01: Bomba, florero, alfa

7.1K 1K 258
                                    

Cuando Inko le dijo a Izuku que viviría una vida sin aromas, creyó que le estaba diciendo que no le compraría un perfume en toda su vida

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando Inko le dijo a Izuku que viviría una vida sin aromas, creyó que le estaba diciendo que no le compraría un perfume en toda su vida. Luego, en la escuela descubrió a qué se refería su madre. Él nació siendo beta, creció siendo beta y probablemente morirá siendo beta. Esa era su oración y lema de siempre; se sentía orgulloso de poder vivir alrededor de gente como él.

Su pueblo estaba muy alejado de la ciudad y estaba repleto de ancianos que, al igual que él, eran betas sin complicaciones, sin celos, sin feromonas o marcas de destinados. Durante 18 años creyó que su vida solo se centraría en su pueblo y nada más, pero cuando se dio cuenta de que debía ir a otra universidad y luego trabajar en otra ciudad para poder ser un adulto responsable, entró en pánico.

Cinco años en la universidad donde descubrió que él era un simple extra. Estaba seguro de que si alguien dibujara un manga sobre un romance, él sería una de las personas del fondo. Un personaje que ni siquiera tenía rostro al ser meramente de relleno.

Pero no le molestaba; esos cinco años le sirvieron para poder aprender a vivir lejos de los dramas de alfas y omegas. Y así, a base de puro esfuerzo, terminó su carrera para volverse un florista. No esperaba algo grande cuando decidió estudiar artes, siendo que no tenía talento para el canto o baile y mucho menos para la actuación. Pero sí que amaba mucho las flores y crear hermosos ramos para las personas.

—Hasta pronto —Izuku despidió a un cliente.

Era pasadas las cinco de la tarde y pronto tendría que cerrar. Su tienda se encontraba al frente de la mejor universidad de Japón. U.A era donde solo la gente con conexiones y mucho dinero lograba ingresar. También existían becas, pero eran tan pocas que era raro que alguien pudiera aplicar a ellas.

Colocar su florería justo cruzando la calle había sido la mejor decisión. Todos los universitarios estaban en su época de oro, donde solían buscar el amor aunque solo fuera pasajero y su primera demostración del romance eran las flores. Flores que Izuku colocaba al alcance de los estudiantes.

No podía quejarse; ganaba bien. Lo suficiente como para poder vivir sin preocuparse por deudas, aunque a veces debía ajustarse cuando era época de pagar alquiler. Fuera de eso, era un beta feliz y saludable.

Salió detrás del mostrador. Se quitó el delantal de color azul y estiró los brazos.

"Tin" el sonido de la campana lo hizo mirar hacia la puerta curioso. Ya estaba por cerrar; no estaba con ánimos de tratar con un cliente indeciso.

—¡Buenas tardes! —saludó por costumbre.

Los rayos del sol que caían directo en la entrada no le dejaron ver a la persona. Pero pudo saber por la enorme sombra que lo cubrió que era alto, muy alto.

—Oi, dame un ramo, el más caro —Su voz gruesa y profunda llegó a Izuku.

El pecoso parpadeó y asintió rápido, regresando detrás del mostrador.

EL EXTRA || BkDkWhere stories live. Discover now