DAMON

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Estaba decidida a acabar con esto.

—¡Damon!

Antes de que arrancara el coche, me lancé sobre el asiento del copiloto.

—¿Qué estás haciendo, loca?

—¡No! ¿Qué estás haciendo tú? Deja de jugar de una maldita vez.

Sus cejas se fruncieron y su rostro mostró confusión.

—No sé de qué me hablas.

—¡Hablo de Elena! Y de ti. Y de mí.

Damon negó con la cabeza y apretó las manos sobre el volante. El tema de Elena le dolía, no soy estúpida. Pero lo celos corroían cada una de mis células como si fuera veneno. La culpa era suya, por darme esperanzas sabiendo que esto en algún momento iba a estallar.

—Elena ya no está. En serio, ¡no sé qué quieres!

El nudo en mi estómago se hacía cada vez más fuerte, ¿era por rabia, tristeza, ambas? No lo sabía con certeza.

Tomé aire antes de hablar, lo último que quería era que mi voz se quebrara al hablar. No le iba a regalar la oportunidad de verme vulnerable ante él.

—Sí que está. Ella no se ha ido, sigue en tu cabeza todo el tiempo y yo no quiero ser tu segunda opción. Aunque no lo creas, todavía me queda algo de dignidad.

Sus ojos brillaron con una mezcla de incredulidad y pesar.

—Tú no eres una segunda opción para mí.

—¿Ah, no? ¿No la elegiste a ella una vez?

Un rastro de tristeza cruzó su rostro antes de endurecerse de nuevo.

—Sí, lo hice. Pero ahora estoy contigo.

Un suspiro escapó de mis labios mientras trataba de contener la oleada de emociones.

—Porque Elena está en un ataúd. Sabes que si estuviera aquí, las cosas serían muy diferentes. Y, por un momento, quise pensar que no era así, hasta que te di la espalda durante cinco minutos y te vi llorándole a Stefan sobre lo mucho que la extrañas. ¿Sabes qué, Damon? Vete a la mierda.

Salí del coche y alisé el delantal del Grill, tratando de recuperar algo de dignidad.

A partir de hoy, Damon Salvatore estaba muerto para mí.

Era hora de volver al trabajo.

TVD & TO | ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora