Capítulo 32: Localizada

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Habían conseguido deshacer el sello bloqueador de Madara entre los cuatro miembros de Taka. Habían conseguido combinar sus chakras de manera tan eficaz y poderosa que habían sido capaces de romperlo y ahora corrían rápidamente hacia Konoha.

-¡Nuestro objetivo es derrotar a Akatsuki!-decía Sasuke mientras avanzaban saltando de árbol en árbol-Centraros en el objetivo y olvidaros de lo demás...

-¿Cómo piensas acabar con Madara?-preguntó Suigetsu, realmente era el rival más poderoso y temido al que tendrían que enfrentarse, a pesar de que hubiera otros peligrosos.

-Aún no lo sé-respondió el Uchiha cabizbajo-pero eso no me impedirá detenerle...

Karin avanzaba preocupada, el cambio que había dado Sasuke desde que regresó la tenía muy intrigada, pero sabía que en el fondo había algo más. Sasuke siempre había odiado la villa, y ese repentino interés por defenderla y alejarse de Akatsuki era algo que no terminaba de comprender.

De repente Sasuke se alertó, los estaban siguiendo. Alguien se estaba acercando a ellos y cada vez estaba más cerca. No quería preocupar al resto hasta estar seguro, así que disminuyó la velocidad y se puso en la retaguardia de los cuatro, tratando de concentrarse en averiguar quién era su perseguidor.

-¡Juugo encabeza el equipo!-ordenó Sasuke, nadie le pidió explicaciones, simplemente eran las órdenes del jefe. Y entonces pudo ver una sombra que se movía a su misma velocidad entre las hojas de los árboles. Ya los había alcanzado, ahora solo quedada plantarle cara. Sin previo aviso, Sasuke sacó un Shuriken Viento Diabólico y lo lanzó hacia donde se encontraba el oponente. Juugo, Karin y Suigetsu se frenaron alarmados, pero Sasuke dio un salto hacia donde había lanzado el arma y se precipitó contra su adversario.

-¡¿Qué está pasando?!-gritó Karin asustada-¿Quién demonios está ahí? ¡Sasuke!

Los tres permanecieron en silencio unos segundos, hasta que de la copa de los árboles salieron disparadas dos figuras que aterrizaron en el suelo, en posición de combate.

-¡Ay madre!-gimió Suigetsu al descubrir la cara del visitante-Qué mala suerte hemos tenido...

-Itachi Uchiha...-susurró Juugo.

Sasuke miraba fijamente y con crueldad a su hermano, que estaba parado frente a él, devolviéndole la misma mirada fría.

-¿Qué estás haciendo aquí?-preguntó Sasuke-Te daba por muerto.

-Alguien te contó que no lo estaba, ¿no es así?-respondió su hermano con cierto tono irónico-sé que tenemos muchas cosas de las que hablar, pero no creo que sea el momento más adecuado. La villa corre peligro, ya tendremos tiempo de echarnos las cosas en cara...

-¿Acaso vas a ayudarnos?-preguntó Sasuke aún con dudas, no terminaba de fiarse de la presencia de su hermano.

-Fui yo quien la mandó a buscarte, ¿sabes? Si no me preocupara por ti, no la habría puesto en peligro de esa forma-Juugo, Suigetsu y Karin no comprendían lo que hablaban entre ellos, así que asistían atónitos a la conversación entre los dos hermanos. Sasuke sí lo entendió, sabía que Itachi mandó a Sakura a buscarlo, a sabiendas de que Akatsuki iba tras ella, su hermano sí se dio cuenta de los sentimientos que había en su corazón por Sakura mucho antes que él, y gracias a eso, ahora él había abierto los ojos.

-Vuelve a estar en peligro, tenemos que llegar a tiempo-respondió Sasuke, esta vez esbozando una sonrisa cómplice, parecía que esa relación que existió entre ellos hace mucho estaba volviendo a materializarse.

-De eso no hay duda, además... pronto llegarán refuerzos. He contactado con la Villa de la Niebla, ya van de camino a Konoha-respondió Itachi. Sasuke se quedó pensativo en ese momento, ¿Cómo había conseguido Itachi hacer que una villa entera se movilizara para ayudar a Konoha? Pero no tenía tiempo para pensar en eso, así que decidió movilizar al grupo de nuevo.

-Entonces no hay tiempo que perder.

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Sakura seguía sumida en la preparación de los ungüentos para la operación, y no se dio cuenta de que Neji se había incorporado de la camilla y se aproximaba a ella por la espalda con mucho sigilo. Ya tenía preparado casi todo, tomó varios utensilios metálicos y justo cuando tomó uno de ellos se reflejó en él la silueta de Neji, provocando que la joven se alertara. Podía sentirlo a escasos centímetros de ella, así que tomó fuerza y en un inesperado giro le golpeó con toda su fuerza en el pecho, provocando que el ninja cayese al suelo y provocara un gran agujero en este. Todo el campamento médico vibró ante el poderoso ataque de Sakura, y varios compañeros, entre ellos Ino, acudieron rápidamente a ver qué ocurría.

-¿Sakura qué pasa?-le preguntaba su amiga preocupada.

Sakura estaba sentada encima de su rival. Tal y como sospechaba, no se trataba de Neji Hyuga, si no de un enemigo que había adoptado su forma y se había infiltrado en el campamento.

-Es un Akatsuki-decía ella sin apartar la vista del criminal-dime qué estás haciendo aquí.

Zetsu, que era su nombre, comenzó a reír descaradamente, no tenía intención de revelarle qué es lo que planeaba. Ofendida por su actitud, Sakura volvió a golpearle, dejando al rival sin conocimiento.

-Hay muchos como ese tipo ahí fuera-dijo un médico.

-Entonces deben tener la capacidad de copiar la forma y el chakra de cualquiera de nosotros, son peligrosos-dijo Sakura-encerradle, hay que informar de esto a los escuadrones o pueden caer en la trampa.

Varios médicos se hicieron con el cuerpo de Zetsu mientras la joven se levantaba.

-Localizada-susurró el Akatsuki antes de perder de nuevo el conocimiento.

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Madara observaba con placer cómo los aldeanos se iban enfrentando a su ejército, tanto a los Zetsu, que creaban confusión allá donde iban, como a los soldados de madera que la estatua demoníaca iba creando para absorber todo el chakra posible. Ya tenían una reserva importante, pero aún no era suficiente.

-Se aproximan más ninjas-dijo Madara, Kabuto lo miró molesto, eso significaba más trabajo-Quiero que envíes refuerzos a la frontera norte, por allí va a entrar el ejército de la niebla...

-Muy bien señor, yo mismo los detendré-dijo Kabuto poniéndose en pie.

-De eso nada, para ti tengo otro trabajito mucho más importante. Mi querido sucesor está llegando, puedo sentirlo... ha conseguido salir del sello tal y como esperada... encárgate de que no traspase los muros de la villa. Detenlo, o muere en el intento...

-Sí, señor-dijo Kabuto, deshaciéndose de la capa que cubría su verdadera y desagradable forma-detener al pequeño Uchiha, eso está hecho...-y desapareció bajo tierra, en forma de serpiente.

-Mientras tanto... yo tengo una cita a la que acudir...


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