Continua la historia de nuestro protagonista Darryl.
"Dejarás a mi hija inmediatamente, eres completamente un pedazo de basura que no es digno para ella".
Tres días después, el yerno llega en un lujoso auto.
Suegra: "Por favor, te lo ruego, no aband...
Si estos seguidores de Emei se quedaban en la mansión Darby, Florián incluso podría tener una oportunidad con algunos de ellos. O eso pensaba él.
Al escuchar eso, Yumi se acercó detrás de él y lo pellizcó.
"¿Por qué estás tan emocionado?"
Yumi conoció a su marido lo suficientemente bien como para comprender lo pervertida que era su mente. Si no estuviera pervertido, no habría agredido a Rebecca.
Esta basura inútil debe haber visto que la Abadesa Madre Serendipia era hermosa y comenzó a tener pensamientos sucios sobre ella.
"¿Qué? Solo me preocupa que los seguidores de Emei no tengan otro lugar donde quedarse, y me siento mal por ellos", Florián respondió con una cara seria.
Yumi lo miró fijamente, pero permaneció en silencio.
El viejo maestro Darby hizo un gesto con la mano y le sonrió a la abadesa Madre Serenidad.
"Muy bien, todos pueden quedarse en mi mansión. Shaolin y Emei siempre han tenido una buena relación, lo que mejorará aún más nuestro vínculo, ¿por qué no? de habitaciones aquí de todos modos".
Como ya estaban todos aquí, no tenía elección de estar de acuerdo.
La Madre Abadesa Serenidad estaba complacida.
"Gracias, señor Darby".
En el Perla Oriental, Declan gritó con confianza cuando todos llegaron: "¡Consíganme la sala VIP más grande aquí! Somos casi 70, y el Perla Oriental tenía espacio para acomodarlos a todos".
"Señor, ¿puedo pedir su tarjeta VIP?" preguntó un miembro del personal con una sonrisa.
El Perla Oriental solo tenía una habitación así de grande, y generalmente se usaba para albergar a VIPs. Preferirían tenerlo vacío que permitir que los huéspedes comunes lo usen. Dado que el propietario, Wayne Woodall, no estaba hoy, el personal necesitaba una tarjeta VIP para poder usarla.
Declan se sorprendió y negó con la cabeza.
"No tengo una tarjeta VIP, pero no me falta dinero. Consíguelo, ¿quieres?"
"Lo siento mucho, señor. Solo abrimos esta sala para nuestros VIP, se disculpó el miembro del personal".
'¿Qué? ¿Solo los VIP pueden usarlo?' todos pensaron mientras se miraban con mezcla emociones.
Era la primera vez que la mayoría de ellas había venido a cenar al Perla Oriental, y muchas de las chicas ya habían publicado fotos en línea para lucirse.
Declan también se sorprendió.
'No es de extrañar que el Perla Oriental fuera el hotel más lujoso de la ciudad de Donghai. Ni siquiera podrías tener la sala VIP sin una tarjeta VIP'.
Declan pensó un rato y preguntó: "¿Puedo hacer uno ahora?"
'Era solo una tarjeta VIP. No debería ser tan difícil', pensó.
El personal volvió a negar con la cabeza, "Lo siento mucho. Necesitaremos la firma de nuestro jefe para hacer una. Como él no está ahora, solo puede solicitar una membresía estándar".
'Maldita sea, ¿necesitabas la firma del jefe para hacer una tarjeta?' él pensó.
Declan quería ir a otro restaurante, pero vio que las chicas no querían irse. Algunos de ellos ya habían publicado en sus redes sociales con la leyenda [Mi monitor de clase nos invita a cenar en el Perla Oriental].
Si les pidiera que se fueran ahora, sería vergonzoso. Cuando comenzó a entrar en pánico, Circe Newman finalmente dijo algo después de estar callado todo el tiempo: "¿Por qué no lo intento? Podría intentar llamar al dueño".
'¡Guau! La diosa de la clase habló'. Todos se sorprendieron cuando volvieron la mirada hacia ella.
Estaba vestida con una blusa ajustada con jeans oscuros. Era fría, elegante y muy seductora. Todos sabían que Circe era la más rica de Kyoto; sus contactos y conexiones eran mejores que la mayoría de los chicos ricos de su clase.
'Si habló, debe haber una manera...'
Declan pareció complacido y sonrió a Circe.
"Siento mucho molestarte con tal cosa. ¡Gracias!"
El personal era una mujer, pero incluso ella no pudo evitar mirar a Circe con una mueca.
"Claro, señora. Sería genial si pudiera llamar a nuestro jefe".
Circe asintió y tomó su teléfono. Llamó a Wayne, pero después de un rato, todo lo que escuchó fue: "Lo siento, el número al que llamas no está disponible".
'No entro la llamada', pensó.
Todos escucharon el teléfono ir al correo de voz. La sonrisa en el rostro de Declan también desapareció.
El personal hizo todo lo posible por sonreír y dijo en tono de disculpa: "Lo siento mucho. Realmente no tengo derecho a dejarle la habitación sin un orden de nuestro jefe".
Creía que esta hermosa damaconocía a su jefe, Wayne, pero era la regla. Sin una orden directa de Wayne,nadie podría abrir la habitación.
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