cap 17

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Pov Alexia

Abrí la puerta de la habitación del hospital con cierto temor, temor a que Paula no me reconociera a que sufriera amnesia, supongo que esas películas de media tarde habían calado más de la cuenta en mí.
-Ale! Lo siento-sentí tanto alivio-.
Paula me reconocía y parecía dentro de todo estar bien. Se veia cansada, pálida y con rostro de  dolor pero aún así se veía guapísima.
-mira a quien te traigo, te presento a Alex.
Me miro extrañada al presentarle a nuestro hijo como Alex, en un principio pense que era al nombrarlo distinto de como habiamos acordado. Le conté el porqué del cambio de nombre y se mostró a favor, decia que seria una hermosa historia para contarle cuando fuera mayor.
Cada dia le llevaba a nuestro hijo, aún que con el dolor que sentía se le hacía complicado poder tenerlo en brazos, aun asi ella intentaba tenerlo cerca.
Me preocupaba al verla como miraba a Alex, estaba seria, como si viera un ser extraño, no se si el bebe podía sentir esa mirada, puede que Mary la enfermera, tuviera razón y fuera verdad lo de las conexiones y los vínculos.
Los dos sufrían, Paula porque no lo sentía como creía que tenía de sentirlo una madre y el niño porque notaba la tensión con la que lo agarraba Paula. Entraron en un bucle, cuanto más tensa más lloraba Alex y cuanto más lloraba más tensa se ponía Paula. Y yo no sabía que hacer para cambiar eso. Decidí coger el bebe y que los dos reposarán. Pero así que lo cogí en brazos su llanto cambio a sonrisa y con ello la inseguridad y los malos pensamientos de Paula volvían a ella. Su mirada hacia nuestro hijo era fría y distante y aun que ella lo negara yo sabía que algo no estaba bien. Así que decidí hablarlo con Mary, ella me daba mucha confianza y se había ganado el puesto de mejor enfermera con creces en mi lista particular.
Mary me tranquilizó, no era la primera vez que se había encontrado con una madre que digamos no terminaba de reconocer a su hijo, y si teníamos en cuenta que el parto fue traumatico aún tenía más posibilidades. Me recomendó no presionarla y respetar sus tiempos, aún así me comentó que le sería de ayuda una terapia psicológica. Me encargé que ese mismo día pudiera empezar a hablar con un psicólogo, sabía que ella no se  negaría, las dos le damos mucha importancia a nuestra salud mental. Y así fue como empezó su mejor recuperación, hablando cada día con un señor de sesenta años delgado y con una gafas de pasta gruesas que ocultaban sus ojos pequeños.
Esa terapia le funcionaba muy bien en una semana su mirada hacia Alex era totalmente  distinta, dejándonos así a todos más tranquilos.

Ya han pasado unos dias y hoy sus padres y su hermano volvían a Barcelona, llevaban ya un tiempo aquí y tenían de seguir con sus vidas, con sus trabajos. Ellos me habían ayudado mucho con Alex y al saber de su partida me provocó una angustia inefable. Volví al hospital Paula aún seguiría unos días más ingresada. Hoy sería un día duro para ella, empezaría su rehabilitación, se lo mucho que puede frustrar cuando tu cuerpo no aguanta tanto como te gustaría, solo esperaba que no lo tomara mucho contra mí.
-Buenos días Pau!-dije al entrar en su habitación-. Di, hola mamá!...Hola mama-dije imitando la voz de un niño-.
-hola mi vida!-contestó estirando los brazos para que le dejara el bebe-.
Paula me miraba, se la notaba inquieta, como si quisiera decirme algo y no supiera como.
-oye Alexia!- me llamo la atención-. Cuando tienes de volver a Barcelona?-pregunto al fin después de estar rato mirándome intentando sacar el tema-.
-ya me quieres fuera?-pregunte con gracia-.
-mis padres, mi hermano..se han ido por que tienen de volver a trabajar, por lo que sé, estas aqui desde el primer día y pronto hará un més...
-no volveré Paula! Hasta que no estés al cien por cien yo no volveré.
-pero y tu trabajo?
-pedi un año de excedencia por cuidado de Alex. No te preocupes por eso, esta todo solucionado.
-siento que tengas de dejar tu vida por mi culpa- dijo empezando a llorar-.
-Pau, que dices?-dije levantándome para sentarme a su lado y agarrarle sus manos-. Te recuerdo que Alex también es mi hijo y lo daría todo para que esté bien..y para que tú estés bien.-dije más bajito, pensando que no me oyera-.
Me miró con una ternura y un amor que hacía años que no le había visto, consiguió solo con su mirada derretirme allí mismo.
-puedes abrazarme?-pregunto con cautela-.
-claro!
-gracias!-pronunció con una gran sonrisa en su rostro aun abrazada a mí-.
-te quiero!-me salió sin pensar, ella se extraño tanto o mas que yo de esas palabras. Era en vano intentar ocultarlo, las dos escuchamos perfectamente-. Lo siento...no quer..
-yo también te quiero!-cortó mi disculpa-.

