Extra V: ¿Verdadera cara?

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Christopher.

(Días antes de que Rachel supiera que ya estaba embarazada)

Termino de acomodar a Rachel en la cama, la terca se quedó en el sofá mientras según ella, me hacía compañía, lo que me estresa es que las inyecciones la hacen quedarse dormida y lo termina haciendo en cualquier lado, y obvio que hoy no iba a ser la excepción. Pero luego se levanta quejándose de que le duele todo, y eso estresa más por qué le dije que se fuera a la habitación... y me la paso repitiéndoselo.

La vida se me está yendo en decírselo y follarmela.

—Oye, mi amor...

Tuerzo los labios, soltando un suspiro.

—¿No tu ya estabas dormida?

Suelta una risa, aferrándose a mi cuello cuando me voy a incorporar.

—Nop, me dió frío en el despacho y no quería caminar —me obliga a acomodarme a su lado después de que suelto un bufido, pronto tengo su cabeza en mi pecho y su pierna sobre la mitad de mi cuerpo—, y quería a el amor de mi vida en la cama conmigo, tienes que descansar, mi amor.

—Rachel...

—No me pelees. Necesito que duermas al menos ocho horas, por qué no has dormido ni eso en lo que va de la semana.

—Estamos a martes.

—¡Y ya es preocupante! —se coloca sobre mí—. Martes y creo que has dormido solo 4 horas desde el domingo.

—Mentirosa.

—Mi amor, necesitas descansar, cómo todo ser humano, no me vas a decir que no estás cansado.

—No lo estoy.

—¿Y estás ojeras, mi vida? —frunzo el ceño—, ¡Se me acaba de ocurrir una idea brillante!, Por supuesto, ¿Cómo no se me ocurrió antes?

—Duermete ya.

Me da un beso en la boca antes de incorporarse, poniéndose a horcajadas de mí. Mi reacción automática es sujetar sus caderas, si su idea es que me la folle así, entonces que se quede despierta.

Ella manotea mis manos.

—Vamos a hacerte mi rutina de skincare.

Definitivamente el que la lleve de cabeza de un lado a otro ya le afecto.

—Estas loca si crees que voy a dejar que me pongas toda esa mierda en la cara.

—¡No!, Es una idea maravillosa.

—No.

Vuelve a inclinarse hacia mí.

—Si dejas que lo haga, yo dejo que me hagas lo que quieras o prometo hacer lo que quieras.

Una idea se pasa por mi cabeza, pero al final, sacudo la misma y la intento apartar.

—Andale, ¿Si? —comienza a repartir besos por mi rostro—, por el amor de tu vida.

—¿Por el amor de mi vida? —murmuro contra sus labios.

—Si, por el amor de tu vida, ¿Si?

—El Mclaren no me pediría tal tontería.

Le cambia la expresión, y me empuja, intentando incorporarse. Sin poder evitarlo me terminó riendo de ella y su jodido berrinche.

La pego a mi, pero ella sigue luchando por liberarse.

—Vete con tu jodido amor y a mi déjame en paz.

Sujeto su rostro, llevándola a mis labios, bufa y me muerde, pero después la tengo besándome y segundos después sus labios recaen en cada parte de mi rostro.

Si Rachel no hubiera ido con Stefan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora