ANATEMA ⋆ PJO

𝐓𝐡𝐞 𝐟𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐠𝐥𝐢𝐦𝐩𝐬𝐞 𝐨𝐟 𝐝𝐚𝐫𝐤

╔════════════ ★☆★ ════════════╗

EL PRIMER VISTAZO A LA OSCURIDAD

╚════════════ ★☆★ ════════════╝

NO OLVIDEN COMENTAR Y VOTAR

Capítulo dedicado levana2005 por ayudarme con los edits en tiktok.

*★*☆*★*☆*★*☆*★*☆*★*☆*★*☆*★*☆*★*☆*★*

Percy POV's

LO MÁS EXTRAÑO ERA QUE YO LES ENCONTRABA UN AIRE FAMILIAR. Atlas tenía la misma expresión regia de Zoë; la misma mirada fría y orgullosa que brillaba en los ojos de la cazadora cuando se enfurecía. Aunque, en su caso, con un tono mil veces más malvado. Él encarnaba todas las cosas que me habían disgustado de Zoë al principio y, en cambio, no poseía ninguna de las cualidades que había llegado a apreciar en ella.

— Suelta a Artemisa —exigió Sia. A su lado Zöe asintió de acuerdo. Ambas tenían una mirada peligrosa y los ojos inyectados de furia pura.

Atlas se acercó a la diosa encadenada.

— ¿Acaso te gustaría tomar el peso del cielo de sus hombros...? Adelante, diosesilla.

Zoë abrió la boca para decir algo, pero Artemisa gritó:

— ¡No! ¡No se te ocurra ofrecerte, Zoë! ¡Te lo prohíbo, Anastasia!

Atlas sonrió con sorna. Se arrodilló junto a Artemisa y trató de tocarle la cara, pero ella le lanzó un mordisco y a punto estuvo de arrancarle los dedos.

— Ajá —rió Atlas mirando fugazmente detrás suyo—. ¿Lo ves, hija? A la señora Artemisa le gusta su nuevo trabajo. Creo que cuando Cronos vuelva a gobernar pondré a todos los olímpicos a sostener por turnos mi carga. Aquí, en el centro de nuestro palacio. Así aprenderán un poco de humildad esa pandilla de escuincles.

Miré a Annabeth. Ella intentaba decirme algo, desesperada. Me señalaba a Luke con la cabeza, pero yo no podía hacer otra cosa que mirarla fijamente. No me di cuenta hasta ese momento, pero algo había cambiado en ella: su pelo rubio estaba veteado de gris.

— Es por sostener el cielo —murmuró Thalia, como si me hubiese leído el pensamiento—. El peso debería haberla matado.

— No lo entiendo —dije—. ¿Por qué Artemisa no puede soltarlo, sencillamente?

Atlas se echó a reír.

— ¡Qué pocas entendederas, jovenzuelo! Este es el punto donde el cielo y la tierra se encontraron por vez primera, donde Urano y Gaya dieron a luz a sus poderosos hijos, los titanes. El cielo aún anhela abrazar la tierra. Alguien ha de mantenerlo a raya; de no ser así, se desmoronaría y aplastaría en el acto la montaña y todo lo que hay en cien leguas a la redonda. Una vez que has tomado sobre ti esa carga, ya no hay escapatoria. —Atlas sonrió—. A menos que alguien la tome de tus hombros y ocupe tu lugar.