cap.20

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Pov Paula

La suerte nos sonreía, yo tenía una semana de vacaciones y Alexia disposaba de cuatro días pues había un parón por selecciones nacionales, así que dio los primeros días de descanso a sus chicas que no estaban convocadas.

Nos falto tiempo para preparar maletas e ir corriendo a Barcelona. Las dos necesitábamos pasar tiempo con nuestra gente.
Mi hermano y su mujer nos esperaban en la puerta de llegadas del aeropuerto de Barcelona con una enorme pancarta "benvingudes enana & cia" y mi cuñada con otra un poco más pequeña que ponía "benvingut Prince" reí al verles con ellas en alto, junto a un globo de helio con forma de dinosaurio que no paso desapercibido para el niño.
-que pasa Marc, no merezco un apodo?-protestó Alexia-.
-que dices?-se quejó basilante- quien crees que es "cia".- dijo haciéndonos reír a todos menos a Alexia-.
-mira que llamarle Prince...-dije aún riendome-.
-qué?! Yo solo pongo verdades- dijo mi cuñada- o está no es su madre? La reina y el príncipe...
-ya nadie me llama así, y agradecería que tampoco lo hicieras y menos a Alex.
Alexia se puso tan seria, que terminaron la bromas rápido y pusieron  rumbo al coche que nos llevaría a casa de mis padres.
-míralos!- le dije a Alexia señalando la plaza del pueblo, la que está al lado de la casa de mis padres- es tu madre!
-pensaba que subiría más tarde!
-que va!-comentó Marc-. lleva almenos tres horas aquí.

Cuando vieron que aparcabamos el coche, nuestras madres corriendo como dos velociraptors apartandonos de un empujón para poder ser la primera en ver y tocar al niño.
-ayyy, mi niño que grande estás!!-gritaba mi madre-.
-miralo! que guapo eres!!-gritaba a la vez Eli-.
-Ya es oficial!- me dijo Alexia-. Si esta Alex nosotras no existimos.
-no me seas celosa con tu hijo, eh!- le regaño Eli-. Hola Paula!-dijo abrazandome mientras mi madre saludaba a Alexia de igual manera-.
-venga a que esperáis, sacad el niño!-se quejó  mi padre que preferia quedarse a una distancia segura de las dos mujeres-.

-hija, espero que no te molestes.- me comentó mi padre con una expresión de pena en el rostro-. Le he dado tu habitación a Elisabeth, y así tienes más espacio para la cunita de Alex en la habitación de atrás.
-no te preocupes papá! -Le tranquilice dándole un abrazo.- es perfecta la otra habitación-.
-de acuerdo hija- dijo aliviado-. Alexia, perdona pero solo hay cuatro habitaciones-comentó a lo que todos lo miramos extrañado-. Por lo que tendrás de compartir...
-papá- Le corté-. Duerme conmigo y con Alex! Siempre, tengas libre o no habitaciones.
-ahh! Si, claro!-dijo con apuro-. No será la primera vez si tenéis un hijo-dijo para si mismo-.
-papá qué dices!-dijo Marc si parar de reir-.sabes que con ellas no funciona así, verdad?
-no lo sé, hijo. Tonterías! Eso es lo que digo, tonterías-dijo riendo también él, al entender lo que había dicho-.
-gracias Ramón!- le dijo Alexia dándole un abrazo-. Sé que solo te preocupa que estemos bien. Y te agradezco que te preocupes por mí, pero pense que esto estaba superado de hacia años.
-y lo está! Lo juro que lo está! Como que hace poco que volvéis a estar juntas, no sabía si..-se justificó-.
-esta bien suegro! -le contestó dándole un beso en la mejilla-.

Esos tres días en casa de mis padres junto a mí suegra fueron tan bonitos como estresantes. Aprovechando que mis padres, como ellos decían querían presumir de nieto, Alexia y yo volvimos a aquel lugar en la montaña donde la llevé la primera vez que estuvo en mi pueblo como mi pareja. Fue mágico poder disfrutar de unas horas para las dos a solas, con el ruido de la naturaleza de fondo y viendo como el sol se iba escondiendo detrás de las montañas más lejanas. Inmóviles acurrucadas a la verá de un árbol.
-en que piensas?
-en tí -confesé-. En Alex.
-aja!
-te acuerdas cuando hablamos de si alguna vez teníamos hijos... quiero esto Ale!
-como?
-quiero que Alex crezca aquí
-aquí?
-o sea, no en ese pueblo. Pero si como dijimos
-en un pueblito de la costa, donde pueda correr libre.-contestó haciendo memoria-.
-si. A demás para tí, cuando llevas un tiempo fuera de Barcelona, lejos de tu madre, de tu hermana. Mírate! Tres días aquí y tu mirada, es la misma, Ale! Tienes la misma mirada de cuando te conocí.
-yo también quiero esto Pau. Pero ya no somos esas niñas que creian que se comerían el mundo. Ahora tenemos una maravillosa responsabilidad, no podemos actuar a lo loco.
-y no lo haremos!. Pero prometeme que terminaremos viviendo aquí. Tu entrenando el barça o lo que te haga feliz y Alex saliendo a jugar por el pueblo con su solecito y sin las locuras de los coches y demás mierdas de las grandes ciudades.
-me encantaría vivir esta vida contigo-dijo apoyando un poco más de su peso contra mí, intensificando el abrazo-. Y ya tienes pensado como lo haremos?!-pregunto a sabiendas que llevaba un buen rato pensando-.
-bueno, más o menos- contesté riendo-.

Que rápido pasa el tiempo cuando estás bien. Tercera y última noche en casa de mis padres. Es extraño cuando aún no te has ido y ya sientes esta añoranza.
-Buenos días!- me dijo Alexia besando mi clavícula-.
-mmmmhhh...Buenos días, amor- contesté con la voz más ronca de lo normal-.
-como puedes estar tan guapa recién levantada?- dijo empezando a tocar mi barriga por debajo de la blusa-.
Al notar su contacto mi cuerpo reaccionó dando un brinco para girarse lo más rápido posible quedando cara a cara. Me deje besar tanto como quisiera, estaba totalmente rendida a sus caprichos, estábamos calentandanos por momentos cuando un ruido de un llanto fuerte nos volvió a la realidad, terminando de la forma más brusca nuestra sesión de amor.
-Alex! Que te pasa amor- dijo Alexia que fue la primera en levantarse para calmar a nuestro hijo-.
-que le pasa?-pregunté, pues ya no era tan habitual sus lloros-.
-que tiene el pañal sucio. Yo me ocupó no te preocupes-dijo con una sonrisa en la boca-.

Desayunamos todos juntos, mi madre no dejaba a Alex a sabiendas que en pocos minutos recogeríamos trastos y dejaríamos su hogar. El viaje de regreso a Barcelona fue a cargo de Alba, aprovechando que tanto ella como Eli regresaban a la ciudad. Eli insistió en sentarse detrás, al igual que le pasó a mi madre no quería separarse del niño, por eso Alexia hizo el viaje de copiloto.
Nuestro vuelo salía a las nueve de la noche por lo que decidimos aprovechar la tarde para encontrarnos con nuestros amigos que seguían viviendo en la ciudad condal.

Cuando decidieron quedar todos en un local de la Barceloneta, pensé que era muy mala idea. Alexia se reia de mi reacción diciéndome que nadir nos interrumpiria, que los años pasaron y la gente ya ni se acordaba de ella. Al llegar al local ya se encontraban allí Joan que era mi único invitado, para así decirlo, y Mapi e Ingrid. No tarde en descubrir que Alexia tenía razón y ya no causaban aquel efecto a la gente, si que de vez en cuanto alguien las miraba y comentaban entre ellos, pero ninguno se acercaba.
La cosa cambió cuando llegó Jana y Claudia, ellas estaban ya en su última temporada convirtiéndose en la clara imagen del club.

-y vosotras que?-le pregunté a Ingrid-. Mira a tu mujer, no deja a Alex ni un segundo.
-no digas nada- susurro aprovechando que todos los demás estaban distraidos-. Si todo va bien en unos meses..-dijo tocandose la barriga-.
-de verdad?!-grité atrayendo la atención momentánea de los demás-.
-sssshhhh! nadie sabe nada, solo estoy de un més.
-claro, claro! Soy una tumba-dije simulando pasar un candado en mi boca-. Felicidades, ya tengo ganas de veros con el cochecito- la abracé-.
Pude notar como Alexia nos miró extrañándose. Sin duda, de todas la que estábamos allí, la noruega era con la que menos confianza y trato he tenido, siempre que nos vemos cambiábamos un par de palabras cordiales y poco más. Con la mirada le dije a Alexia que ya le contaría, cosa que ella entendío y siguió riéndose de las tonterías de Mapi junto a Claudia.

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