12. Una Vez en Abril pt II

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Se estremeció bajo las mantas después de que un escalofrío le recorriera la espalda, despertando de un mal sueño. Era un sueño frecuente, uno donde moría, una y otra vez, de la misma forma. Había noches en las que ya ni siquiera veía el arma ni al asesino, ya no sentía el dolor agudo recorriendo su cuerpo, ni los gritos distantes. Solo sentía el golpe sobre su pecho.

Aquella fue una de esas noches.

Aún aturdido por el sueño, helado por el sudor, se sentó en la cama con un quejido.

-¿Mal sueño?- preguntó Olivia, sentada, con la espalda sobre el respaldo, con la mirada cansada e hinchada por las lágrimas.

-¿Estás bien? ¿Pasó algo?- preguntó Marius con urgencia.

Olivia sonrió, a la par que encendía la linterna sobre la mesita de noche, adornando la habitación , iluminando su rostro.

-Yo pregunté primero, cariño.- dijo ella, devolviéndole una cansada sonrisa.

Él suspiró, tirando de la liga que sostenía sus rizos y sacudiendo la cabeza para librarse de la tensión de llevarlos sujetos.

-El mismo de siempre.- respondió, a la par que se recargaba en el respaldo de la cama.- Ojalá un día deje de perseguirme.-

Olivia buscó su mano y el la sujeto, entrelazando sus dedos, sintiendo el calor que emitían, que le recordaba que había sido un sueño solamente y que ella, ese momento, era real.

-¿Y tú?- preguntó Marius, levantando la mano que sostenía hasta sus labios y depositando un beso en el dorso de estas.

Si, eran muy reales.

-No deja de patearme.- respondió Olivia, pasando su mano libre sobre su vientre.- Y es lindo la primera docena de veces, pero deja de serlo cuando intenta romperme las costillas.-

Era la semana 36 y el final del embarazo estaba a la vuelta de la esquina, justo para dar la bienvenida al mes de abril. Si todo iba de acuerdo al plan, la bebé llegaría junto con la primavera.

La noticia del embarazo había llenado su hogar de una esperanzadora calidez que nunca habían imaginado, pero mantener el secreto, por el bien de la sorpresa, había sido un poco menos sencillo.

Se lo habían dicho a Circe después del primer trimestre, cuando todo fue seguro. La hechicera los había abrazado con tanto fervor, como si le hubieran dicho que había ganado la lotería nacional, y estaba tan emocionada (sino es que más) como ellos.

Peggy había sido un poco menos ferviente ante la revelación, pero en cuanto lo supo se levantó de su lugar y les dedicó un cálido abrazo y un beso en la mejilla y, Marius fue capaz de notar, como las lágrimas de emoción se acumulaban en sus ojos.

Y Douxie había sido tan expresivo como Circe, felicitándolos y abrazándolos hasta que no hubo más que decir.

El resto se enteró de a poco y aunque las reacciones fueron similares, podían sentir de todos esa cálida felicidad y emoción por la pareja y la espera de una nueva vida.

Los meses posteriores: desde los controles, compras e, incluso, la elección de los nombres, habían sido completamente suyos. Y habían disfrutado cada momento.

Sin embargo, ahora con menos espacio en el vientre, la incomodidad de ambas comenzaba a ser más que notoria.

La bruja dejó caer su cabeza en el hombro de su esposo y cerró los ojos un instante para evitar que se siguieran acumulando las lágrimas, mientras él la rodeaba con el brazo

-Mis pies están muy hinchados.- dijo- me he levantado como seis veces al baño y de verdad quisiera dormir de espaldas. Solo quiero mi cuerpo de vuelta.-

Once Upon A Son [OC]Where stories live. Discover now