20. CASI UN SECRETO

2 0 0
                                    

Rhea

Me despierto por la luz que entra desde mi ventana, se conoce que no debimos de haberla bajado anoche, otra vez, y paso mis manos por la cara por pura frustración, tengo un sentimiento de asco y miedo en el cuerpo que no se va ni durmiendo en compañía. La verdad es que no había dormido tan bien en mucho tiempo. Los recuerdos de anoche no paraban de reproducirse en mi cabeza.

— Zion, ¿te puedo preguntar algo?

— Ya lo estás haciendo.

— ¿Por qué no querías ni verme cuando llegué? -no hubo ninguna respuesta hasta que varios minutos después contestó.

— No quería que estuvieras aquí.

— ¿Y puedo preguntar por qué?

— No te lo tomes a mal, eh. Simplemente estoy harto de que cada año o pocos meses traigan gente nueva casa. Que contigo estoy encantado, pero que tus padres tengan la necesidad de traer a más gente termina haciendo que te sientas mal. Te hace sentir insuficiente.

— No digas eso imbécil, eres su hijo. Eres más que suficiente para ellos. – se río cuando escuchó mi frase.

— Hijo adoptado. No soy su hijo de verdad.

— Claro que lo eres, no digas eso. Padres son aquellas personas que te crían, no tienen por qué ser los biológicos. Y si te sientes mal cada vez que viene otra persona, díselo, estoy segura de que te entenderán.

— Ya ves. Sé que me entenderían, pero no voy a decirles nada. No pueden tener hijos, Rhea. Por eso me adoptaron y por eso traen a estudiantes cómo tu. No voy a quitarles esa oportunidad.

— No tienes por qué quitarles la oportunidad, simplemente tenéis que llegar a un acuerdo. Sentir no es un delito Zion, lo que sí que lo es, es sentir y no hacerlo saber. -esbozó media sonrisa, pero no dijo nada más.

Esas últimas palabras son las que se han quedado conmigo toda la noche. Porque se las dije cuando yo ni siquiera sé que es lo que siento. Sé que me gusta el chocolate, obviamente. También sé que odio las mates, cómo no. Lo que no sé es lo que él me hace sentir. Me siento cómoda cuando estoy con él, cómo en casa. Antes pensaba que así era cómo Luka me hacía sentir, pero no tenía nada que ver. Sí, definitivamente no sé qué hacer.

Una notificación de mi ordenador me hace salir de esos pensamientos, el móvil se lo había llevado Zion a comisaria. Me acerco al escritorio y me doy cuenta de que es Chesca la que me ha escrito preguntando cuál es mi plan para esta tarde. Le contesto rápidamente diciendo que no estoy con ánimos de salir hoy y que me quedaré en casa. Necesito tener esta tarde para mí.

Vuelvo a mi cama con un libro en la mano. Este último que estoy leyendo es bastante interesante, trata de una chica que va a Italia por un intercambio. Que irónico. Me meto de pleno en la trama, el otro protagonista, para que mentirnos y no me doy cuenta de lo rápido que ha pasado el tiempo hasta que entran a mi habitación abriendo con un portazo. Al principio me asusto pensando que es el imbécil de ayer, pero me doy cuenta de que, efectivamente es Chesca.

— ¿Pero qué haces ahí tirada? Son las doce, levanta tu culo gordo anda.

— ¿Se puede saber cómo has entrado?

— Me han dejado entrar. Venga, muévete.

— ¿Pero qué haces aquí? ¿Qué pasa?

— Lo sabrías si miraras tu movil, idiota. Tenemos una fiesta que preparar y no se prepara sola. Créeme, lo he intentado. -quería decirle que estoy sin movil, pero vuelve a hablar. -Ale, ale. Tenemos muchas cosas que hacer.

— ¿De qué fiesta me estás hablando tu ahora?

— La de Zion, hoy es su cumpleaños, tonta. -hostias. Se me había olvidado completamente con toda la mierda que tengo encima. -Ahora sí que vas a moverte, ¿no?

— Ugh cállate. Me amargas las mañanas. -digo a la vez que me levanto de la cama, quería seguir leyendo, el libro estaba muy interesante, pero no voy a perderme su cumpleaños por muy mal que esté. Además, mejor estar rodeada de gente que sola para que pueda volver a pasar, ¿no?

— Yo también te quiero.

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

— Creo que deberías de ponerte esto. -dice sacando un conjunto de una falda y top. -Es cómodo para bailar, pero no deja de ser sexy. Porque no sé tú nena, pero si el mar está lleno de peces, yo debo de ser un desierto.

— Por favor, tienes a chavales haciendo fila.

— No es mi culpa que solo se me acerquen imbéciles. -sube y baja los hombros al decir eso.

— En eso tienes razón. A ver trae, déjame probarme la ropa. -se empieza a acercar hacía mí, pero antes de llegar se agacha delante de la cama para lo que supongo que será recoger algo.

— Anda, se le debió de caer un botón. ¿Sabes coser?

— ¿Yo? Pero si no sé ni cocinar. A ver si podemos arreglarlo de otra manera. Déjame ver la falda.

Termina de llegar a dónde mí con la falda en la mano. Observé cómo iba vestida mi amiga, llevaba un vestido largo negro, sin espalda y de tirantes. Iba preciosa. Es preciosa. Para darle un último toque al conjunto, tenía puesto un brazalete dorado, que hacía conjunto con el adorno que tenía en la coleta alta, decoraba el brazo en el que llevaba la falda. Al observarla me doy cuenta de que todos sus botones están dónde deben de estar, de manera que es imposible que el botón pertenezca a esto.

— Acércame el botón, por favor. -en cuanto lo veo, no consigo saber a que prenda de ropa pertenece. Supongo que se habrá caído en alguno de los tantos momentos en los que tengo la ropa tirada por ahí. No quiero pensar que puede que sea de la persona que entró aquí, pero cabe esa posibilidad. Antes de llegar a conclusiones, preguntaré a Zion por si le suena de alguna cosa suya y revisaré mi armario. -Lo guardaré, es bastante probable que sea de uno de mis jerséis.

— ¿Estás segura? -pregunta. - No habrás dicho nada, ¿verdad?

— No, no lo he dicho. No te preocupes.

No me gusta mentir a la gente, pero no quiero preocuparla más de lo que ya está. Una de las últimas veces que estuvimos juntas, me llego otro mensaje desde el número que no se puede rastrear diciendo que nada de policías. No perdón, era exactamente: Habla con la policía y terminarás muerta. No muy original, la verdad. Le di un seis sobre diez. Tristemente, Chesca no se lo tomó tan bien y activó su instinto maternal conmigo durante lo que nos quedaba de tarde. De ahí que no le haya dicho la última visita que decidió tener mi amigo. Además, ya estaba en manos de la policía supongo, no sé con quién habrá contactado Zion. De igual manera le dije que fuera discreto después de enseñarle dicho mensaje.

— Bueno, ¿Qué? ¿Vamos a mover el cuerpo o qué? -pregunta una vez terminamos de pre-pararnos.

— Detrás de ti, amore.

_________________________________________

Aquí tenéis otro más 🤭

¿Tenéis alguna sospecha de quién puede ser el botón?

No olvidéis votar y comentar la historia 🥰

Un beso amore ;3

REDES SOCIALES:

Tik tok: izas_fnd

Instagram: izas_fndz

Intercambiando secretosWhere stories live. Discover now