Cada vez que nos encontrábamos en los pasillos o en las escaleras y nuestras miradas conectaban al instante.
Yo la desviaba.
No quería parecer que después de lo que hiciste, iba a fingir que nada ocurrió, por fin estaba teniendo una amistad prometedora, una en la que sentía que podría confiar, ¿Y qué pasó?
Lo enviaste al hospital.
Antes estaba horrorizada, ahora estoy enojada.
Si no imponía límites, entonces parecería una chica tontamente enamorada, y esa no es la idea tampoco.
No hacías el esfuerzo de querer hablar conmigo, y la verdad es que si me dolió, pero me dolería aún más si pierdo el ego, yendo yo, a hablarte primero.
No quería juntarme ya con nadie, temía que sufrieran lo mismo que Takemichi, las palabras de esos hermanos me atormentaban.
También cabía la posibilidad de juntarme con Wen o Senju, pero casi siempre estaban todos juntos, por poco y se acompañan al baño para hacer popo o que sé yo.
Que me costaba entrar a otro instituto.
Estoy empezando a sentirme enjaulada, y eso...
Eso solo me hace desear una sola cosa.
Irme de aquí.
Después de todo, los romances van y vienen.
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