3. INFIERNO, TIERRA DE PECADORES

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Rhea

Lunes. Primer día de clase. Nuevo instituto. No conozco ni al conserje. Qué puede salir mal, ¿no? Por lo menos las maletas me habían llegado hace unos días y podía cambiar de ropa.

Son las ocho de la mañana y me encuentro preparándome para la pesadilla de cualquier adolescente. Mi música suena por toda la habitación mientras elijo la ropa con la que ir. Por suerte al instituto al que voy no se necesita llevar uniforme. Ya lo que me faltaba. Me pierdo en la música y para cuando me doy cuenta me faltan 5 minutos para que vengan a recogerme; así que cojo unos vaqueros anchos, un simple crop top y una sudadera de cremallera por si tengo frío. Ya preparada y con la mochila al hombro, me dirijo a la puerta donde Angelo me espera para llevarme.

Tras un viaje de 20 minutos, me encuentro en la puerta de mi nuevo instituto, menos mal que el viaje me ha servido para prepararme mentalmente. Antes que nada, rimero tengo que ir a dirección para que me entreguen los horarios y me expliquen cómo van a ir las clases, luego ya viene lo complicado. Después de terminar la pequeña introducción del centro, me encuentro paseando entre los pasillos en busca de mi primera clase.

— Señorita, no puedes estar en los pasillos en horario de clases. -oigo que dicen a mi espalda. - A su clase.

— Soy nueva en el instituto y estoy buscando la clase de Biología. ¿Me podría decir dónde se encuentra la clase?

— Así que tú eres Rhea, encantada, soy la directora Mancini, tu clase se encuentra en el pasillo central, tercera puerta a la derecha.

Y con eso ha dicho, empiezo mi primer día de clases en Italia. La verdad es que la primera impresión que tengo de la gente es que son bastante agradables, no pensaba que fuesen a hablarme por ser la nueva, ya que los grupos de amigos ya están hechos, pero me he equivocado. Al parecer ser la estudiante de intercambio ha sido mi hándicap para socializar.

En mi segunda clase he conocido a Francesca, me dijo para sentarme con ella al empezar la clase de matemáticas para introducirme en la asignatura y ahora me encuentro con ella, Bianca y Daniela, sus amigas, en la cafetería almorzando. Son bastante majas la verdad.

— Así que Rhea, ¿por qué has decidido venir a Italia de intercambio? -pregunta Bianca- Quiero decir que con todos los países que hay, ¿por qué has elegido este?

— Mi madre es italiana y quería que viese cómo es el país en el que nació y creció. Y a parte yo quería venir aquí desde pequeña, así que cuando mis padres me propusieron venir de intercambio, no pude negarme.

— Así que raíces italianas ¿eh? -dijo Daniela y asentí- Y bueno, ¿qué te parece el instituto?

Y tras responder a otras preguntas sobre mí, empezamos a mantener una conversación hasta el final de la comida cuando tenía que seguir con las clases. Ya no estaba tan nerviosa, no había sido tan difícil hacer amigos como yo me imaginaba. Pero sí que se me hizo muy largo el tener que ir de clase en clase perdida por el insti y estar con las presentaciones de los profesores durante todo el día.

Así fueron los días siguientes. Quitando el percance que el idiota de Zion me tiro zumo por encima porque no me vio en la cafetería el otro día. Por suerte iba Luka con él y se lo echó en cara. Que mal me cae, ugh, es que no le aguanto, estos días en casa no callaba ni debajo del agua de verdad y parecía que tenía una diana que decía: metete conmigo, porque no paraba de hacerlo. Pero bueno, doy gracias porque ya es viernes y tengo todo el fin de semana por delante.

— ¿Qué hacéis este fin de? -pregunta Bianca- He oído que va a haber una fiesta en la casa de Mario por el inicio del curso y todo eso. Podríamos ir todas y así Rhea, presentarte a los demás.

Intercambiando secretosWhere stories live. Discover now