Recuerdo quedar petrificada, que acababa de pasar?! Así, de la nada. Volvimos a declarar nuestro amor. Me había imaginado esta escena mil veces, llena de romanticismo,  en un lugar bonito con una música de fondo y callando nuestro amor con un perfecto beso, y no en una triste sala de hospital con el pitido de las máquinas de fondo. Durante unos minutos estubimos en silencio, creo que las dos teníamos de asimilar. Estabamos mirándonos y sonriendonos, la vergüenza había vuelto a nosotras.

Con dificultad Paula se sentó en la cama quedando frente a mi y estiró el brazo derecho para agarrarme la mano.
-te quiero!- repitió mirándome a los ojos-. Siempre te he querido, en ningún momento dejé de hacerlo. Y ahora veo que he sido una imbécil terminando la mejor relación con la mujer de mi vida por tonterías. Casi muero estando separada de la mujer que amo.
-Paula!
-no déjame terminar.- yo asentí-. Te he dicho que te quiero pero es mentida, por que yo te amo y si tu sientes lo mismo no se que estamos esperando...
-te amo tanto que me da miedo! Sufrí demasiado y no quiero volver a pasar por allí.
-he cambiado, desde que me di cuenta que estuve a nada de morir. Mis prioridades han cambiado, entiendes... Alex y tu sois mi prioridad, me da igual mi trabajo mientras esté cerca de vosotros...¿estarías dispuesta a darle una última oportunidad a esa pobre chica magullada y lisiada-dijo riendo-.pero que nadie te amara como lo hace ella?
-sigues siendo igual de tonta!-dije incorporándome para besarla-.
-eso es un sí?
-a ver si así SI te queda claro-dije remarcando el si y volviendo a plantarle un beso en los morros.-

Un fuerte olor hizo que nos separaramos de golpe. Me levanté, cogí a Alex de la cuna. Como era posible que algo tan pequeño y tan bonito, cagara tanto y oliera tan mal.
-espero que eso no sea lo que pienses de que tus madres estén de nuevo juntas!- le dije al niño ante la atenta mirada llena de amor de Paula-.
-perdooona!!dime que escuche bien?
-hola Sara!-contestó paula-.
-no me vengas con esas! Que paso aquí?
-toma tira eso en el lavabo!-le dije dándole el pañal sucio y apestoso-.
-que asco!-dijo separando el pañal lo máximo que dejaba su brazo para entrar en el lavabo y tirarlo en el contenedor-.
Agarré en brazos a Alex y me senté en la cama de Paula. Ella me sacó el bebe apoyándolo sobre su pecho mientras yo pasaba mi brazo por su espalda tirando de ella hacia mí. Me sentí de nuevo en casa.
-que bonita estampa!-dijo Sara volviendo a entrar en la habitación-. Voy a tirarnos una foto.
Fue nuestra primera foto familiar, por primera vez y después de un mes del nacimiento de Alex tenía una fotografía mostrando a mi familia. Me sentía tan orgullosa de aquella foto, por lo que representaba, que la imprimí y mande ese mismo día una copia a mi madre y otra a los padres de Paula, no sin antes prometer a Pau mandarles otra cuando saliera del hospital y tuviera mejor cara. Una estupidez si me preguntan, porque nunca se le había visto más guapa.

SOLO SI ES CONTIGO Where stories live. Discover now