XXVII

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Adam

Emma se volvió a sentar, pero no me volteo a ver, era notorio que estaba molesta. Ella quería saber a lo que me dedicaba, pero no era algo fácil que le pudiera contar, tenía miedo a lo que llegará a pensar de mi si se enterará.

Además, tenía miedo de perderla al saber a lo que trabajo y no quiero eso.

—Prométeme que a nadie le vas a decir esto —dije después de tomar aire, me aguantaba las ganas de volver a fumar, pero me tenía que controlar.

—Lo prometo —contestó ella sin mirarme.

—Tampoco a Sophie y en especial a Liam.

—Lo prometo, no le diré nada a nadie.

Después de soltar un suspiro empecé a contar aquel secreto que había estado guardando por bastante tiempo.

—Liam y yo nos conocimos cuando iniciamos la preparatoria, nos hicimos muy cercanos, junto con Nick. Ya sabes que es muy común ir a la casa de tus amigos, en este caso era la de Liam donde nos reuníamos frecuentemente, su familia es la más estable, por así decirlo.

»La familia de Nick y la mía eran muy inestable a comparación a la de Liam, aunque sus padres eran muy estrictos, siempre nos recibieron con las puertas abiertas, estaré agradecido con ello.

»Así que por obvias razones conocí a Isabella, la hermanada menor de Liam, ella es dos años más chica. Así que a veces salíamos juntos. Cuando ella entro a la prepa nosotros estábamos en el último año, así que nos la pasábamos más tiempo juntos. A partir de ello empezamos a sentir algo más que una siempre amistad entre nosotros.

»Nuestra relación al principio fue en secreto, hasta que Liam se dio cuenta, para mi sorpresa su familia lo acepto, como ellos me conocían, me tenían confianza, además de que yo era diferente a lo que soy ahora.

»Cuando iniciamos nuestra relación era normal, salíamos a caminar, a comer o al cine, seguía yendo a su casa, lo único que había cambiado era que yo no podía ir a las habitaciones, solo podía estar en la de Liam si sus padres se encontraban, entendía del porque lo hacían.

»Yo si la llegue a querer demasiado, y en un cierto punto también creo que ella lo hacía. Cuando Isabella cumplió los dieciséis llevábamos un poco más de seis meses saliendo, y fue cuando decidimos quera el momento de hacerlo, con ella fue mi primera vez y yo fui la suya. Si nos cuidamos —dije al ver la reacción de Emma—, siempre que lo hacíamos usábamos protección.

»Cuando ella entro a segundo semestre, entraron nuevas personas, Isabella se empezó a relacionar con ellos, no eran muy buenas personas, y como todo adolescente quiere experimentar, y más si tus padres son muy estrictos, ella empezó a salir de fiesta, en ocasiones se saltaba las clases, a veces me invitaba y yo accedía. Fue el primer disgusto que tuvo Liam conmigo, ya que él pensaba que yo era quien obligaba a su hermana a saltarse las clases.

»Nunca le dije la verdad, sabia como eran sus padres y no quería que la regañaran o se metiera en problemas. Después de unos meses ella me corto, me dijo que conoció a alguien más, para ser sincero si me dolió, yo todavía sentía algo por ella. En ese punto la amistad que tenía Liam conmigo ya no era la misma.

»Cuando salimos de la prepa nos veíamos algunos fines de semana, como ya no estaba con Isabella, Liam pensó que ella ya estaba en mejor camino, en ese punto ya me estaba metiendo en algunos problemas. Isabella se había vuelto un poco rebelde, salía a fiestas, llego a reprobar algunas materias, para sus padres fue una decepción, aunque Liam nunca me lo llego a decir, estoy seguro de que ellos me culpaban del cambio de su hija.

»En una fiesta me la encontré, como ella se encontraba borracha decidí llevarla a mi casa, no quería que sus padres la vieran así. Y desde ese día nos volvimos a hablar, no como antes, yo ya no sentía nada por ella y ella no sentía nada por mí, simplemente nos hicimos amigos, Liam se enteró, pero yo siempre le asegure que solo éramos amigos y que no estaba pasando nada entre nosotros, aunque no estaba muy convencido al final lo acepto.

»Un día me marco, ella se encontraba llorando y me decía que necesitaba verme, así que acepte. Cuando llegue Isabella se encontraba llorando como nunca la había visto. Le pregunté que le estaba pasando y me dijo que estaba embarazada.

»Sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo cuando me confeso que no sabía de quien era. Como yo le tenía un gran cariño le propuse que si ella estaba de acuerdo yo podía tomar la responsabilidad y decir que era mío, pero ella no acepto.

»Isabella tenía miedo, sus padres estarían decepcionados de ella, además de que no estaba preparada para ser madre. Fue cuando me pidió que le ayudara a conseguir alguna forma para abortar, y al principio estaba en desacuerdo, pero no podía hacer nada para evitarlo, no era mi hijo y ella tenía la decisión.

»Le propuse en ir a una clínica, para que fuera más seguro y que no corriera riesgo en que pudiera morir, pero ella se negó, sabía que en ese lugar tenía que estar de acuerdo un familiar, ya que era menor de edad, aunque le di más de una solución para que lo hiciera en una clínica no lo acepto. Simplemente me dijo que le prestar algo de dinero. Yo se los preste sin saber con certeza para que los necesitaba.

»Hasta tres días después, Liam fue a mi casa, al momento de abrir la puerta él me golpeo, no tenía idea del porque lo estaba haciendo. En ese momento mi padre todavía estaba vivo, y él fue quien me lo quito encima. Cuando Liam se calmo fue cuando nos comentó que habían encontrado a Isabella tirada en el baño desangrándose, y que se encontraba grave en el hospital.

»Ella había comprado alguna pastilla para abortar con el dinero que yo le había dado, cuando Isabella recupero el conocimiento fue cuando les dijo que ella estaba embaraza y que yo era el padre, y que la había obligado a abortar.

»Es obvio que le iban a creer, mientras que yo no dije la verdad, un tiempo después Isabella se disculpó conmigo, me dijo que era lo único que se le había venido a la mente. Aunque mi padre pago el hospital y a los médicos para que dijeran que fue un aborto natural y que ella no tuviera problemas, nunca me lo perdonaron, es por eso que Liam me odia, no lo culpo, si yo tuviera una hermana y le hubiera sucedido lo mismo tampoco perdonaría a la persona.

Volteé a ver a Emma, ella no había dicho nada, se había mantenido en silencio, tenía la mirada hacia el suelo, no tenía idea si me creía o que pensaba que le había mentido.

—¿Nadie sabe sobre esto? —Preguntó después de soltar un suspiro.

—Solo Nick lo sabe —a Nick se lo había contado, él estaba molesto conmigo, pero medio la oportunidad de explicarle lo que había sucedido—, de allí nadie más, entenderé si con esto ya no quieras estar conmigo.

—No es eso, solo que es... un poco difícil de procesar. Perdón.

—¿Por qué te disculpas? —Pregunté frunciendo el ceño.

—Cuando me dijeron que tu habías sido el responsable de que Isabella abortara, pensé cosas malas de ti.

—Descuida, creo que todos piensan cosas malas de mi sin conocerme.

Emma alzó su mirada hacia mí con una sonrisa de lado, para mi sorpresa ella se acerco más a mi para besarme, así que yo le respondí. Al separarse de mí puso su cabeza en mi pecho, así que yo la rodeo con mis brazos y le doy un beso sobre el cabello.

—¿Quieres ir a mi depa? —Pregunté, ella se separa de mí y me voltea a ver.

—No sé, no tengo ganas de hacerlo —contestó haciendo una mueca.

—No importa si no tengamos sexo, podemos ir y cenar algo o ver alguna película.

—Me agrada la idea.

TRES MESESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora