Capítulo 28 - Buena Suerte (Parte 2)

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-¿Estas segura?- Pregunta y cruza sus brazos sobre su duro pecho, como diciéndome: "Sé que me estas mintiendo, tu necesitas algo".


Suspiro, rodando mis ojos. -Olvide mi libro de Química, eso es todo.-


Él me mira, y se ríe. Luego, después de un momento, entra al estudio, camina y esquiva la silla de cuero que se atraviesa en su camino. Sus ojos dejan de mirarme, y él mira la estantería que hay a su lado izquierdo, mirando los títulos con cuidado. Por último, su mirada se detiene y toma un gran libro de texto.


Al retirar el libro del estante, los otros se mueven y cae uno sobre otro. Él se gira y camina hacia el escritorio en donde estoy sentada, regalándome una gran sonrisa. La sonrisa se mantiene en sus labios aun después de dejar caer el libro frente a mí, provocando que se escuche un "Bang" cuando el libro golpea la superficie de la mesa.


Echo un vistazo al título del libro: "Chemistry, Edexcel board, AS level"


Al terminar de leer el título, una oleada de alivio recorre mi cuerpo, y le sonrió a River.


-Gracias.-


-No hay problema.- Él sonríe de nuevo, frunciendo los labios ligeramente. -Ahora, ponte a estudiar, sé que no quieres reprobar.-


Y con estas últimas palabras, River sale del estudio cerrando la puerta tras salir.

Inhalo, forzando a mi corazón a que tomo se ritmo habitual.


Concéntrate en Química, refiriéndome al libro. No al tipo de química que tienes con River.


Y exhalo, cerrando mis ojos brevemente.


-No puedo reprobar, no puedo reprobar. No puedo dejar la materia...-


+++


Hoy es lunes, el día del examen de matemáticas, y no me es problema decir que me estoy cagando en mis pantalones. Sí, así es como me siento. Además, no sé cuántas veces he tragado, tratando de deshacer el nudo que hay en mi garganta debido a los nervios. Pero nada de lo que hago es capaz de relajarme.


River entra al estacionamiento de la escuela, dejando su coche en el aparcamiento más cercano a las puertas.


Y como es de esperarse, la gente nos está mirando.


Supongo que River ya sabe de todos los curiosos ojos que se detienen a mirarnos, Y estoy segura de que él también los noto todos esos demás días que me trajo a la escuela. Pero, no parece molestarle tanto como me molesta a mí. Obviamente, me encentro muy nerviosa al sentir la mirada de la mitad de las personas que estudian aquí, pero él se ve muy tranquilo, él es capaz de controlar sus emociones muy bien.


Bueno, por supuesto que sabe controlar sus emociones, esto le pasa cada día que llega a la escuela.


No importa lo que los demás piensen de ti, Lea.


Haciendo caso omiso a todas esas personas que nos miran, me deshago del cinturón de seguridad con una mano, mientras que con la otra agarro mi bolsa. Esta mañana, revise por los menos unas cinco veces mi bolsa, asegurándome de que traigo todo lo que ocupare para el examen.


-¿Tienes todo?- Le pregunto a River, y veo como estira su mano por la parte de atrás del asiento para tomar su mochila.

-¿Si, tu?- Él sonríe y golpea con una de sus manos su mochila Nike de color negra. -Revise mi mochila unas cinco veces.-

Sonrió de nuevo, -Yo también.-

¡Él te está distrayendo! Enfócate, enfócate, enfócate.

Aparto la mirada de sus ojos, y miro por la ventana, enfrentándome a todos lo que nos miran.


-Vamos.- Dice River, abriendo la puerta y saliendo del coche.


Esta es la peor parte, cuando tienes que salir y caminar entre todos los alumnos, tratando de esquivar sus miradas y caras que demuestran lo sorprendidos que están, sin olvidar mencionar que vigilan cada movimiento que River y yo hacemos. Para River eso es normal, pero para mí no, y temo que mi torpeza salga a la luz.


Afortunadamente, me las arreglo para salir del coche sin tropezar y con la mirada puesta en el asfalto. Y, aunque no puedo evitar ese rubor que sale bajo la presión y nerviosismo de que todos centran su atención en River y en mí, sigo con éxito a River por el estacionamiento y en dirección al edificio.


Caminamos hacia el salón en donde nos pondrán los exámenes. Juro que cuando veo esas dos grandes puertas de roble, casi me desmayo. Examino la larga fila de estudiantes que comienzan a pasar por la puerta y miro a unos cuantos maestros que sonríen de una manera muy exagerada.


¿Por qué los maestros se paran en las puertas y sonríen de esa manera al ver a cada una de las personas que esta por presentar? ¿Están disfrutando el hecho de que nos están dando la bienvenida a nuestra perdición?


-Buena suerte.- River me susurra, con la mirada puesta en las dos grandes puertas.

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Maratón 1/2

Mr. Popular and IWhere stories live. Discover now