas cosas olvidadas.

-¿Necesitas ayuda?- pregunta de pronto, aun tecleando en el computador y agradezco que no me esté viendo. 

-No. Gracias

Ubico mi bolso, cierro la puerta y rápidamente empiezo a revisar que esté todo o al menos mi celular y la cartera.

-Veo que ya lo encontraste. Es necesario que firmes el libro de objetos entregados.- noto que me esta viendo.

Saca de su escritorio un libro grande, lo abre y lo coloca al frente para que pueda llenarlo. Me acerco confiada porque regresa la vista al computador. Veo que necesita el nombre del objeto, mi nombre, número de celular y firma. Empiezo a llenar lo que me pide.

-Antes de firmar, cerciórate que esté todo lo que dejaste en el bolso.- vuelve a mirarme 

-De acuerdo.

Me sigue viendo y como puedo trato de concentrarme en confirmar que esté todo.

-Creo que te he visto antes, ¿eres la que le dio problemas al bartender nuevo el viernes, cierto?- sonríe divertido.

Carajo!, ¿Él cómo lo sabe? ¿Se abran quejado?

-No.- le digo rápidamente sin levantar la vista, revisando mi cartera.

-mmm... yo creo que si- noto que me examina. -Yo estuve ahí y tu cara me es muy familiar.

¿Es el hombre que me pidió el ultimo trago? Carajo, ¡Que vergüenza! Ya no volveré a tomar hasta embriagarme.

No le respondo para no quedar peor.

-Se te iba a prohibir la entrada al bar- lo que me faltaba. Recarga la espalda en la silla sin dejarme de ver y continua -Pero no te preocupes, otro bartender antiguo nos explicó que eres cliente frecuente, incluso te defendió diciendo que no acostumbras a beber tanto.-

No le respondo. Termino de llenar el libro para largarme pronto y no pasar más vergüenza.

-¿Te peleaste con tu novio?, Déjame adivinar ¿Te engañó? o ¿lo engaste tú?

Resultó muy curioso el dichoso administrador y ya empieza a fastidiarme.

-Listo- cierro el libro y se lo acerco. -Gracias- le digo sin mirarlo a la cara.

En escala de grises y luego tú.Where stories live. Discover now