Capítulo 11

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El cielo se encontraba bastante rojo, con una continua lluvia de estrellas las cuales muchas chocaban entre sí creando todavía más destellos y luces que dejarían ciego a cualquiera, a cualquiera menos a la entidad que ocasiona dicha fiesta de dest...

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El cielo se encontraba bastante rojo, con una continua lluvia de estrellas las cuales muchas chocaban entre sí creando todavía más destellos y luces que dejarían ciego a cualquiera, a cualquiera menos a la entidad que ocasiona dicha fiesta de destellos.

Pathos se acercó a la entrada del salón privado de su compañero Logos y se posicionó a la par de Ethos, quien también por curiosidad fue a ver el arrebato de ira de la entidad de la lógica.

—¿Alguna idea de que le sucede?— aquel con la túnica larga habló, aún observando como más estrellas provocaban aún más iluminación.

Su compañera no supo que decirle, solo se encogió de hombros ya que no era normal ver a Logos tan molesto o bien al menos verlo sin saber ellos la razón del porqué.
Ambos entes iban a comenzar a susurrar con teorías al respecto pero se detuvieron ya que notaron como todo se detuvo de forma abrupta. Logos se encontraba con su bastón observando desde el centro del salón hacia sus compañeros.

—El destino tal parece que impuso una reprimienda por haber hecho tal modificación en la realidad del caza trolles— la voz era serena y tranquila aunque claramente su postura refleja todo lo contrario.—Ahora solo queda esperar a que no ocasione más mal que bien.

Esto sorprendió a Pathos ya que era la primera vez que el destino pusiera un castigo a una modificación hecha por ellos.

《¿Será una señal de algo más?》 Pensó aquel que maneja las emociones humanas. Aunque todo su pensamiento fue cortado con el portazo de la entidad de la lógica para obtener más privacidad.

—Es raro que el destino nos ponga un "pero" con algo tan banal como lo fue el sistema de Logos con las almas gemelas,— comentó Ethos mientras seguía a su compañero por los pasillos del castillo.

—Creo que es una señal para evitar meternos más de lo necesario— miro hacia el frente mientras se detenía en una puerta, —Por ejemplo esta la realidad de los Reyes en Espera.

—¿Será que se dio cuenta que en la dimensión alterna de los Reyes de Cantalupia hay una chica que no debía estar ahí?— preguntó Ethos.

—Te refieres a la niña de una isla de dinosaurios ¿no?— la entidad al frente suyo asintió,—Pues parece que si, pero ahí todo está tan bien controlado que dudo mucho tenga un problema a mayores, salvo los que ya están escritos a suceder.

Esto dejo un poco pensativos a ambos, tal parece que hay cosas que dicho destino no toma control a no ser que estos no tomen su camino predestinado por si solos.

Ethos se despidió de Pathos quien entró en la habitación de un mundo distinto al del caza trolles y siguió su camino, tenía que verificar que nada se saliera del camino o bien algo de lo que pueda pasar será aprovechado por Gunmar.

Abrió la puerta con algo de esfuerzo y entró a la habitación, se posicionó en frente del cuenco para obligar a este que le mostrará al pobre chico cuyo apodo despectivo fue el ocasionante de la ira de Logos.

—Mejor ignorarlo Douxie...— hablo Tobias mientras movía su bicicleta a su lado.—Es mejor que siga molestando a Eli que a nosotros... O a mi por consiguiente— esto último lo dijo en un susurro.

El aprendiz de mago iba a reclamar pero al recordar lo que sucedió en el museo, le dio a entender que lo mejor sería evitar a Steve por el momento; aunque nunca dijo que su magia no se metería. Hizo un movimiento ligero sobre su brazalete generando una luz azul tenue que fue a parar directamente a la espalda del rubio.
Todos se detuvieron y voltearon a ver a la dirección del bully cuando este soltó un grito algo agudo mientras ponía sus manos en su trasero.

—¿¡Quien lo hizo?!— preguntó molesto aunque claro no recibió respuesta de quien pudo haberle hecho el calzón chino.

Algunos rieron y otros ignoraron hasta que el profesor de educación física lo mando a llamar terminando en la liberación del pobre muchacho del casillero.

(...)

Los dos caminaron hasta la casa de Tobias, conversando de lo más normal e incluso vacilando un poco con respecto a la situación de Steve.

—Bueno si al cara dura de Steve le da por hacerte daño, al menos tu vecina es doctora.— dijo Douxie al ver el auto de la señora Lake acercarse a ellos.

—Hola muchachos,— saludo cortés y ambos correspondieron también. —Tobias, hoy voy a estar trabajando hasta tarde, pero si necesitas algo o bien sucede algo relacionado a tu Nana. No olvides llamarme ¿si?

—Claro que si doctora L. no se preocupe.

Esta se despidió y siguió su camino al hospital, dejando al mago un poco desconcertado por la breve conversación que vio.

—No sabía que tenías buena relación con ella.

Tobias se rio mientras dejaba su bicicleta en la entrada de su casa;—Bueno, la conozco desde que yo era niño y luego de que mis padres fueran al crucero, pues ha estado pendiente más que todo sabiendo que mi Nana es medio ciega.— dijo con cierta gracia en su tono.

—Pues me alegro por ello, aunque me sorprende...— la mirada de Doux paro en la casa enorme al frente de la de su amigo,—Una casa tan enorme para una sola mujer...

—Hay rumores de que estuvo casada e incluso de que tuvo un hijo,— se encogió de hombros restando importancia a la anécdota—Pero no se sabe más nada... Al final dice mi Nana que el marido simplemente desapareció con todo y bebé.

Esto sorprendió a Douxie bastante y le generó cierta lástima la historia de Bárbara, se ve que es una mujer muy amable como para que un hombre la haya tratado tan mal además de haber robado a su hijo.

—Que triste oír eso...

—Si, pero parece que no le afecto mucho o bien su cerebro lo bloqueo— dijo Tobias y al final se despidió de su amigo para ya finiquitar el tema, aunque no sabía que eso no iba a parar al roquero.

Este simplemente en vez de tomar el camino hacia su "casa" -que es la biblioteca abandonada de Merlín- fue directo a la cafetería donde trabaja para reunirse con su fiel amigo miope.

SoulBoundOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz