KOL

453 10 0
                                    

La fiesta estaba en pleno apogeo en la mansión de Nueva Orleans cuando Santana divisó a Kol Mikaelson entre la multitud y decidió acercarse.

—Hey, Kol —saludó Santana con una sonrisa nerviosa—. No esperaba encontrarte aquí.

Kol la miró con indiferencia.

—Ah, hola Santana. Supongo que estas fiestas son el lugar perfecto para encontrarse.

Santana intentó parecer despreocupada.

—Sí, supongo. ¿Qué te trae por aquí? ¿Disfrutando de la fiesta?

Kol se encogió de hombros.

—Podría decirse eso. No es como si tuviera algo mejor que hacer. Además, es mi casa.

Santana sintió un ligero desprecio en sus palabras, pero no se dejó intimidar.

—Bueno, podríamos pasar un rato agradable, ¿no crees? Después de todo, compartimos algunos amigos.

Kol asintió con indiferencia.

—Supongo que sí. Pero no esperes que sea el alma de la fiesta, ¿vale?

Santana sonrió con sarcasmo.

—Oh, no te preocupes. No esperaba que fueras precisamente el alma de nada.

Kol la miró con una ceja levantada, como si apreciara su descaro.

—Eres bastante directa, ¿verdad?

—Es lo que hay —respondió Santana encogiéndose de hombros.

Kol la observó por un momento, como si intentara descifrarla.

—Bueno, supongo que no eres tan aburrida después de todo.

Santana se rió suavemente.

—Lo mismo digo de ti, Kol Mikaelson. Lo mismo digo de ti.

TVD & TO | ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora