Los Hijos De Un Pecado

XIII

Tras haber dejado a sus hijas e hijo en las habitaciones Lincoln Loud camino hacia el irremediable destino, tener que hablar de lo ocurrido con su hermana mayor, Leni Loud. Antes de que pudiera entrar en la cocina pudo escuchar una pequeña conversación entre sus los señores Loud y la segunda hermana original.

— Es... bueno, esta muy bien volver a esta casa después de tanto tiempo. —Las palabras de Leni fueron contestadas con una mirada algo incomoda por parte de Lynn Sr. y Rita. Al ver esto, la hermosa Leni da un suspiro.— Lo siento. No debería haber venido. —Con un nudo en la garganta, Rita abrió la boca con la intención de hablar.

— Leni... —La mujer más adulta dio un pequeño suspiro, mirando a los ojos a su hija.— Escucha, nos alegramos muchos de que hayas venido. Llevábamos 16 años sin vernos. Lo único que... bueno a sido el lugar y el momento equivocado. —Leni bajó su mirada, algo dentro de ella estaba algo alegre de que sus padres no la rechazasen por completo pese a lo que hizo.

— ¿No estáis enfadados? —Los señores Loud se miraron, para posteriormente Rita bajar un poco la cabeza, Lynn Sr iba a hablar, pero justo apareció Lincoln. 

— Emm, Liena puedes venir conmigo un momento. —Rita y Lynn Sr. hicieron un pequeño gesto de agradecimiento hacia su hijo, mientas que la mencionada se levantaba de la silla y caminaba hacia su padre con algo de confusión.— Tranquila hija, vamos a ponernos al día desde la ultima vez que nos vimos. —La idea fue totalmente aceptada por Liena, quien se puso mucho más contenta, dándole un abrazo a su padre. Una vez abandonaron la cocina y subieron al piso superior, los señores Loud y Leni podían continuar su conversación. 

— ¿Qué te hace pensar que no lo estamos? Leni, lo que le hiciste a tu hermano... no tiene perdón. —La mirada de Leni se poso en el suelo, ella sabía perfectamente que se merecía que sus padres no la perdonasen.— Y aún así te queremos, hija. —Esto sorprendió bastante a la mujer, quien levanto la mirada con un pequeño brillo en sus ojos.— Queremos hacerte una pregunta, Leni.

— Claro, ¿Cuál es? La contestare lo más sinceramente posible. —La seriedad de los padres Loud puso algo nerviosa a Leni. 

— Cuando recuerdas lo que ocurrió hace 19 años... ¿Qué sientes? —Los ojos de Leni se abrieron, esa pregunta la dejó paralizada. ¿Qué sentía al recordar ese momento? Un nudo se formo en la garganta, mientras varias gotas comenzaban a deslizarse por su frente.

— ... Lincoln... El... Pues... creo que... —El recuerdo de aquel momento la hacia sentir la persona más asquerosa del mundo. Su corazón latía con fuerza hasta que soltó un suspiro, sabiendo que palabras decir.— Él es mi hermano y lo quiero como lo que es... un hermano. Lo que hice fue algo que a día de hoy sigo preguntándome... ¿porque? ¿Por qué lo hice? ¿Por qué hice lo mismo que hizo Lori dos años atrás? —Los señores Loud se miraron algo extraños ante la reacción de Leni.— No lo sé... No se porque hice eso. Y... odio pensar en ese momento... —La voz de la chica comenzó a romperse.— Lo siento... lo siento muchísimo... —Todos los sentimientos de Leni explotaron, lagrimas y más lagrimas se deslizaban por sus mejillas.— ¡Soy la peor hermana mayor del mundo! No debería estar ni cerca de él. —Los señores Loud se levantaron de la silla y fueron hacia su hija, abrazándola con cariño y amor. Leni correspondió el abrazo con fuerza, llegando cada vez más y más. 

Con Lincoln

— Así que te gusta la hostelería, ¿eh? —El albino, junto a su segunda hija más mayor, caminaban hacia la habitación donde estaban todos los hermanos. Liena asintió con una gran sonrisa, mientras sacaba su libreta y enseñaba que tenía 4 hojas llenas de recetas de pastitas y pan.— Tengo una amiga que trabaja en la hostelería, ¿te gustaría ir algún día a verla? Seguro que te puede enseñar de todo. —Un brillo se formo en los ojos de Liena, asintiendo con fuerza y una sonrisa radiante. Lincoln abrió la puerta, viendo como Lyra se encontraba con su teléfono en la oreja.