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Los días volaron y ya estaba a última hora, última clase, último día del semestre 14 de Diciembre, todos estaban emocionados… Yo no lo estaba, no volvería a ver a Paula como profesora, no iba a verla reír mientras impartía clase, ni iba a babear al verla con sus perfectas faldas, hoy era el último día y estaba con un nudo en la garganta, mientras Antonieta entrelazaba nuestras manos, sabe lo fuerte que es para mí este momento, han sido meses muy locos, cuando la vi pasar por esa puerta del salón, cuando sonrió ante todos, cuando sus ojos grises brillaron por ser nuestro primer día de clase y ahora todos estábamos decaídos por ser el último día.

Pau: Venga chicos, no estén así – se apoya en el escritorio – van a encontrar mejores profesores en esta hermosa carrera, pero les daré un consejo, no se vendan por ningún canal, por ninguna emisora, por ningún periódico, sus valores son más importantes, cuando estén graduados y vean el valor que sostiene el título se darán cuenta que van a vivir muchísimas cosas, pero afronten cada cosa con mucho riesgo y con la frente en alto, chicos creo en ustedes, son muy inteligentes y sé que todos llegaran muy lejos – hizo una mirada panorámica y todos aplaudimos por sus palabras – este es nuestro último día y la verdad espero volver a verlos, los quiero chicos, éxitos en esta carrera y que cuando los vuelva a ver ya sean mis colegas – sonreía y sus hoyuelos se formaron más haciéndonos babear – pueden salir.

Todos se levantaron a despedirse de Paula, pero Antonieta no quería ser parte del bullicio así que seguíamos sentadas, en cuanto a mí esperaría a que todos se fueran, iban yéndose y Antonieta se levantó sonriente para despedirse de Paula y recordé cuando era la “Diosa griega" las vi reírse y abrazarse y me sentí tranquila, no era el momento de meter a Valeria… No era el momento.

Pau: Montemayor me das un segundo – alzo la mirada y sonrío de lado mientras ella está apoyada en el escritorio, mirándome –
Lu: Dígame profesora Valenzuela ¿Qué necesita? – sonrió mostrando su perfecta dentadura –
Pau: ¿Siempre eres tan hermosa? – me reí y negué – yo digo que sí – me acerqué a ella –
Lu: Entonces gracias por el halago – nuestras miradas se conectaron y luego nuestras almas en ese abrazo que nos dimos –
Pau: Voy a extrañar ser tu profesora – me reí –
Lu: Yo también te voy a extrañar
Pau: No vayas a babear por otra profesora – negué mientras nos reíamos –
Lu: Sólo por las ojos grises pelirrojas – me pegó en el hombro y le di un beso en la mejilla – nos vemos querida profesora Valenzuela, que la vida nos de la oportunidad de volvernos a encontrar en alguna facultad de este país – asintió –
Pau: Como colegas para que no sea tan grave acostarme contigo – nos reímos y nos separamos –
Lu: Que sea entonces como colegas – le guiñe un ojo –
Pau: Hasta mañana Lucía – volteé a verla – estoy invitada a tu cumpleaños – la miró sorprendida, Pilar que te tramas –
Lu: Hasta mañana Paula Valenzuela – sonreí y salí de ese salón con miles de recuerdos y enseñanzas –

Paula fue mi mayor muestra de enseñanza, me enseñó a amar, a amarme y que no toda historia tiene un final feliz, esa pelirroja cambió mi vida de manera radical, jamás me habían gustado las chicas hasta que apareció ella, me declaro bisexual pero cuando veo sus ojos y su sonrisa con aquellos hoyuelos, solo me declaro paulasexual, no quiero estar con más nadie, supongo que así es el amor, paso mi mano por el corazón que me tatué y sonreí nostálgica, era el comienzo del fin, ya no la vería por los pasillos, ya no nos moriríamos por vernos aunque esté hablando con alguien y yo vaya con los chicos, sólo este era el final de nuestra historia de profesora y alumna, más el comienzo del final de nuestra historia donde no termino al lado de la reina. Llego a la cafetería y veo a los chicos riéndose con Sonya y me acerco.

Estamos hablando y riéndonos cuando volteo hacía la entrada y esta entrando como si fuese una reina, la reina Isabel, se ve tan hermosa, falda lapiz de látex negra, camisa de seda blanca cuello uve, de tirante, cabello amarrado, sus lentes que la hacen ver tan sensual y sus tacones de aguja infaltables, está perfecta y era la última vez que la vería en esta facultad.

Son: ¿No hay final feliz? – volteo a verla –
Lu: Una boda de ensueño, una luna de miel perfecta y muchos años junto al empresario del año Gabriel Valencia, ese es el final feliz – Sonya suspiró –
Son: No me gusta ese final – nos reímos –
Anto: Venga, vamos a la terraza a celebrar por más que sea es el último día de este semestre, vamos a celebrar y aparte el pre cumpleaños de esta ojos de lobo – me señaló –
Sof: Me anoto pero nada de parejas por favor, solo nosotros ¿si? – asentimos – llamen a Pablo, ¡Vámonos!

Salimos de la cafetería mientras Daniel llamaba a Pablo para decirle que nos veríamos en la terraza de siempre quien acepto enseguida. Llegamos entre risas y chistes malos de Antonieta y Sonya, habíamos pasado por muchas cosas en estos últimos meses y era merecido brindar por todo lo que aprendimos.

Anto: Brindemos porque la vida es bella, Lucía cumplirá 19 años, no nos separemos nunca y porqué aún en la tristeza siempre encontremos la forma de reír – chocamos las bebidas y gritamos salud –

Siempre he creído que los mejores momentos no se fotografían, pero estos eran memorables y merecían la pena ser fotografiados, estar con mis chicos era el mejor momento del día, nuestras risas, nuestros chistes, nuestras anécdotas, lo extrañaría, me iba a doler recordarlos pero es algo que se lleva como una cajita de los recuerdos cuando pierda la memoria, tenerlos era una suerte que pocos tenían, no sabía que iba a durar tan poco, pero aún así lo festejamos, bebimos, cantamos, gozamos, era mágico.



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Son: Venga chico se me hace tarde, debo ir a casa – nos quejamos – mañana seguimos en el cumpleaños de Lucía – aplaudimos –
Lu: Sólo así te salvas tía – nos reímos – hasta mañana Sonya – me despedí con un abrazo –

Cada uno se despidió de Sonya y la vimos partir, nosotros nos quedamos festejando el fin de semestre de todos, a eso de las 10 de la noche se fue Pablo junto con Antonieta a quien dejaría en casa, Sofía con Daniel y yo me fui a casa. Al llegar reconocí ese carro negro de lujos… ¡Estaba aquí! Me bajé del coche y estaba ella apoyada en el Mercedes.

Lu: Hola – volteó a verme asustada y me reí –
Pau: Que susto tan hijo de puta – la vi sorprendida –
Lu: Profesora ¿Qué son esas palabras? – se reía y m3 embobe al oírla –
Pau: Sólo soy ahora una periodista más de este país, mi semestre acabó – vio el reloj – a las 2 de la tarde
Lu: – Chasquee la lengua – Correcto ya no eres mi profesora – sonreímos – ¿entráis? – negó –
Pau: ¿Puedes quedarte esta noche en mi departamento? No pasará nada que no quieras – alzó la mano en modo de promesa y sonreí –
Lu: Te sigo en el carro, vámonos – sonrió y se monto en su coche –

La seguí todo el camino, estaba feliz, estaría con Paula pasará o no pasará algo, la extrañaba, la extrañaba muchísimo y no podía negarme a ella, no entiendo, tiene un gran imán en cuanto a mis decisiones. Llegamos a su casa y nos bajamos de los coches sonriendo, como niñas chiquitas entramos al edificio y luego esperamos el ascensor, por último cuando llegó subimos a el para ir a su departamento, nuestras miradas fugaces, nuestras manos entrelazadas, nuestras sonrisas robadas hablaban por si solas, no necesitábamos palabras.

I BELIEVE IN YOUR LOVEWhere stories live. Discover now