oiv. capítulo cuatro

Mulai dari awal
                                    

Luego fulminó con la mirada a los demás. Gaia le devolvió una sonrisa burlona.

―Vaya, Ainhoa, qué sorpresa verte por aquí. Pensaba que estarías ocupada dando lecciones de moral y ética a los pobres ignorantes que no piensan como tú.

Ainhoa sintió un torrente de rabia y de humillación al escuchar esas palabras. Quería escapar de allí, pero no iba a darle el placer a esa petarda de verla huir. Así que se armó de valor y le respondió con ironía.

―Qué ingeniosa eres, minion. ¿No te cansas de soltar sandeces? ¿O es que te aburres tanto con estos dos que necesitas provocarme para entretenerte?―preguntó, señalando con desdén a Gavi y Eric.

Los dos aludidos se tensaron y miraron a Pedri, esperando su reacción. Este se quedó helado, sin saber qué hacer. Por un lado, quería defender a Ainhoa, que era la invitada de su hermano y su amiga. Por otro lado, no quería enfadar a sus compañeros de equipo, con los que tenía que convivir y trabajar. Se mordió el labio, buscando una forma de apaciguar los ánimos.

―Vamos, chicas, no os peleéis―dijo con voz conciliadora―. No hay motivo para discutir. Estamos aquí para pasar un buen rato, ¿no?

―Claro que sí, Pedro―dijo Gaia con falsa dulzura―. Pero es que tu amiguita parece que no entiende el concepto de diversión. Siempre está tan amargada y tan enfadada con el mundo…

―No estoy amargada ni enfadada―replicó Ainhoa con firmeza―. Estoy indignada y harta de aguantar las tonterías de gente como tú, que se cree superior a los demás por tener dinero o fama o un apellido conocido. Y más cuando se trata de un apellido manchado y corrupto.

―No tengo la culpa de ser tan popular, guapa―espetó Gaia, levantándose del sofá y acercándose a Ainhoa con actitud desafiante―. Además, ¿tú qué sabes de mí? ¿Qué sabes de mi familia o de mis problemas? ¿Qué sabes de lo que he tenido que pasar para llegar hasta aquí?

―No me interesa saber nada de ti―contestó Ainhoa, sin retroceder ni un milímetro―. Solo sé que eres una nepobaby y una aprovechada que consigue trabajo gracias a los contactos del misógino de tu hermano.

Las dos chicas se quedaron mirándose fijamente, como dos leonas dispuestas a saltarse a la yugular. Pedri, Gavi y Eric se pusieron en medio, tratando de separarlas.

―¡Basta ya!―gritó Pedri―. ¡Esto es una locura! ¡No podemos seguir así!

―Tienes razón, Pedri―afirmó Gavi con voz serena, pero con cierta amargura en su tono―. Esto no tiene caso. Lo mejor será que nos marchemos y dejemos a Fer y a Noa terminar su cita en paz.

―Sí, mejor nos vamos―dijo García, cogiendo su chaqueta y su móvil―. Esto se ha puesto muy feo.

Gaia los miró con incredulidad y luego volvió a mirar a Ainhoa con odio.

―¿Por qué tenemos que marcharnos nosotros?―inquirió indignada―. Fuimos los primeros en llegar aquí. Que se largue ella si tanto le incomoda nuestra presencia.

―No me lo tienes que pedir dos veces ―dijo Ainhoa con desprecio ―. Me voy encantada de dejaros solos en vuestra burbuja de superficialidad e hipocresía.

Dio media vuelta en dirección a la puerta, dispuesta a dejar atrás aquella situación tan incómoda y humillante. Pero antes de que pudiera hacerlo, Fer la detuvo y le dijo con voz suave:

―Noa, no te vayas. No tienes por qué irte.

Ella lo miró con sorpresa y confusión.

―Fer, déjame ir. No quiero estar aquí. No quiero estar con ellos

CONTRAATAQUE ━━ pablo gaviTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang