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Su espalda dolió al pararse del asiento. Llevaba dos horas en el hospital, esperando a que le informaran sobre Harry. Había avisado a Ronald y Hermione Granger, quienes eran los contactos de emergencia que tenia Harry.

Hermione ya había llegado al hospital y se encontraban sentada a unos cuantos asientos de él. En cambio, Ronald, no podría venir hasta en unas horas.

Veían los doctores entrar y salir, pero ninguno les decía nada sobre el azabache. Su ansiedad aumentaba a cada minuto.

De su bolsillo sacó una cajetilla de cigarros y prendió uno mientras seguía en el pasillo.

Una enfermera se le acercó.

—Señor, aquí no se puede fumar. —Draco la miró con furia.— S-solo uno. —dijo ella asustada y se fue.

Quince minutos después, Draco ya se había fumado dos cigarrillos. En ese momento un doctor salió y los quedó mirando a los dos.

—¿Están aquí por el señor Harry Potter? —preguntó y los dos se acercaron asintiendo.

—¿Cómo está él? —preguntó Draco.

El doctor lo escaneo con la mirada.

—Supongo que usted es su pareja. —Draco iba a decir algo, pero el doctor siguió hablando.— El señor Potter está estable, por suerte la bala no estaba en su interior. Y él está en una habitación privada, como usted me pidió.

El ambiente se sintió liviano al escuchar al doctor decir que Harry estaba bien.

—¿Podemos pasar a verlo? —preguntó Hermione.

—Aún no ha despertado, pero adelante. Está en la cuarta puerta a la derecha.

Draco fue el primero en llegar, abrió la puerta y vio a Harry en la camilla, con sus ojos cerrados y unos cuantos cables conectados a él. Hermione llegó a la siga.

—Oh. —se cubrió la boca con su mano.— Mi pequeño.. Harry. —unas lágrimas cayeron por sus mejillas. Miro a Draco con el ceño fruncido.— Todo esto es tu culpa.

Frunció el ceño y abrió la boca ofendido.

—¿Disculpa? Que mi padre haya intentado matarme y haya fallado no es mi culpa.

—¡Pero si es tu culpa que Harry este aquí ahora! ¿No se supone que eres millonario? —hablo ella enojada.— ¿¡Por qué no contratas más guardias!? Mi mejor amigo pudo haber muerto.

—Pero no lo hizo, esta bien, esta estable.

—¡Imbécil! ¿Acaso no tienes corazón?

—¿H-hermione?

Los dos giraron a ver a Harry cuando hablo; se había sacado la máscara de oxígeno y estaba intentado sentarse.

—¡Espera, espera! —dijeron el rubio y la castaña al mismo tiempo, acercándose a Harry para que se mantuviera acostado.

—Tranquilo, Harry.

—No te levantes. —le ordenó Draco con un tono de voz que sonaba a cariñoso.

Harry negó internamente. Imposible que Draco diga algo con cariño.

—¿Señor Malfoy? —Draco lo miró a los ojos mientras lo sujetaba del hombro.

—Iré a buscar al doctor. —informó Hermione, saliendo de la habitación.

—¿Qué pasó? —preguntó Harry.

—Recibiste un disparo.

—¿¡Qué!? —se alertó el azabache e intento levantarse de nuevo, pero está vez un pinchazo de dolor en su costado lo hizo quedarse acostado, quejándose.

Mi Jefe, El Señor Malfoy [Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora