Capítulo 24: Ultimátum

Magsimula sa umpisa
                                    

—Sí, bueno. No sabía que había otros Park Jimin dando vueltas por ahí.

Tenerle de frente, a un mísero palmo de distancia, exudando masculinidad y bajo el poder de una nube espesa de perfume, me hizo suspirar.

—Tenemos que hablar —dijo, liberando mi mano para quitarse la cazadora y colocarla sobre mis hombros para abrigarme.

Aquella sencilla acción nos dejó más cerca uno de otro, lo suficiente como para que pudiera detallar la expresión de su rostro. Se reflejaba agotamiento, dolor, tristeza. Bajo su mirada también se evidenciaba la falta de sueño, tal como me sucedía a mí.

Encorvó el cuerpo en mi dirección y unió nuestras frentes, manteniendo la conexión visual. Sus manos se hicieron puños sobre las solapas del abrigo que me colocó y me atrajo a su pecho firme.

—Hice el esfuerzo de venir a verte porque no aguanto más esto —susurró. Cada palabra se sentía como una caricia cálida sobre mis labios. Me hacía desear aproximarme y devorarle la boca sin descanso alguno, ansiando recuperar el tiempo perdido. Ese era mi primer impulso siempre que se trataba de él.

—¿De qué querías hablar?

—Según Jungkook, quieres un trío, ¿no es así? —se apartó.

Se me escapó una risa seca. Ojalá fuera tan fácil.

—No quiero un acostón con los dos a la vez, Tae.

—Lo sé —me echó una ojeada de arriba abajo con total intención. Acto seguido, se relamió los labios descaradamente.

—No, no lo sabes. Ni siquiera tienes idea de lo mucho que lo siento por lo que sucedió en mi casa. No quería tener que decírtelo de esta forma, sino que quería tomarme mi tiempo para explicarte mejor cómo me siento, lo que espero de ustedes dos y cuál es mi idea. No pensé que mamá sería tan desconsiderada y crearía esta situación.

—Bueno, si hay algo que tengo que agradecerle es por ponerme sobre aviso —se encogió de hombros y rebuscó en sus bolsillos hasta dar con una caja negra de cigarrillos, secuestrando uno para apresarlo entre sus labios y prenderlo con su mechero de metal. Dio una honda calada y liberó el humo a un costado.

—No tendría que haberse metido.

—Lo hecho, hecho está. Pero me avisó un poco tarde.

—¿Por qué? —inquirí, ajustándome la cinta del bolso sobre los hombros.

—¿Por qué crees? Estoy jodidamente enamorado de ti. Soy tan tarado que hasta estoy sopesando la oferta.

—No hice ninguna oferta, todavía —entrecerré los ojos y me crucé de brazos.

—Te dije que no me gusta compartir —exhaló una gran nube gris de nicotina, sintiéndose apenado—. La cosa con Jeon es que, aunque nos estemos soportando un poquito más, no estoy seguro de si aguantaría verlos a los dos follando delante de mí.

—Lo haríamos los tres juntos. Jamás te dejaría a un lado.

—La cuestión aquí es por qué tendría que intentarlo cuando te quiero sólo para mí —volvió a acercarse, engatusándome con sus felinos ojos grises.

Estar en presencia de Tae siempre era intenso, de una forma en que se me metía bajo la piel con extremada facilidad. Me derretía y sometía, por más que él creyera que era al revés.

Había algo que no podía tapar con un dedo, y era que estaba enamorado de los dos. Intentar estar con uno sin poder relacionarme con el otro fue lo que nos trajo a este enorme malentendido en primer lugar.

Before the baby ║ Kookmin/VminTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon