【6】

1K 157 90
                                    

Jeongguk aún se sentía agitado cuando se subió al ascensor que subía al piso del estudio de Taehyung. Había salido a correr esa mañana aprovechando que era uno de sus pocos días libres después de estar ocupado durante la semana con las grabaciones. Y no iba a mentir, un ligero estrés se estaba empezando a acumular cuando los días avanzaban y el día para una nueva escena incómoda se acercaba.

Al menos aún tenía dos días para prepararse. Solo podía esperar que esta vez no resultara como la última.

Cuando ingresó el número de seguridad y entró al estudio, supo por qué Taehyung rechazó su invitación a ir al gimnasio juntos ese día. Estaba en proceso de montar una pequeña escenificación donde parecía que iba a exhibir unos accesorios de joyería que se veían bastante caros. Y supo que era importante dado que Yura, la asistente–ex pasante–ayudante–a veces mejor amiga– de Taehyung estaba detrás de las computadoras con el semblante serio seguramente verificando cosas técnicas que Jeongguk no entendería.

Yura era una chica de veintitrés años, casi por graduarse de la carrera de Fotografía y Creación Digital y había trabajado esporádicamente para Taehyung desde hace más de un año. Se supone que su pasantía había terminado hace unos meses pero Tae aún solicitaba su ayuda de vez en cuando. Yura lo hacía encantada tanto porque había expresado que admiraba el trabajo de Taehyung como porque el fotógrafo en cuestión le pagaba sumamente bien. No obstante, la relación de esos dos era peculiarmente caótica.

—¡Jeongguk-ssi! —saludó Yura cuando se dio cuenta de su presencia.

Taehyung levantó su mirada al escucharla pero luego siguió con su trabajo sin siquiera saludarlo. Jeongguk lo miró con desgana y mejor se acercó a la menor. Taehyung a veces era un loco por el trabajo.

—Tenía mucho sin verte, Yura. ¿Taehyung te está explotando otra vez?

Yura acomodó su cabello rosa pastel detrás de su oreja, le llegaba apenas a los hombros.

—¿Cuándo no me explota en el trabajo?

—Puedes renunciar, Yu —habló Tae desde su lugar, aún demasiado concentrado en acomodar algunos estuches y decoraciones—. Eres reemplazable.

Yura rodó los ojos e hizo muecas imitando las palabras de Tae, cosa que le sacó una risa a Jungkook.

Como dijo, eran peculiares.

—O bien puedes despedirme —refutó Yura dejándose caer en la silla frente a las computadoras y comiéndose unas almendras. Le ofreció la bolsa a Jungkook quien tomó un puñado—. Pero ambos sabemos que no lo harás porque, de hecho, no soy nada reemplazable para ti Kim. Solo yo puedo soportarte.

—Lo que sea que te deje dormir por las noches —murmuró su mejor amigo.

—¿No es un encanto? —le preguntó Jungkook con ironía a la chica.

Yura bufó.

—Genuinamente no tengo idea cómo le haces para estar más de ocho horas con él. A la mitad de la jornada quiero arrancarme el cabello, y yo amo mucho mi cabello.

—Puede ser bastante amable y bueno cuando se lo propone —se encogió de hombros.

—No mates mi reputación, Ggukie —dijo Tae al acercarse para tomar la bolsa de almendras de las manos de Yura—. Y tu deja de comerte mis cosas.

Yura tarareó de acuerdo pero los tres sabían que ella seguiría robando la comida de su jefe.

—Se me antojó un café. Iré a la cafetería de arriba por algo. ¿Quieres algo, Jeongguk-ssi? —preguntó la chica al pararse para ir por su mochila.

Friends Kiss Too《KookTae》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora