Capítulo 38: Jutsu de invocación

6.1K 404 90
                                    

Sasuke sentía un vacío inmenso en el corazón, había dejado de ser él y ahora obedecía las órdenes de Madara de manera automática sin importarle las consecuencias. Solo hubo un momento en el que dudó, se cruzó con unos ojos verdes de manera fugaz, y los recordó enseguida. Pero un dolor punzante en la cabeza le hizo olvidarse de todo, y de nuevo volvía a sentir frío, un frío más intenso y vacío que antes.

Desapareció para confundir a su víctima, y apareció detrás de ella, portando un chidori en su mano izquierda. Algo le decía que se detuviese, pero no lo hizo. Alargó el brazo y atacó, pero la joven del pelo rosa se giró en el momento preciso y volvió a mirarle con esos intensos ojos verdes, que lo hicieron dudar de nuevo. Tuvo apenas unas milésimas de segundo para reaccionar, para recordar a quien pertenecían esos ojos esmeralda y lo que en él despertaban. Tuvo tiempo, pudo desviar el ataque los centímetros necesarios para no dañarla, únicamente cortando algunos cabellos rosas que cayeron al suelo con lentitud.

Sakura se había quedado inmóvil, paralizada, y había cerrado sus ojos con fuerza mientras se resignaba a su destino. Estaba temblando y de sus ojos caían lágrimas amargas, pero cuando sintió que no había sido alcanzada por el ataque, los abrió lentamente, y se encontró con una mirada oscura, pero que tantos sentimientos despertaba en ella, los ojos de Sasuke volvían a ser los mismos de siempre.

Quería lanzarse a sus brazos, quería sentir su calor y calmar su miedo, habían sido unos instantes muy tensos para ella, pero se detuvo. Eso solo confirmaría a Madara que ella podía ser el punto débil de Sasuke. Por eso la acción que hizo el muchado la dejó sorprendida. El mismo brazo que había intentado matarla la atrajo haca él, y fue el propio Uchiha quien la refugió en sus brazos y hundió su rostro en su cuello.

-Perdóname..-le susurró. Sakura pudo notar la agonía y el remordimiento en sus palabras, el joven se sentía culpable por lo que acababa de hacer, pero ella no podía reprocharle nada. En lugar de eso también lo envolvió con sus brazos y trató de serenarle, Sasuke no estaba pasando por un buen momento.

-No tienes la culpa-le respondió ella conteniendo la emoción.

-Qué enternecedor...-dijo Madara después de golpear a Naruto con una patada y estamparlo contra un montón de escombros-veo que voy a necesitar algo más para acabar con vosotros...

Sasuke se separó de Sakura y se puso frente a ella para protegerla.

-No vamos a permitir que destruyas la villa-le amenazó Sasuke-el equipo 7 tiene aún mucho que decir... ¡Naruto!

El rubio se levantó rápidamente, animado por la llamada de su amigo, y de un salto se puso al lado de él.

-¡Hacía mucho que el equipo 7 no luchaba al completo!-dijo Naruto evocando recuerdos en los tres componentes del grupo. Sakura no tardó en ponerse al lado de ellos, y los tres miraron amenazadoramente a Madara.

-Creo que estaba batalla me va a divertir...-dijo el líder de los Uchiha, que hizo unos sellos y se colocó justo encima de la estatua demoníaca.

-Acabemos con esa cosa de una vez, ¿no os parece?-preguntó Naruto, los tres sabían exactamente qué es lo que tenían que hacer, y mordieron su dedo pulgar al mismo tiempo.

-¡Jutsu de invocación!-gritaron los tres poniendo en el suelo la mano derecha, y tras una nube de polvo que tardó poco en disolverse, aparecieron bajo sus respectivos invocadores Gamakichi, Aoda y Katsuyu.

-Esta escena me resulta familiar...-dijo Marada en tono sarcástico-¿dónde la habré visto antes?

Pero ninguno de los tres tenía ganas de broma, y Gamakichi dio un salto enorme, desenvainando su espada, dispuesto a atacar a a Madara a bocajarro.

Mientras tanto Sasuke se precipitó por tierra, dispuesto a derribar los cimientos de la estatua demoníaca.

Katsuyo arrojó su líquido venenoso, que alcanzó una de las extremidades de la estatua, que comenzaba a disolverse.

-No penséis que lo tendréis tan fácil-dijo Madara, cuando Gamakichi llegó a su posición, invocó a Susano'o, que le protegió del ataque y consiguió arrebatarla su arma.

-¡Ahora!-gritó Naruto, el sapo arrojó aceite de su boca y Naruto lo prendió con el rasengan, creando una explosión que alcanzó al Susano'o y destrozó la parte superior de la estatua.

Mientras tanto, Aoda avanzaba rápidamente y empezó a golpear las extremidades inferiores de la estatua, que trataba de defenderse dando pisotones y patadas. Aoda se movía con agilidad y pudo desestabilizar a su enemigo, pero éste acertó en su último movimiento y aplastó la cola de la serpiente, dejándola indefensa. Sasuke cayó al suelo, rodando con violencia.

-¡Aoda!-gritó el Uchiha, la serpiente se retorcía de dolor y aullaba desesperada. Sasuke usó el amateratsu para quemar el pedrusco que dañaba a su serpiente, y cuando lo consumió, se dirigió a su rostro.

-Lo has hecho bien-le dijo, la serpiente lo miraba con interés, Sasuke entendió enseguida su reacción-sí, nunca te he tratado como te mereces, pero como ves, estoy empezando a cambiar.

Sasuke notó cómo la estatua demoníaca comenzaba a agonizar, Naruto y Sakura estaba consiguiendo su objetivo.

-Vete ahora Aoda-ordenó Sasuke-gracias por tu ayuda.

La serpiente asintió, y con dificultad se introdujo bajo tierra, alejándose del campo de batalla. Sasuke se alejó de allí, tratando de buscar una posición desde la que apuntar para atacar a Madara. Se había retirado unos metros cuando vio cómo desde la cabeza de la estatua salía disparado un ataque ígneo, las conocidas como "Llamas del fénix", que alcanzaron a Katsuyu y la hizo derribarse.

Inmediatamente Sasuke salió corriendo hacia la gran babosa gigante, Sakura estaba sobre ella, también había debido caer. Solo quedaban Naruto y Gamakichi, que luchaban con decisión contra Madara y su maldita invocación.

Sasuke llegó al lugar donde Katsuyu había caído, la babosa se había dividido en miles de pequeñas réplicas como ella, y se alejaban del campo de batalla, en busca de heridos a los que sanar. Sakura reposaba sobre una de ellas, estaba ilesa.

-Sakura-dijo él acercándose con cautela.

Ella sonrió al verle, y se dejó ayudar para incorporarse. Su cuerpo se estremeció al contacto con sus manos, no tenía remedio, estaba locamente enamorada de él.

Los dos quedaron frente a frente, mirándose con intensidad a los ojos. Ambos se estaban reprimiendo, sin darse cuenta sus frente se habían unido y sus labios estaban a tan solo unos pocos centímetros. Podían sentir la respiración del otro.

De repente un terremoto les hizo volver a la realidad. Sasuke agarró con fuerza a Sakura, y miró hacia donde aún perduraba el enfrentamiento. Gamakichi estaba regresando, muy malherido, con Naruto sobre sus patas.

-¿¡Qué le ocurre a Naruto?!-gritaba Sakura asustada.

Pero Sasuke tenía mayor interés por la estatua demoníaca... ¡Se estaba derribando, Naruto lo había conseguido!

-Ese estúpido ha conseguido destruir la estatua-fue lo que Sasuke respondió. Una nube de polvo invadía todo el campo de batalla, no se veía nada.

-Entonces... ¿Hemos acabado con Madara?-preguntó Sakura con temor y preocupación.

Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora