Esta semana estuve ignorándolo... ¿Cómo lo hice? Ni idea. Pero estoy muy cansada, porque es difícil ignorar por completo a una persona que intenta desesperadamente acercarse a ti. Nunca voy a olvidar el favor que me está haciendo esta profesora... Aunque no sepa que me está haciendo el favor, no lo olvidaré.
───Así que ya sabes, te quedarás después de clases a limpiar todas las aulas de este piso ──Mientrasla profesora regañaba a Manjirō, yo me fui sin hacer ruido, ayer pude evitarlo con éxito, pero hoy...
Hoy sí que me la hizo difícil.
Donde sea que fuera, él estaba ahí, ¡Ni siquiera le importó entrar al baño de chicas!
Era muy insistente, supero mis límites, estaba realmente cansada al evitarlo hoy, excedí mis límites, ya no tenía energía para nada, caminaba hacia la entrada como un zombie.
───¡ARIA!
No podía creer que su voz detuvo a medio instituto, estábamos todos yéndonos a la salida, ya estaba a la nada de cruzar la entrada para irme.
Pero su llamado, hizo que casi todos se detuvieran, se separaron dejando un gran camino, en el que pude ver a Mikey, se notaba frustrado, menos mal y estaba algo lejos, porque o sino me hubiera echado a correr.
───¡AUNQUE INTENTES ESCAPAR DE MI, NO LO LOGRARÁS! ¡¿POR QUÉ ERES TAN DIFÍCIL?! ──Se estaba acercando y lo único que mi mente decía era; "Corre" "Corre hasta que tus piernas duelan".
Quería hacerlo, pero no podía moverme, algunos nos veían y otros simplemente se iban, cuanto deseaba que se fueran todos.
───Si sigues escapando de mi, más voy a querer acercarme a ti.
───Oye, nos están viendo, hablemos otro dí-
───No me interesan ellos, deja de mirar alrededor, mírame a mi ──Cuando dijo eso, tomó mi mano para que lo mirara, cosa que logró.
No quería seguir siendo el centro de atención, o mejor dicho el centro del chisme de los que estaban viendo, así que con la mano que él me tenía agarrada, lo agarré de vuelta y lo llevé fuera del instituto, si íbamos a hablar, tenía que ser en privado.
Porque ya estaba agotada y me cansaba aún más cuando sentía que todos me miraban y que debía cuidar mis acciones y palabras.
Pero aún así... Si tuviera que ser sincera... La verdad es que me sentí feliz al saber que en toda esta semana, no te habías rendido en querer hablarme.
Eso... Me hizo un poquito feliz.
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