Capítulo 1: La poderosa guerrera ANBU

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La gente huía aterrorizada. El pequeño pueblo estaba en llamas, y el atacante, un ninja conocido como "el mártir de fuego", destruía todo lo que encontraba a su paso. Sobre su espalda, una gran espada cuya hoja podría cortar el tronco de un sauce, y sus jutsus, de naturaleza ígnea como su mote indicaba, podían aparecer de su boca o de las palmas de sus manos.

Una pequeña niña se cayó a sus pies mientras trataba de huir. De sus grandes ojos negros asomaban lágrimas que se derramaban rápidamente por sus mejillas a causar del pánico.

-Sin duda has tenido muy mala suerte-decía el ninja con una sonrisa malévola en la cara-morirás rápido, así que no debes preocuparte...-y preparó su espada. Ascendió lentamente con ella, preparándose para asestar el mortal golpe a la pequeña, cuando de repente, una veloz figura se interpuso entre ambos y le golpeó con una fuerza sobrehumana en el vientre, mandándolo lejos a una velocidad vertiginosa.

-No vuelvas a intentar ponerle la mano encima a una niña-dijo la joven que le había asestado el golpe. Tenía el pelo rosa, recogido en una coleta, y unos ojos verde esmeralda muy intimidantes. 

Ella se giró y ayudó a la niña a levantarse, le acarició la cabeza con cariño y la animó a que se escondiera.

-Tú..-decía el ninja, que sangraba por la boca a causa del impacto, pero luchaba por ponerse de pie, hasta que lo consiguió-Te arrepentirás de haberte entrometido en mis asuntos...

Entonces, éste se lanzó hacia ella, que le atacaba una y otra vez con la grande y peligrosa espada. Ella lo esquivaba con ágiles movimientos, pero entonces notó que chocaba contra una pared, no tenía escapatoria.

-Vaya preciosa-decía el enemigo con una sonrisa lasciva-ahora no tienes escapatoria... Quizás podamos llegar a un acuerdo para que no tenga que matarte...

Aprovechando que su enemigo creía estar en desventaja, la chica se agachó y, apoyando las manos en el suelo, levantó las piernas, y le dio una patada en la cara, dejando mareado al rival. Volvió a incorporarse, concentró una gran cantidad de chakra en el dedo índice y lo golpeó en la frente. Esta vez, el ninja salió disparado y chocó fuertemente contra los muros de la muralla que rodeaban el pueblo, dejando KO al intruso.

-Y por supuesto, jamás subestimes a una mujer-le sentenció.

En ese momento, apareció al lado de la chica otro ninja, con la misma cinta que ella, rubio, de ojos azules.

-¡Sakura mira que te he dicho que no entraras en combate sola!-le recriminó.

-Tuve que hacerlo, ha estado a punto de matar a una niña-le respondió.

-Pero si lo has dejado medio muerto...-decía mientras lo miraba-ha tenido que enfadarte mucho.

-La próxima vez sé más rápido, me aburro de tener que esperarte siempre, Naruto-le dijo ella guiñándole un ojo. 

Él le sonrió, no podía enfadarse con su mejor amiga. Los dos formaban parte del cuerpo de élite de la ANBU de konoha, la policía secreta, y habían sido enviados a ese pueblo en una misión de rango S. Atrapar al criminal denominado "el mártir de fuego"...Sakura lo había conseguido sin ayuda.

-Vayamos a ayudar a esta gente a recuperarse del susto-dijo Sakura a su compañero-habrá heridos, de eso me encargo yo. Tú asegúrate de atarlo bien para que no escape, debemos llevarlo a la cárcel de máxima seguridad.

Cada uno procedió a su cometido. Naruto amarró con fuertes y resistentes cuerdas al criminal, y Sakura ayudó a varios heridos a recuperarse gracias a su habilidad médica.

Después de despedirse del agradecido pueblo, los dos procedieron a escoltar al criminal hasta la cárcel, que estaba en las afueras de la villa de Konoha.

-Buen trabajo-dijo el jefe de la prisión-la Hokage estará muy satisfecha, habéis hecho una misión muy difícil en poco tiempo.

-Estamos para velar por la seguridad de la villa-dijeron los dos a la vez. Esa frase era como el lema de la ANBU. En esta organización se estudiaban los enemigos más peligrosos del mundo ninja, criminales que amenazaban la paz.

Una vez dejado el enemigo en una celda, los dos ninjas salieron de la prisión y se encaminaron a la villa. Naruto insistió en que fueran a tomar algo para descansar y celebrar el éxito de la misión, así que Sakura cedió.

Como siempre, comieron unos fideos chinos en el restaurante de Ichiraku, y una vez que terminaron los platos, Naruto sacó aun paquete del bolsillo de su chaqueta.

-¡Felices dieciocho Sakura!-gritó él con una enorme sonrisa en su rostro-ya son las doce, ¡eso significa que es tu cumpleaños!

Ella lo miró impresionada, y emocionada a la vez. Entonces le sonrió. Esta fecha solo le traía malos recuerdos desde aquel fatídico día en que su vida se derrumbó. Pero ya había pasado página, cogió el paquete que le extendía su compañero con cariño y lo abrió.

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