cap.18

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Pov Paula

Hoy por fin me daban el alta del hospital. Cuatro meses fueron los que estuve ingresada, un tiempo que había cambiado, ya no solo por la temperatura exterior ya que entre con una gran nevada y salí casi pudiendo vestir con manga corta, sino mi vida, yo misma había cambiado, me sentía otra persona con otras prioridades y sobretodo sabiendo donde quería estar.

-feliz de volver a casa?-me dijo Mary al cruzar la puerta de la habitación-.
-feliz y acojonada.
-lo harás bien! Vendrá tu mujer y Alex a buscarte? Me gustaría despedirme también de ellos.
-Alexia seguro-dije con una sonrisa que no pasó desapercibida por la enfermera-. Alex seguramente estará con Sara, mi amiga.
-pues tendrás de darle un besote grande de mi parte a tu niño-dijo simpática haciéndome sonreir-. Ni dos minutos tarda- dijo haciendo referencia a Alexia entrando por la puerta cuando acababan de abrir las visitas del hospital. Voy a preparar mi parte de papeleo así cuando venga el doctor ya los tendrás listos y no tendréis de esperar para volver a casa.
-Buenos días!- le dijo Alexia al entrar a la habitación.-
-Buenos días!- contestó marchándose-.
-Buenos días, amor!-dijo acercándose a la butaca donde estaba sentada-. Estas preciosa hoy-termino de acercarse para darme un beso-.
-seguro que no, pero gracias.

El doctor apareció con los papeles del alta bajo el brazo, tendría de volver dos veces a la semana para seguir con la recuperación, pero por el resto podía hacer vida normal. Estaba feliz, nunca pensé que me haría tanta ilusión llegar a casa. Me dejó unas muletas, las necesitaría para andar.
Alexia recogió todas mis cosas que se habían acumulado en el armario, cargó la maleta en su espalda y salimos dispuestas a abandonar el hospital, no antes sin despedirnos de Mary. Alexia que se había convertido en una gran detallista, le regalo unos dulces que la enfermera le había comentado meses atrás que eran sus favoritos.

Llegué a casa agotada, deseaba tumbarme en el sofá, mira que ande poco y Alexia no dejó que hiciera el mínimo esfuerzo, me pidió que me sentará en la sala de espera mientras ella cargaba el coche y lo dejaba justo delante de la puerta del hospital para que no tuviera de andar ni un paso más de lo necesario. Aún así, al llegar a casa parecía que llegaba de correr una maratón.

-ven siéntate aquí!-me ayudo Alexia a acomodarme en el sofá-. Estas bien así? Prefieres una almohada debajo de tu pierna?
-estoy bien, gracias!-me fijé que no paraba de mirarme hasta llegando a incomodarme, su mirada penetrante era puro fuego-.Ale, que pasa?
-tenía tantas ganas de que volvieras..-dijo con un nudo en la garganta intentando volver a la normalidad-. Te parece si antes de llamar a Sara para que traiga a Alex, preparo la cama auxiliar para mi en su habitación?-la mire confusa pues no entendia que decia-.espero que no te importe, he estado durmiendo en tu cama...
-Alexia...amor, escúchame!-le dije con calma-. No me importa que durmiera en la cama, al igual que no me importa que sigas durmiendo en la cama. Ya perdimos mucho el tiempo, no crees.
-de verdad...-dijo ilusionada-.
-si quieres!-dije tendiendo el brazo tirando de ella hacia mi-. Te quiero siempre junto a mí.-intenté acercarme para darle un beso, pero el dolor me lo impidió-.
-te harás daño, déjame a mí! -se acercó con sumo cuidado pues no quería provocarme más daño-.
-mmmhhh- gemí con un simple rose-.
Alexia intensificó el beso, las dos nos teníamos muchas ganas, demasiados años fueron los que estuvimos esperando para volver a sentirnos. Mis manos desabrochaban los botones de su camiseta con una velocidad excesiva, mientras ella recorría mi cuerpo con sus manos vigilando mis heridas.
-no me harás daño- dije al ver su preocupación-. Solo no te apoyes en mi pierna derecha.
No hizo falta que dijera nada más, su lengua se encargo de recorrer mi cuello pasando por mis pechos, dejando besos por cada centímetro de mi piel. Se sentó encima de mí pelvis dejando sus piernas al lado de mis caderas, al ver ese movimiento mis manos apretaron con fuerza su culo tonificado mientras ella seguía distraída disfrutando de mis pechos más grandes de lo normal debido a la lactancia. Me estaba calentando por momentos tantos años sin sexo hacia que me mojaba aún más rápido y mis bragas ya estaban empapadas. Alexia elevó su pelvis haciendo paso a su mano entre sus piernas y así acceder fácilmente a mi zona íntima, mi vestido le puso las cosas fáciles, arrastro de él hacia arriba colando su mano a mi entrepierna. Sonrió orgullosa al notar lo empapada que estaba, sus dedos desplazaron mis bragas hacia un lado y empezaron a recórrer mi entrada empapandose de mis fluidos, metió dos dedos de golpe con total facilidad y empezó a jugar, con su pulgar acariciaba mi clitoris que se inchaba casi instantáneamente, yo me mordía el labio intentando aguantar el órgano que cada vez se sentía más próximo.
-me encanta estar dentro de tí- susurro a mi oído mientras sus dedos seguian entrando y saliendo despacio pero contundente de mi interior-.
-oh dios!!-gemí fuerte-.
Acababa de tener el orgasmo más grande de los últimos años, me falto tan poco de tener un segundo cuando Alexia sacó sus dedos y los llevó a su boca saboreando todo mi jugo. No podía sacar la vista de ella, saboreando sus dedos.
-sabes tan bien! Muero por comerte entera-me reborice dejándome sin palabras, aún no me había recuperado que ya deseaba volver a sentirla-.
-no es justo!-dije una vez recuperada-. Sabes que también me gusta saborearte...
-lo sé, pero tengo de ir en busca de nuestro hijo- dijo riendo por mi protesta para acercarse y darme un beso.
-yaaa...es que hacía tanto que no tenía sexo de verdad que casi olvido como es
-jajajaja que dices?! Como que sexo de verdad?!-me puse roja de golpe, ya había hablado más de la cuenta y ahora no tenia salida-. Te da vergüenza! Puedes contarme Paula, en realidad el sexo que yo he tenido tampoco es nada comparado con el que tengo contigo
-lo que pasa, es...es que...no he tenido sexo con nadie desde que lo dejamos- sus ojos se abrieron como platos-.
-anda ya!!-Al ver mi seriedad reaccionó-.son muchos años Pau..
-lo sé, pero no podía si no es contigo... por eso tengo un arsenal de juguetes.
Alexia al oir esa última frase esclato con una risa fuerte, esta claro que lo último que imaginaba era saber que he estado usando un montón de juguetes sexuales.
-perdón, perdón no quería reírme así, es solo que no te imagino...
-ya..- dije avergonzada-.
-tienes alguno de favorito?-pregunto con una mirada ardiente que me calento de nuevo-.
-si-confese mordiendome el labio como respuesta a su mirada-.
-tendrás de mostrarme lo que tienes porque ahora mismo se me están ocurriendo demasiadas locuras.
-lo siento, tienes de ir a por Alex.-dije riendo-.

Alexia volvió con Alex en brazos, se veía tan feliz, quería capturar esa imagen y guardarla en mi memoria para siempre. Detras de ellos entraron Sara y Ana, querian darme la bienvenida de nuevo a mi casa y detras de ellas apareció James, me extraño verlos juntos, no eran amigos ni si quiera se conocian, pero ahora parecia ser los mejores amigos. Me contaron que todos querian cuidar de Alex, por lo que entendí llevaban un par de meses que cuando Alexia les dejaba a Alex para venir al hospital Sara y James discutian tanto para saber quien cuidaria de él que al final decidieron cuidarlo juntos.
-voy a dejarlo en la cuna- dijo Alexia con un tono suave-. Antes de que despierte porque tiene hambre.
-Las ganas que tenía de tenerte de vuelta!-dijo Sara tirándose al sofá abrazándome fuerte-.
-cuidado!! que no estoy al cien por cien!
-perdon!-dijo dándome un beso en la mejilla-. No puede ser!-gritó y se puso a reír fuerte-.
-no grites!!- la regañamos todos los presentes-.
-mira- le dijo a Ana, moviendo mi cabeza hacia un lado para exposar mi cuello-.
-vaya! Si que hubo bienvenida, si- dijo Ana riendo-.
-noo, la madre que la parió- dije molesta al entender que tenía un chupetón-.
-yo eso no lo quiero saber-protestó James-.que es como mi hija! Cambiamos de tema, porfavor- dijo haciendo reír aún más a las otras dos chicas-.
-anda! Ya lo habéis despertado- me quejé al oír a Alex llorar-.
-tranquila en seguida volverá a dormir, es tan dormilón como su madre-dijo Sara para molestarme-.

SOLO SI ES CONTIGO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora