CAPITULO 27

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¿Que como llegamos hasta ese punto?.

Déjenme explicarles.

Todo ocurrió en la cena, había tomado algunas copas de más cuando terminamos de cenar y mientras lo hacíamos conversábamos un poco de nuestras vidas.

Para cuando íbamos a volver a casa ya estaba media mareada y cuando llegamos me tambalee un poco y Reynolds tuvo que cargarme hasta la cama, no se que tenían esas bebidas pero me dejaron loca.

La cosa es que cuando Reynolds se iba lo llamé.

_No te vayas, quédate conmigo.

_No sería prudente, no estás en tus cinco sentidos.

Me reí.

_¿Por qué eres tan educado?.

_Solo soy respetuoso.

_Por eso... ¿Por qué eres tan respetuoso? ¿Nunca habías dormido con una chica que solo quiere tu calor?.

_Mejor ya me voy.

_No tengas miedo, no muerdo a menos que tú me lo pidas.

En eso me levanté y me quité la ropa, el entonces se mordió los labios mientras me miraba de arriba hacia abajo y ya saben que ocurrió después.

Estaba ebria pero pude disfrutar cada uno de sus toques.

Subo las escaleras del jet privado dejando la cuidad y todo detrás, recordando que tengo una vida y un destino que enfrentar pero la pregunta sería ¿Puedo con esto yo sola?.

No creo que sea posible y enfrente una realidad que me destruiría poco a poco.

Pasar esa noche con Reynolds fue increíble y definitivamente me di cuenta de que ese hombre me trae loca, de que me tiene en sus manos y con solo una órden me arrodillo a sus pies.

El jet despega y la azafata que me dió a beber algún tipo de droga la última vez me atiende, es una chica muy agradable a pesar de que casi acabo con ella.

_Esta de suerte señora, el día estará completamente despejado de lluvias, será un día agradable.

_Muchas gracias.

_¿Algo para tomar?.

La miro a los ojos y la chispa de sarcasmo estan goteando de ellos.

_Que no tenga ningún tipo de líquido por favor.

_Como diga.

Se ríe mientras sale de lugar.

No tengo idea de cuando lo volveré a ver pero de algo si estoy segura es que ese hombre me encanta y no puedo creer que lo descubrí tan tarde pero el problema es que soy una mujer casada.

¿Acaso eso importa?.

Fui obligada a casarme por el bien de mi familia, prácticamente no soy esposa de nadie y no amo a Roger como amo a Reynolds, son personas distintas y uno me hace sentir muy cómoda mientras que el otro lo odio para toda la eternidad.

La chica me trae un jugo de naranja y algunos bocadillos que disfruto, duermo un poco y cuando está anocheciendo me informan que ya llegamos.

Abordo la camioneta que me llevará a mi hogar y le doy la dirección.

A varios metros lejos de nosotros vienen dos motocicletas mientras que en el frente viene una, las conducen tipos con las caras tapadas y se ven peligrosos.

_No se preocupe, la protegen a usted.

_¿A mí?.

_Si, el señor Reynolds dió la órden, tenemos que hacerla llegar a su hogar sana y salva.

_Eso es muy amable, muchas gracias.

_No me agradezca a mi señorita, agradezca al señor Reynolds.

Le sonrió y el asiente, no se ve tan mayor yo diría de algunos treinta y cinco años.

Las motos nos persiguen a una distancia prudente y justo como dijo el señor se detienen a una cuadra de mi casa, me desmonto de la camioneta y el señor me ayuda con el equipaje.

Dejé la mayoría de las cosas en la casa por qué siento que aunque las compraron para mí no me pertenecen.

Solo me traje la ropa que traigo puesta y algunas prendas.

La soledad de mi casa me recibe, todo está a oscuras y dejo todo en el sillón de la sala contemplando que está igual a como lo dejé antes, enciendo las luces y el hombre se despide con un movimiento de cabeza.

_¿Puedo pedirte otro favor?.

_¿Que pasa señorita?.

_Mi madre no vive muy lejos de aquí, quisiera por favor que la busques y me la traigas aquí, no quiero que nadie más se de cuenta de que llegué.

_Por supuesto, deme la dirección que yo la traeré sana y salva.

Le doy la dirección de mi antiguo hogar, mientras el se va en busca de mi madre yo me quedo sentada en los sillones.

Enciendo mi celular esperando encontrar alguna llamada perdida de esa persona pero solo veo de Roger y de el estoy harta.

A los pocos minutos la puerta se abre y mi corazón da un brinco escuchando la voz de mamá.

_¿Está seguro de que es ella? ¿Dónde está?.

_Mamá.

Me levanto de los sillones y la alcanzo a ver, está radiante con un vestido amarillo de tirantes que le cae hasta los pies, su cabello suelto y algunas prendas.

Tenía mucho tiempo que no la veía así.

Abre sus brazos y entro en ellos como cuando era pequeña, a pesar de que pasó mucho tiempo todavía me siento protegida bajo su piel.

Sus llantos inundan la sala, le acaricio el cabello mientras la calmo con palabras para que sepa que soy yo y estoy aquí.

_O cariño.

Me toma la cara y comprueba si en verdad soy yo.

_Estuve tan preocupada.

_Ya estoy aquí.

_No me vuelvas hacer eso.

Me dice llorando y se seca las lágrimas.

_Te lo prometo mamá, ya no lo haré y también prometo avisarte cuando salga por unos días, todo fue inesperado.

_Espero que sea así señorita.

Le regalo mi mejor sonrisa.

_¡Sergio, cariño ven aquí!.

_¿Esta aquí?.

Asiente.

La figura de mi hermano atraviesa la puerta, no quiero hacerlo, no quiero acercarme ya que el me dijo que nunca más contara con el pero eso simplemente son palabras.

Corro a sus brazos y el me recibe dándome un beso en la frente.

_Lo siento Sergio.

_¿Por?.

_Por ser una estúpida, Roger me amenazó con asesinar a mamá y yo... No tuve otra opción que casarme con el y que ustedes estuvieran a salvo.

_...¿Que hizo que?.

El Rey Mafioso Where stories live. Discover now