𝐅𝐈𝐋𝐄 007 ; 𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐨𝐟𝐟𝐞𝐞

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Miguel bufa y ella le golpea el hombro con su suyo. Ambos permanecen en silencio, Caín mira con curiosidad las pantallas, diferentes escenarios de diferentes universos se muestran en ellas, permanece así unos momentos antes de tomar asiento sobre la consola del escritorio, sus ojos mirando a la nada, como si en sus cabeza debatieran los pensamientos.

— He estado pensando...

— Hmn —. Expresa él dando a entender que continúe, no la mira, mira una de las pantallas que despliega un par de gráficas.

— He estado pensando en que puedo ayudar.

— Eres una spider, ayudas aunque no lo quieras.

— No, no... He estado pensando en ti, en que puedo ayudarte.

Miguel parece confundido, frunce el ceño en su totalidad y por fin la mira, los ojos de Caín parecen suaves, como se ven los de alguien que está intoxicado en relajación.

— ¿Perdona? Sé más específica.

Las manos de la dama se colocan sobre sus hombros para llamar su atención. Ella levanta la barbilla, conectando mejor su mirada a la de él, sus manos dejando caricias en su cuello y mandíbula. Miguel cierra los ojos, la respiración se le atasca y se ve obligado a tragar saliva duramente.

— Ojos en mí, Miguel — le susurra ella mientras acerca sus rostros, él obedece sin quererlo —. Sé que piensas en mí... porque yo también pienso en ti.

¿Pensar en ella? Claro que lo hacía, su llegada había puesto muchas cosas de cabeza.

—¿Y qué era lo que pensabas de mí? — la voz de él es ronca, casi como si se tratase de contener de decir lo que realmente anhelaba expresar.

—Te imaginé encima de mí, besándome... tocándome.

Sus palabras se atascan, impidiéndole terminar la oración cuando los labios de Miguel se posaron sobre los suyos, ella sonrió, complacida de que la tensión entre ellos dos haya quedado muy adelantada por su necesidad. Las manos de Miguel la tomaron por los costados, levantándola y colocándola sobre la consola.

— ¿Sí? — él parece sentirse complacido de ser parte de sus fantasías —. ¿Pensaste en mí tocándote aquí?

Su mano se arrastró por su torso hacia la parte delantera de sus shorts, jugando con el botón de la prenda, las caderas de ella empujan hacia delante, buscando y necesitando de su tacto, la mano de Miguel acunó su monto venus, sintiendo la forma en que la piel ajena se erizó completamente.

Caín podía sentir el latido acelerado de su corazón, la forma en que se cortó su respiración, ella asintió, mordiéndose el labio inferior, y él sonrió de nuevo. Le gustaba el efecto que tenía sobre ella.

— Palabras, mi amor. Eres una chica grande, sé que puedes usarlas, ¿verdad?

—Sí, Miguel. Por favor — logró emitir ella con palabras temblorosas mientras él se reía de su timidez.

— ¿Dónde está tu actitud de antes, eh? ¿Todo ese descaro? — susurra él contra su oído mientras desabrochaba los shorts ajenos, bajando el material para exponer más piel a sus hambrientos ojos. El índice y anular de su diestra se frota contra la tela de sus bragas, ella mira las manos de él, sus sentidos adormecidos de deseo, jadeando un poco solo por el ligero contacto. — ¿Eres así de sensible solo por un pequeño toque? —. Él ronroneó y tiró de sus bragas también, ella jadeó de sorpresa cuando su centro desnudo fue golpeado por el frío del aire acondicionado, enviando un escalofrío por su columna —. ¿A dónde fue toda esa actitud de mierda que me diste el otro día?"

— Miguel —, suplica ella y aferrándose a los amplios y fuertes hombros de él.

— Tengo que aflojarte un poco primero, cariño —. Sus palabras eran bajas y retumbaban en su cuerpo con placenteras ondas a cada mote cariñoso que él le otorgaba —. Sé paciente, ¿sí?

𝐇𝐚𝐥𝐟 𝐎𝐟 𝐌𝐲 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭 | Miguel O'HaraWhere stories live. Discover now