13

14.6K 810 209
                                    

Llevaba tres días sin estudiar una línea y la pila de apuntes que se acumulaba sobre el escritorio crecía por momentos, así que opté por ponerme con ellos antes de que la cosa no tuviera remedio.

–¿Ocupada?

Era la voz de Lauren, cuya cabeza asomaba por la puerta de la terraza.

–Más o menos. Iba a estudiar un rato...

–Solo te molesto un minuto. Es que estoy componiendo y necesito uno de los papeles que dejé aquí el otro día...

No se atrevió a poner un pie dentro hasta que le hice un gesto para que pasara. Y debía tener frío, porque llevaba una camiseta de manga corta y el aire que se colaba era helado. Mi padre era igual, le costaba saber cómo tenía que comportarse en cada momento. Si hubiera sido él, podría haber muerto congelado antes de decidirse a entrar.

–Puedes quedarte un rato, si quieres. No me apetece lo más mínimo estudiar. Así que tengo excusa -intenté que se sintiera cómoda mientras me acercaba a pata coja hasta el mueble para darle su carpeta.

–No, no puedo. Tengo cosas que hacer. Gracias por guardarme esto -respondió mientras agitaba el portafolios y se dirigía de nuevo a la puerta.

–Espera, tengo que contarte algo... Ya sé que no es asunto mío, pero estuvieron registrando tus cosas.

Se paró tan en seco que me sobresalté.

–¿Estuvieron? -su mirada se volvió tan dura que tuve que desviar la mía.

–Sí, el otro día, cuando dejaste...

–¿Cómo que estuvieron? ¿Quiénes? -me interrumpió. No sabía decir si Lauren estaba asustada o solo enfadada.

–Pues... tu abuelo y el otro hombre.

–¿Qué hombre?

–No sé quién es, no llegué a verlo. Buscaban algo en tu habitación...

Apretó tan fuerte los puños que los huesos le crujieron. Sin embargo, su cara no reflejaba rabia, sino abatimiento. Se dejó caer sobre la cama. No sabía muy bien qué hacer. Me deslicé hasta su lado.

–¿Estás bien? ¿Quieres beber algo?

Negó levemente con la cabeza y pasó un buen rato ordenando sus pensamientos en el que no me atreví a molestarla.

–¿Te importaría seguir guardándome esto? -dijo al fin tendiéndome el portafolios después de sacar unos documentos.

–No, claro que no -no tenía ni idea de lo que podía contener aquella vieja carpeta y no me hacía ninguna gracia guardársela, pero no podía negarme. Me sentía en la obligación de ayudar a alguien con una vida aparentemente tan complicada.

–Gracias -su sonrisa no sirvió para disimular su tristeza.

Iba a responderle cuando comenzó a sonar mi celular con High de James Blunt como sintonía de llamada. Colgué en cuando vi que era Jacob.

–Ya veo que tienes a James Blunt para todo -se estaba burlando de mí, aunque sus ojos seguían tristes.

–Es que High es mi canción favorita -no sé por qué, pero me avergonzó un poco reconocerlo.

Otra vez sonó y de nuevo colgué. Ella miraba intermitentemente al celular y a mi, sin entender nada. Al momento, comenzó a llegar un diluvio de mensajes a través de WhatsApp. Desactivé el sonido y la vibración. Ya hablaría con Jacob en otro momento.

Me hubiera gustado hacerle un montón de preguntas, pero no me atrevía. Era evidente que no le gustaba hablar de su vida y yo no quería incomodarla ni parecer chismosa. El silencio volvió a reinar entre nosotras.

Pero a tu lado  || Camren ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora