Capitulo especial.
Leynis y luz.
El inicio de una gran historia.
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Camino apresurada tratando de no llegar tarde a mi propia empresa, soy mujer que más puedo decirles.
Atravieso las puertas de cristal y mi personal se hace a un lado dejándome el camino libre, llegó al elevador y marco el último piso colocando mi tarjeta de acceso.
Llegó a mi oficina y tomo asiento.
_llega tarde señora.
_Lo se querida lo sé.
Es mi secretaria quien me habla por el teléfono que tengo en el escritorio.
_Tienes una cita en quince minutos, una junta en una hora y aquí están los archivos de los nuevos trabajadores y currículums que tienes que mirar_ me llegan varios archivos a la computadora que recibo._ A un lado están los papeles que tienes que tienes que firmar.
_Gracias.
Me pongo manos a la obra firmando papeles de las nuevas empresas que quieren ser parte de la mía y al final reviso los currículum.
Pasó los archivos por la pantalla hasta que una chica me llama la atención.
Se llama luz y tiene cuatro años de experiencia como asistente personal.
Es poco pero me sirve ya que los demás se ven patéticos.
Le aviso a mi secretaria que acepte a luz como mi nueva asistente personal y que la quiero aquí inmediatamente para ponerla al tanto de los trabajos y las reglas que tenemos aquí.
Pasaron exactamente tres horas cuando escuché el toqueteo de la puerta.
Una chica aparece detrás de ella.
Rubia, alta y con un dije de nerviosismo en su caminar.
Su piel es blanca y sus ojos tienen un ligero color azul.
Delgada pero hermosa sin duda alguna.
_Mi nombre es luz.
Me extiende su mano y puedo ver cómo le tiembla.
La recibo y siento la suavidad pasar por mis dedos.
_¿No pensabas que tu jefe sería mujer?.
_No señora.
_¿Es la primera empresaria que vez?.
_Si.
_Pues te recomiendo que no te pongas nerviosa, es tu primer día lo se pero aquí te mantienes activa y a la raya, trata de seguir todas las reglas al pie de la letra por qué soy una mujer muy exigente.
_Si señora.
_Ahora ve y tráeme un café con leche.
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Luz...
Me siento cansada.
Tengo miedo de volver a mi casa y que mi padre sea violento cuando le diga cuando dejé más de cinco currículum y que en ningún trabajo me aceptan.
Extraño a mamá.
Era ese tipo de madres la cual te da gusto estar con ella, atenta, hermosa y buena persona.
Cada vez que le pedía algo ahí estaba ella siempre para mí.
Lamentablemente el estúpido de mi padre le causó un paro cardíaco cuando sus golpes hicieron que ella no pudiera estar de pie, un día la amenazó con un cuchillo y ese fue el último día que vi a mamá.
Tenía quince años y fue lamentable para mí, ahora para recordar su rostro tengo que mirar una foto de ella para no olvidar su cara y sus hermosos ojos azules.
Siempre la llevo conmigo y la oculto de mi padre ya que el mismo de encargo de que en la casa no hubiera nada que le recordara a ella.
Abro la puerta y para mí suerte está dormido en el sillón con una botella de whisky en sus manos.
Pasó el pasillo en puntillas y subo las escaleras rápidamente hasta llegar a mi habitación.
No me he ido de este lugar por qué no tengo a dónde ir, no tengo trabajo y apenas como.
Me miró en el espejo y observó mi cuerpo casi desnutrido, mi piel está pálida por la falta de líquidos y los huesos de mi cuello están casi afuera.
Mi padre trabaja de vez en cuando y lo poco que consigue se lo gasta en un bar.
Le robo dinero de su billetera cuando duerme y así puedo comer, casi no como por la depresión de perder a mi madre.
Cuatro largos años y aún quema como la primera vez.
Bajo las escaleras de la casa encontrando a mi padre sentado mirando la TV.
_¿Cómo te fue hoy?.
_Deje los currículum, estoy esperando las llamadas.
_Bien, eso suena bien.
Aveces cuando la bebida se le pasa es un buen hombre.
El celular de mi padre suena y lo lleva a su oído.
_¿Si?.
Me extiende el celular y a su espalda me dice:.
_Es para ti.
¿Para mí?.
Tomo el celular y contesto la llamada.
_Buenas noches y disculpa las molestias, te llamamos de las empresas Leynis para recibirte como nuestra nueva empleada, te veremos aquí en una hora.
Cuelgan la llamada y mis labios se ensanchan en una sonrisa, le devuelvo el celular corriendo a mi habitación y dándome una ducha rápida y vistiéndome para salir como rayo de mi habitación.
Por Dios no puedo creer que mi esfuerzo por buscar trabajo haya dado frutos.
Casi una hora de camino y le pido el taxi que se detenga frente a la empresa que recibió mi currículum.
Aquí las personas caminan elegantemente mientras yo camino nerviosa.
Pregunto a una de las mujeres que me observan de arriba hacia abajo pero al final me dicen donde tengo que ir.
Subo al elevador y marco el último piso, al salir tocó la unica puerta que encuentro.
Giro la perilla y atravieso el umbral encontrándome con una mujer si, una mujer.
Sus ojos te dan miedo a simple vista ya que son casi blancos, tiene una mirada profunda y es hermosa no lo niego.
La saludo amablemente pero nerviosa y ella me devuelve el saludo...
